Resúmenes amplios

OBESIDAD Y COVID-19


Madrid, España
Se resume un documento de consenso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, por medio de su Grupo de trabajo de Obesidad, y de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, con el objetivo de dar a conocer a la población general y a las autoridades sanitarias que las personas con obesidad forman parte de un grupo de alto riesgo de infección por SARS-CoV-2, y de pronóstico desfavorable de enfermedad por coronavirus 2019.

Endocrinología, Diabetes y Nutrición 1-4

Autores:
Bretón I

Institución/es participante/s en la investigación:
Universidad Complutense

Título original:
Obesidad y COVID-19. Un Posicionamiento Necesario

Título en castellano:
Obesidad y COVID-19. Un posicionamiento necesario

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.13 páginas impresas en papel A4

Introducción

Las personas con obesidad representan un grupo de riesgo particular en el contexto de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) y se ven afectadas por las consecuencias en la salud física y psicológica derivadas de las medidas de restricción de la movilidad, por la afectación y el retraso en la atención sanitaria, tal como sucede con otras enfermedades crónicas, y por la dificultad de acceso a la cirugía bariátrica. La pandemia por COVID-19 se vincula adversamente con la pandemia de la obesidad; los efectos deletéreos de cada una de ellas se potencian de manera bidireccional.

La obesidad como factor de riesgo para evolución clínica desfavorable de COVID-19

Las personas con obesidad tienen 46% más de riesgo de contagio por SARS-CoV-2, en comparación con las personas con peso normal. Además, las personas con obesidad y COVID-19 presentan el doble de riesgo de requerir internación. El exceso de peso se asocia con riesgo 73% más alto de necesidad de internación en unidades de cuidados intensivos y con aumento de 69% en la necesidad de ventilación mecánica asistida. Las condiciones previas desfavorables de rendimiento cardiorrespiratorio, estado nutricional y funcional muscular (sarcopenia) contribuyen a una peor evolución de COVID-19.

Los hábitos dietéticos no saludables y la menor actividad física en las personas con obesidad se asocian con peor respuesta inmunitaria y con mayor riesgo de desnutrición y sarcopenia, en el contexto de la infección por SARS-CoV-2. La inflamación crónica que supone la obesidad, agravada por COVID-19, empeora la función y la capacidad de respuesta de los músculos respiratorios frente a la hipoxia.

La anorexia, la anosmia, la disgeusia, las náuseas, y los vómitos y las diarreas contribuyen en la desnutrición progresiva relacionada con la enfermedad. El binomio sarcopenia-desnutrición es mucho más frecuente en las personas con obesidad y, sin duda, contribuye en la gravedad de COVID-19. Otros factores que contribuyen en el pronóstico desfavorable son las enfermedades comúnmente asociadas con obesidad, como la diabetes, la hipertensión arterial, o la dislipidemia.

 

Efectos de la restricción de la movilidad sobre la salud de las personas con obesidad

Durante la cuarentena, la mayor ingesta y el sedentarismo se asociaron con la ganancia ponderal que afectó a casi la mitad de la población española. Entre los factores de riesgo asociados con el aumento de peso durante el confinamiento deben destacarse el sexo femenino, la menor edad, el exceso de peso previo y haber estado confinado en el sur de España. Por otra parte, las residencias de pequeño tamaño, el menor nivel de educación y los ingresos económicos bajos aumentan el riesgo de ganar peso.

Durante la cuarentena se incrementó en más del 50% la compra de productos de alta densidad calórica, como bebidas alcohólicas, dulces y aperitivos. El confinamiento, además, limitó el acceso a centros deportivos y dificultó la práctica de actividad física al aire libre.

Los niños y adolescentes, aunque tienen riesgo reducido de evolución grave de COVID-19, se ven afectados por las repercusiones familiares, escolares y sociales de la pandemia que finalmente fomentan la obesidad.

 

Impacto psicológico de la pandemia en los pacientes con obesidad

La asociación entre la obesidad y diversos trastornos mentales es bien conocida. La prevalencia de depresión es, al menos, un 25% más alta entre las personas con obesidad, quienes también presentan más riesgo de ansiedad y de trastornos del comportamiento alimentario. Existe una relación bidireccional entre la obesidad y la depresión. La obesidad, especialmente la obesidad grave, es un factor de predisposición para las enfermedades mentales.

La pandemia por COVID-19, con efectos particularmente deletéreos en personas con obesidad, es un potenciador de las alteraciones del estado de ánimo. Estas alteraciones se traducen en aislamiento social, estrés, privación de sueño y cronodisrupción, sedentarismo, trastornos en el comportamiento alimentario, como aumento en la ingesta de alcohol, y aparición de otras adicciones, factores implicados en la obesidad. Los cambios en la actividad laboral propios de la pandemia aumentan el desempleo y el estrés, con el consiguiente aumento de la brecha socioeconómica que contribuye al ambiente obesogénico.

 

Impacto en las personas con obesidad del retraso al acceso a la cirugía bariátrica

Durante la situación actual derivada por la COVID-19, muchos procedimientos quirúrgicos han sido suspendidos, entre ellos la cirugía bariátrica. Además de la necesidad de reorganizar los recursos para hacer frente a la pandemia, la cirugía en pacientes con COVID-19 presenta un elevado riesgo de complicaciones. Hasta el 50% de los pacientes en lista de espera de cirugía bariátrica desarrolla una nueva complicación de la obesidad y el 1.5% fallece mientras espera la intervención. En cambio, la pérdida de peso y la mejoría de las complicaciones asociadas a la obesidad, luego de la cirugía bariátrica, pueden disminuir el riesgo de gravedad, en caso de COVID-19.

En general, se debería garantizar un tiempo en lista de espera no superior a seis meses en las cirugías por patologías benignas. Sin embargo, este tiempo en el caso de la cirugía bariátrica es mucho mayor. El reinicio de la cirugía bariátrica ha quedado relegado al final de la lista de procedimientos quirúrgicos electivos, lo que indica inequidad, sesgo sistemático y discriminación hacia las personas con obesidad.

Por otro lado, la pandemia por COVID-19 ha cancelado o retrasado las consultas previstas para la evaluación y el tratamiento de la obesidad, tanto la atención primaria como la especializada. Como consecuencia, aumentará el tiempo de exposición a la obesidad y sus complicaciones tanto metabólicas como no metabólicas.

 

Conclusión

Las personas con obesidad constituyen un grupo prioritario para la vacunación contra COVID-19. Las personas con obesidad, y en especial aquellas con obesidad grave (índice de masa corporal ≥ 35 kg/m2), deben ser consideradas como grupo prioritario para la vacunación contra COVID-19.

 

 

 



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