Resúmenes amplios

HIDROXICLOROQUINA PARA LA PROFILAXIS DE COVID-19 POSTERIOR A LA EXPOSICIÓN


Mineápolis, EE.UU.
Luego de la exposición de alto riesgo o de riesgo moderado a pacientes con COVID-19, la administración de hidroxicloroquina en el transcurso de los 4 días posteriores no evita la aparición de enfermedad compatible con COVID-19 ni la infección confirmada por SARS-CoV-2.

New England Journal of Medicine 1-9

Autores:
Boulware DR

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Minnesota

Título original:
A Randomized Trial of Hydroxychloroquine as Postexposure Prophylaxis for COVID-19

Título en castellano:
Estudio de Hidroxicloroquina como Profilaxis de COVID-19 Posterior a la Exposición

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.87 páginas impresas en papel A4

Introducción

La pandemia por el nuevo coronavirus (COVID-19 por su sigla en inglés) es causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS] CoV-2). Las estrategias útiles para reducir la transmisión del virus consisten en la identificación de los casos, el aislamiento, el rastreo de los contactos y la cuarentena de los sujetos expuestos. Luego de la exposición, la observación y el aislamiento durante el período de incubación de 14 días representa la profilaxis estándar. Hasta la fecha no se ha identificado ninguna medicación, útil para evitar la transmisión del virus.

La cloroquina (CQ) y la hidroxicloroquina (HCQ) se asocian con actividad in vitro contra SARS-CoV y SARS-CoV-2. Se considera que HCQ afecta la glucosilación terminal del receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2, el sitio de unión para las glucoproteínas de la envoltura viral. El fármaco también inhibe la función de los endolisosomas. Los estudios in vitro  mostraron que HCQ es más activa contra SARS-CoV-2, en comparación con CQ.

La mayoría de los estudios con CQ o HCQ incluyeron pacientes internados por COVID-19; sin embargo, en términos de prevención es necesario cortar la cadena de transmisión; se estima que el riesgo de transmisión entre los familiares que conviven con el enfermo es de 10% a 15% y algunos estudios a pequeña escala sugirieron que la utilización de HCQ podría reducir o eliminar el riesgo. Sin embargo, se desconoce si la administración de HCQ en dosis altas durante un breve período luego de la exposición de alto riesgo es de utilidad para prevenir la enfermedad. El objetivo del presente estudio fue determinar si la HCQ podría ser utilizada como estrategia de prevención de infección sintomática, luego de la exposición a COVID-19.

 

Pacientes y métodos

El estudio, de diseño aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo, abarcó pacientes con exposición conocida a un paciente con infección confirmada por SARS-CoV-2. El reclutamiento comenzó el 17 de marzo de 2020; los pacientes fueron incluidos en el transcurso de los 4 días posteriores a la exposición de riesgo, con el objetivo de intervenir antes de la mediana del período de incubación de 5 a 6 días. Los participantes fueron aleatoriamente asignados (1:1) a placebo o profilaxis con HCQ.

La exposición en el hogar u ocupacional se definió en presencia de contacto con un paciente con infección confirmada, a una distancia de menos de 1.8 m durante más de 10 minutos, sin uso de máscara facial (exposición de alto riesgo) o con uso de máscara pero sin protección de los ojos (exposición de riesgo moderado). Se incluyeron pacientes asistidos en centros de los Estados Unidos y Canadá.

Los pacientes asignados a profilaxis con HCQ recibieron una dosis de 800 mg (4 comprimidos una vez), 600 mg (3 comprimidos) 6 a 8 horas más tarde y, luego, 600 mg (3 comprimidos) durante otros 4 días (duración del tratamiento de 5 días en total, con 19 comprimidos). El criterio principal de valoración fue la incidencia de COVID-19 confirmada por laboratorio o de enfermedad compatible, en el transcurso de los 14 días posteriores.

 

Resultados

Fueron reclutados 821 pacientes asintomáticos; 87.6% de ellos (719 de 821) refirieron exposición de alto riesgo a un contacto con COVID-19 confirmada. La mediana de edad fue de 40 años (rango intercuartílico [RIC]: 33 a 50) y el 51.6% fue de sexo femenino. El 66.4% de los participantes eran trabajadores de la salud.

La incidencia de COVID-19 o de enfermedad compatible con COVID-19 fue similar entre los enfermos tratados con HCQ (49 de 414; 11.8%) y los sujetos asignados a placebo (58 de 407; 14.3%), con una diferencia absoluta de -2.4 puntos de porcentaje (intervalo de confianza del 95%: -7 a 2.2; p = 0.35). No se observaron diferencias significativas en la eficacia, en relación con el momento de inicio de la profilaxis posterior a la exposición.

Los efectos adversos fueron más frecuentes entre los pacientes que recibieron HCQ respecto de los individuos que recibieron placebo (40.1% y 16.8%, respectivamente), pero no se refirieron efectos adversos graves. La adhesión a la intervención fue moderada; el 75.4% y 82.6% de los enfermos asignados a HCQ y placebo, respectivamente, ingirieron la totalidad de los comprimidos. El factor que con mayor frecuencia motivó la interrupción del tratamiento fue la aparición de efectos adversos (17 y 8 en el mismo orden). Los efectos adversos más frecuentes fueron las náuseas, la diarrea y el malestar abdominal.

 

Conclusión

Los resultados del presente estudio aleatorizado sugieren que la administración de HCQ luego de la exposición a pacientes con COVID-19 no se útil para prevenir la enfermedad. En estudios actualmente en marcha se investiga la utilidad de la profilaxis, administrada antes de la exposición.



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