Resúmenes amplios

IMPACTO DE LA PANDEMIA POR COVID-19 EN LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS


Ahmedabad, India
Durante la pandemia por COVID-19 disminuyó el porcentaje de trasplantes en los países en vías de desarrollo. Se requiere la elaboración de políticas para salvaguardar las áreas más vulnerables del mundo y minimizar el impacto de las futuras pandemias sobre estos procedimientos.

Transplantation Proceedings 1-6

Autores:
Kute VB, Tullius SG, Meshram HS

Institución/es participante/s en la investigación:
Dr HL Trivedi Institute of Transplantation Sciences

Título original:
Global Impact of the COVID-19 Pandemic on Solid Organ Transplant

Título en castellano:
Impacto Global de la Pandemia por COVID-19 en los Trasplantes de Órganos

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.01 páginas impresas en papel A4

Introducción 

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, el 21 de enero de 2022 se confirmaron 340 543 962 casos de COVID-19, incluidas 5 570 163 muertes en todo el mundo. La pandemia no solo afectó a las poblaciones trasplantadas sino que la información demostró que los receptores de trasplantes de órganos sólidos tuvieron tasas más altas de mortalidad. La donación de órganos de personas fallecidas (DD [deceased donation]) también se vio afectada en los países en vías de desarrollo, mientras que los trasplantes de donante vivo tuvieron impacto en los países desarrollados.

El objetivo de este informe fue explorar el impacto de la COVID-19 en los servicios de trasplante en todo el mundo. 

 

Metodología

Los autores analizaron la base de datos del Global Observatory for Organ Donation and Transplantation para evaluar los cambios en el número de trasplantes entre 2019 (n = 157 301) y 2020 (129 681). Los datos se resumieron como números absolutos y por millón de habitantes y se expresaron como frecuencias y porcentajes. No se utilizaron análisis estadísticos para el informe.

 

Resultados

La COVID-19 impactó de manera desproporcionada en diferentes áreas del mundo: África, América, Mediterráneo oriental, Europa, Sudeste asiático y Pacífico occidental.

La DD disminuyó un 11.5% y fue mayor en el subcontinente indio (50.9%), seguido por la región del Mediterráneo oriental (40.2%), el Reino Unido (24.5%), Europa (19.6%), Brasil (19.6%), la región del Pacífico Occidental (10%) y América (3.5%).

La donación tras la muerte cardíaca (DCD [donation after circulatory death]) disminuyó a menor ritmo que la donación después de la muerte cerebral (DBD [donation after brain death]; 9% frente a 12.2%). Sin embargo, a diferencia de otras partes del mundo, en los EE. UU., la DCD se incrementó un 12% y la DBD, un 2%.

El trasplante renal de donante vivo (TRDV) fue el más afectado, con un descenso promedio del 33%: del 38% en América, de 23.8% en Europa y de 23.7% en los EE. UU. El trasplante de hígado disminuyó un 11% y la mayor reducción se observó en la región del Mediterráneo Oriental (42.3%), seguida de la región del Sudeste Asiático (29%). El trasplante de hígado de donante fallecido disminuyó relativamente menos, un 10%, en comparación con la disminución del 12% en el trasplante de hígado de donante vivo. La DD disminuyó 16.2%, 12.7% y 8.4% para el trasplante de páncreas, pulmón y corazón, respectivamente. Los trasplantes intestinales o de intestino delgado aumentaron un 8.2%.

La pandemia afectó a casi todas las regiones geográficas y naciones, pero China ha mostrado la recuperación más rápida en sus programas de trasplante; de hecho, los números aumentaron en 2020, al contrario de otros países. Por su parte, los centros de trasplante de hígado en los EE. UU. han podido recuperarse rápidamente después de una caída inicial.

 

Discusión

La diferencia en la disminución de DD en diferentes regiones enfatiza la necesidad de optimizar las políticas y las prácticas de este procedimiento en las sociedades en vías de desarrollo, ya que se espera que esta práctica disminuya durante las pandemias futuras.

En la fase inicial de la pandemia, muchas regiones evitaron realizar DCD o de órganos marginales por temor a las internaciones prolongadas y la mayor probabilidad de complicaciones. Sin embargo, la información indicó que la DCD desempeña un papel importante en la utilización óptima de los órganos disponibles para el trasplante en países desarrollados. De hecho, los programas de DD bien establecidos muestran resultados favorables con la DCD. El apoyo de la comunidad para fortalecer los programas de DD ayudará a mejorar el trasplante en los países en vías de desarrollo en el futuro.

La tendencia a una mejor respuesta en las prácticas de donación en vida durante la pandemia en países como India puede explicarse por la aplicación eficaz de las normas de donante vivo. La DD aún no se aplica de manera completa en países en vías de desarrollo, y la logística para reanudar el procedimiento durante la pandemia fue desfavorable y no se priorizó.

El trasplante de intestino corto se realiza en un escaso número de pacientes, aun en pandemia y, por lo tanto, es posible que los datos al respecto deban interpretarse con precaución.

El impacto de la COVID-19 en los volúmenes de trasplante difiere según los órganos y la región analizada. Las políticas eficaces y la estratificación del riesgo ayudarán a impulsar estas intervenciones en caso de una pandemia en el futuro.

 

Conclusiones

Es necesario un análisis cuidadoso y continuo para identificar las consecuencias relacionadas con la pandemia por COVID-19 en diferentes áreas geográficas y sistemas de atención médica. Los volúmenes de trasplante variaron según los países y también dependieron de la atención médica, que debió inclinarse hacia la creciente demanda de los pacientes con COVID-19, con menor capacidad para realizar trasplantes. A pesar de que los servicios de trasplante en países como los EE. UU. se vieron afectados durante la pandemia, la restauración de sus actividades ha avanzado, lo que demuestra que las intervenciones se pueden compensar rápidamente.

El fortalecimiento de los programas de DD, particularmente en los países en vías de desarrollo, será de suma importancia. Las discrepancias específicas en las tasas de trasplantes pueden explicarse por la urgencia variable de las diferentes insuficiencias orgánicas. 

Se necesita apoyo, cooperación, políticas y normas internacionales, además de conocimiento e investigación compartidos y continuos, para responder a las pandemias futuras. 



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