Autor del comentario
Alejandra Elizalde Cremonte
Médica Obstetra y Ginecóloga, Profesora Titular Cátedra Clínica Obstétrica, Facultad de Medicina de Corrientes, Universidad Nacional del Nordeste, Corrientes, Argentina
Según el Boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS): 90(7):477-556, 2012, la tasa de cesáreas primarias disminuyó anualmente hasta un 20% después de haber puesto en marcha las auditorías. La regresión logística múltiple mostró una relación positiva entre la tasa de partos por cesárea y la tasa de admisión en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). El programa educativo para el personal y los pacientes, así como las auditorías de las prácticas redujeron la tasa de cesáreas en un hospital de atención terciaria sin aumentar el número de admisiones en la UCIN.
Sin embargo, según Richard y De Brouwere, los datos sugieren que una segunda opinión obligatoria, el apoyo de los líderes de opinión (en el caso de la cesárea repetida)
y la revisión interna por expertos, ayudan a reducir los índices de cesárea. Pero el aumento de los honorarios de los médicos, el suministro de información a las embarazadas, considerar solamente las guías clínicas, solo las revisiones externas por expertos, así como las auditorías y las comunicaciones de los resultados solamente, y las clases de educación prenatal para enfermeras de atención primaria no parecen ser efectivas como intervenciones preclínicas para la reducción de los índices de cesárea.
El actual trabajo demuestra una disminución en la incidencia de cesáreas, sobre todo en los casos de pacientes con antecedentes de cesáreas anteriores, y en los casos de trabajo de parto prolongado. Las intervenciones multifacéticas para promover el entrenamiento de los profesionales, con auditorías y devoluciones, permitieron demostrar una reducción pequeña, pero significativa, de las tasas de cesárea en embarazos de bajo riesgo. No se modificaron las tasas en embarazos de alto riesgo, las que se mantuvieron iguales. Ésta reducción demostró ser efectiva, dado que no aumentó la morbimortalidad materna y neonatal de los casos intervenidos.
Habría que continuar con la intervención, la que parece ser significativamente beneficiosa para los costos hospitalarios y para las pacientes.
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