Resúmenes amplios

VARIANTES DE SARS-COV-2 Y ANTICUERPOS NEUTRALIZANTES


Göttingen, Alemania
Los resultados del presente estudio sugieren que las variantes B.1.351 y P.1 del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2) escapan a los anticuerpos neutralizantes; el fenómeno tendría consecuencias importantes para la prevención de la enfermedad por coronavirus 2019 y para detener la pandemia.

Cell

Autores:
Hoffmann M

Institución/es participante/s en la investigación:
German Primate Center

Título original:
SARS-CoV-2 Variants B.1.351 and P.1 Escape from Neutralizing Antibodies

Título en castellano:
Las Variantes de SARS-CoV-2 B.1.351 y P.1 Escapan a los Anticuerpos Neutralizantes

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.83 páginas impresas en papel A4

La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) sigue ocasionando consecuencias devastadoras en todo el mundo; hasta la fecha fue causa de más de 2.3 millones de muertes.

El coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), un virus ARN con envoltura, utiliza la proteína de la espiga (S) para ingresar a las células del organismo; diversos factores virales y celulares involucrados en la infección celular representan blancos para las intervenciones antivirales.

La entrada del virus a las células de los seres humanos depende de la interacción entre la proteína S viral, la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2), y la serina proteasa (TMPRSS2); estos procesos pueden evitarse mediante la ECA 2 soluble y los inhibidores de serina proteasa. La utilidad de estos agentes para COVID-19 está siendo investigada en estudios clínicos en marcha. La proteína S de SARS-CoV-2 es el principal blanco para los anticuerpos neutralizantes y diversos anticuerpos monoclonales que han recibido aprobación de emergencia para el tratamiento de pacientes con COVID-19. Por último, las vacunas con ARNm y las vacunas a base de vectores codifican para la proteína S de SARS-CoV-2; estas vacunas han sido aprobadas para uso en los seres humanos y se considera que son esenciales para la finalización de la pandemia.

La información genética de SARS-CoV-2 se ha mantenido relativamente estable después de la descripción de los primeros casos, en Wuhan, China, a finales de 2019. La única excepción fue el cambio D614G en la proteína S viral, el cual se tornó predominante a principios de la pandemia y el cual se asoció con aumento de la transmisión. Sin embargo, D614G se asocia con pocos efectos sobre la neutralización por anticuerpos sintetizados por pacientes con COVID-19 y de enfermos que recibieron vacunas contra COVID-19. En las últimas semanas, en cambio, surgieron variantes que parecen tener mayor capacidad de infección, por mutaciones en la proteína S que comprometen el control inmunológico, fenómeno por el cual el control de la pandemia podría tornarse muy complicado. La variante B.1.1.7 surgió en el Reino Unido y posteriormente se identificó en otros países; esta variante presenta 9 mutaciones en la proteína S, 6 de ellas localizadas en la superficie de la proteína S1 y tres, en la unidad transmembrana S2.

La mutación N501Y se localiza en el dominio de unión al receptor (RBD), un dominio de la proteína S1 que interactúa con ECA2; la presencia de esta mutación se asoció con mayor trasmisión del virus entre los seres humanos. La variante B.1.351 y la variante P.1 surgieron en Sudáfrica y Brasil, respectivamente, y también tendrían mayor capacidad de transmisión; estas variantes expresan 9 y 11 mutaciones en las proteínas S, en el mismo orden, con 3 cambios en el RBD (K417N/T, E484K y N501Y).

Sin embargo, por el momento se desconoce si las mutaciones referidas en las proteínas S afectan las interacciones con las células del organismo y la neutralización mediada por anticuerpos.

En el presente estudio se demuestra que la proteína S de las variantes virales B.1.1.7, B.1.351 y P.1 variantes se asocian con el ingreso fortalecido del virus a las células del organismo, y que la entrada es bloqueada por partículas solubles de ECA2, inhibidores de proteasa contra TMPRSS2 e inhibidores de fusión a la membrana.

Los anticuerpos monoclonales aprobados para el tratamiento de COVID-19 son completamente (bamlanivimab) o parcialmente (casirivimab) capaces de inhibir la entrada de las variantes B.1.351 and P.1. Igualmente estas variantes se inhiben menos eficazmente en presencia de anticuerpos presentes en el plasma de pacientes que tuvieron COVID-19 y por los anticuerpos que sintetizan las personas vacunadas con BNT162b2 (una vacuna de ARNm que codifica para la proteína S viral).

Los resultados en conjunto sugieren que las variantes de SARS-CoV-2 B.1.351 y P.1 son capaces de evadir la respuesta inmunológica representada por los anticuerpos neutralizantes. De hecho, las variantes de SARS-CoV-2 B.1.351 y P.1 son parcialmente (casirivimab) o completamente (bamlanivimab) resistentes a anticuerpos monoclonales que se utilizan para el tratamiento de pacientes con COVID-19; además, son inhibidas menos eficazmente por los anticuerpos presentes en el plasma de convalecientes y en pacientes que recibieron la vacuna de ARNm BNT162b2. Por lo tanto, las estrategias que se basan en el control de la infección por SARS-CoV-2 por anticuerpos podrían verse comprometidas en el contexto de la aparición de estas nuevas variantes del virus.



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