Autor del comentario
Marcelo Gabriel Medina
Dermatólogo e infectólogo, Especialista en salud pública
Magister en Ciencias Médicas Tropicales
Miembro del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (CILAD)
Docente e investigador, Área de medicina tropical del Instituto de Medicina Regional
Universidad Nacional del Nordeste, Resistencia, Chaco, Argentina
La enfermedad de Hansen o lepra es una micobacteriosis granulomatosas crónicas que afecta principalmente la piel y nervios periféricos, causada Mycobacterium leprae, el periodo de incubación de la enfermedad es de unos cinco años. Los síntomas pueden tardar hasta 20 años en aparecer. Las manifestaciones clínicas e histopatológicas dependen de la capacidad inmunológica del paciente en el momento de la infección o durante el desarrollo de la evolución natural de la misma.
Actualmente hay más de 15 países endémicos para esta micobacteriosis, y el 83% de los casos registrados se concentran en 3 países: India, Brasil y Birmania. A principios de la década de los 90 la OMS propuso la «Estrategia del empuje final» con la clara idea de eliminar la lepra,
definiendo la misma como una prevalencia menor a un caso por cada 10.000 habitantes en los países endémicos. Sin embargo aún persisten lugares altamente endémicos que no han podido alcanzar la meta, entre ellos Brasil. Los programas nacionales de lepra para 2011-2015 se han centrado más en las poblaciones desatendidas y las zonas de acceso difícil, con el fin de mejorar el acceso y la cobertura. En vista de que las estrategias de control son limitadas, los programas nacionales tratan activamente de mejorar la retención de los casos, el rastreo de los contactos, el seguimiento, la derivación de los pacientes y la gestión de los registros. Un tema muy importante es la lepra y embarazo, pues se asocia a la aparición de los primeros signos o empeoramiento de la enfermedad.1 El último trimestre del embarazo y los primeros meses de la lactancia son períodos considerados críticos debido a las alteraciones hormonales, metabólicas e inmunológicas; pudiendo interferir en la gestación y en el posterior desarrollo del niño.
Es un problema de la salud pública, por relación de multicausalidad social, sumado a las fallas en el diagnóstico y tratamiento sin supervisión y el llenado incorrecto de informes, que dificultan el fiel conocimiento del estado de situación de la lepra y embarazo. Lo importante es mencionar la relevancia del examen dermatológico en la atención prenatal y neonatal, especialmente en las zonas endémicas y sumar esfuerzos médicos, sociales, políticos y científicos para evitar la propagación de esta enfermedad.
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