Resúmenes amplios

IMPORTANCIA DE LA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR PREVIA EN EL PRONÓSTICO DE LOS PACIENTES CON COVID-19


New York, EE.UU.
Se actualiza la información respecto de la relación entre la enfermedad cardiovascular y la infección por el síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 (SARS-CoV-2).

Journal of the American College of Cardiology 1-45

Autores:
Parikh SA

Institución/es participante/s en la investigación:
Columbia University Irving Medical Center

Título original:
Cardiovascular Considerations for Patients, Health Care Workers, and Health Systems During the Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Pandemic

Título en castellano:
Consideraciones Cardiovasculares para Pacientes y Trabajadores y Sistemas de Salud durante la Pandemia por Enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19)

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.17 páginas impresas en papel A4

 

Introducción

El coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) es un tipo de coronavirus causante de la enfermedad por coronavirus (COVID-19).

La infección puede repercutir en personas con enfermedad cardiovascular (ECV) y a la vez, la ECV puede predisponer a la infección por COVID-19, en cuyo caso, el riesgo de evolución desfavorable es mayor. El tratamiento de la infección puede tener efectos adversos CV, y ​​los médicos están en riesgo de adquirir la enfermedad o convertirse en vectores.

El objetivo de esta revisión fue caracterizar el impacto cardiovascular (CV) de COVID-19, su posible repercusión en pacientes con ECV y brindar información a pacientes, trabajadores y sistemas de salud.

Generalidades

Los murciélagos parecen ser el huésped inicial para el SARS-CoV2, que utilizaría a la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) para ingresar a la célula. La unión viral a este receptor desregula una vía de protección pulmonar, contribuyendo a la patogenia.

Hasta el 16 de marzo de 2020 se notificaron 174 961 casos en todo el mundo con 6705 muertes, una tasa de mortalidad del 3.8% y un Ro estimado es de 2.28. La mortalidad es más elevada en ancianos, aquellos con comorbilidades y ausencia de cuidados intensivos eficientes.

En el 81.4% de los casos, la forma de presentación es leve, grave en 13.9% y crítica en 4.7%. Los casos graves se pueden presentar como neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) y shock cardiogénico.

No se conoce con exactitud la prevalencia de ECV en pacientes con COVID-19. Se informó que la prevalencia de hipertensión, enfermedad cardíaca y cerebrovascular y diabetes fue del 17.1%, 16.4% y 9.7%, respectivamente, más frecuentes en aquellos que necesitaron internación en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Las tasas de mortalidad informadas en un estudio de Wuhan fueron del 10.5%, 7.3% y 6.0% en pacientes con ECV, diabetes e hipertensión, respectivamente; notablemente más altas que la tasa general de mortalidad del 2,3%.

Enfermedad cardiovascular y COVID-19

Los mecanismos responsables de la ECV se superponen con vías que regulan la función inmune. La edad es el factor de riesgo más fuerte para ECV y el efecto del envejecimiento en la función inmune puede ser igualmente importante para la susceptibilidad y gravedad de COVID-19. Otros factores de riesgo tradicionales, como diabetes y dislipidemia, afectan la función inmune y, a la vez, el estado inmunológico desregulado coincide con riesgo elevado de aparición de ECV. Se postuló mayor expresión de ACE2 en pacientes con hipertensión y ECV, que puede aumentar la susceptibilidad al SARS-CoV2, aunque los datos son contradictorios.

En China se presentaron dos pacientes con antecedentes de trasplante cardiaco y enfermedad por COVID-19, en ambos se suspendieron los inmunosupresores, ambos sobrevivieron sin rechazo del injerto.

La lesión miocárdica puede ser secundaria a procesos isquémicos o no, incluida la miocarditis, el aumento de la troponina parece tener valor pronóstico. Se informó presencia de lesión entre el 7% y el 17% de los internados, y es más frecuente en los ingresados ​​en la UCI y en los fallecidos. Sin embargo, los niveles de troponina pueden exacerbarse si se produce insuficiencia renal. En el 16.7% de los internados se observó arritmias y la presencia de taquiarritmias malignas con elevación de la troponina debería hacer sospechar miocarditis. Se observó insuficiencia cardíaca en el 23% de pacientes y su presencia es un factor pronóstico adverso. Existen informes de alteración de la coagulación en enfermos graves, el incremento en los niveles de dímero D y de los productos de degradación de fibrina parece tener valor pronóstico.

Tratamiento farmacológico

Se deben considerar los posibles efectos secundarios CV y las interacciones farmacológicas de las drogas utilizadas. La ribavirina no tiene toxicidad CV directa, mientras que lopinavir/ritonavir pueden prolongar el intervalo QT y el PR, especialmente en pacientes con QT largo basal. Tanto la ribavirina como lopinavir/ritonavir pueden afectar la dosis de los anticoagulantes. Lopinavir/ritonavir disminuirían las concentraciones de los metabolitos activos de clopidogrel y prasugrel e incrementarían las de ticagrelor.

La lovastatina y la simvastatina están contraindicadas para la administración conjunta con lopinavir/ritonavir, debido al riesgo de rabdomiólisis. Se recomienda atorvastatina y rosuvastatina.

La cloroquina y la hidroxicloroquina pueden producir toxicidad miocárdica, los factores de riesgo incluyen exposición a largo plazo, dosis elevadas, cardiopatía preexistente e insuficiencia renal. La cloroquina puede aumentar la concentración de algunos betabloqueantes y ambos agentes pueden desencadenar torsade des pointes. Como en estos pacientes se supone una exposición a corto plazo, el riesgo es menor.

La metilprednisolona produce retención de líquidos, trastornos electrolíticos e hipertensión, y puede interactuar con la warfarina mediante un mecanismo desconocido.

Algunos datos sugieren que los inhibidores de la ECA y los bloqueadores de los receptores de angiotensina pueden aumentar la ACE2 con posible aumento en la susceptibilidad al virus. En contraste, otros muestran que esos agentes pueden potenciar la función protectora pulmonar de ACE2. La información es insuficiente para sugerir relación entre este tratamiento y con contraer COVID-19 o con enfermedad grave una vez producida la infección.

Consideraciones generales

Los primeros informes sugirieron que la transmisión más frecuentemente es por vía respiratoria, el virus puede permanecer activo en superficies durante varios días.

Las recomendaciones sobre equipamiento de protección personal se basan en mascarilla, protección para los ojos, bata y guantes. Algunos procedimientos con mayor riesgo de contaminación requieren protección adicional

Se publicó que el 3.8% de individuos infectados fueron trabajadores sanitarios. Este hecho enfatiza la necesidad de autoprotección y proporciona una justificación adicional para retrasar procedimientos electivos.

Conclusiones

La pandemia de COVID-19 afectó a cientos de miles de pacientes y plantea una importante amenaza para la salud a escala internacional. En los próximos meses serán cruciales los esfuerzos para evaluar nuevas terapias y, a medida que este proceso se lleve a cabo, se apreciará con más detalle la compleja interacción entre COVID-19, ECV y las diversas partes interesadas involucradas.



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