Autor del comentario
Rolando Espinoza Cárdenas
Profesor titular de Dermatología, Universidad Católica de Cuenca, Universidad Católica de Cuenca, Cuenca, Ecuador
Es habitual en la práctica diaria del dermatólogo encontrar morbilidad psiquiátrica que puede manifestarse como psicodermatosis propiamente dicha o como complicaciones psicológicas en enfermedades de carácter crónico. Los antidepresivos van a ser los fármacos más empleados en nuestras consultas y concretamente los inhibidores de la recaptación de serotonina. Estos son seguros y tienen pocos efectos secundarios, entre los que se destacan las alteraciones gastrointestinales, el insomnio y la disfunción sexual. Otros antidepresivos utilizados en dermatología son los tricíclicos (doxepina y amitriptilina) y los tetracíclicos (mirtazapina). Estos bloquean la recaptación de serotonina, noradrenalina y dopamina, y a su vez antagonizan los receptores histaminérgicos, colinérgicos y alfa adrenérgicos, son útiles en excoriaciones neuróticas, prurito generalizado y urticaria crónica. La amitriptilina se emplea para el tratamiento
de la neuralgia posherpética. Los principales efectos secundarios son: sedación, visión borrosa, sequedad de boca, retención urinaria, estreñimiento y aumento de la presión intraocular. Pueden ocasionar efectos cardiovasculares, arritmias y prolongación del intervalo QT.
Se concluye que el tratamiento con antidepresivos, como monoterapia o en combinación con otros fármacos, alivia los síntomas en diversas enfermedades cutáneas; específicamente con alivio del prurito, y antiinflamatorios, como en la psoriasis; por lo tanto, el manejo de los trastornos psicocutáneos requiere de un enfoque multidisciplinario en las unidades emergentes de medicina psicosomática. La colaboración entre dermatólogos, psicólogos y psiquiatras permite realizar un tratamiento integral del paciente.
Finalmente, en este comentario científico hacemos hincapié en que nosotros los dermatólogos debemos tener conocimientos básicos de los psicofármacos para poder realizar un adecuado manejo terapéutico, siempre pensando en el bienestar físico y emocional de nuestros pacientes.
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