Resúmenes amplios

SECUELAS PSIQUIÁTRICAS Y NEUROLÓGICAS DE LA COVID-19


Oxford, Reino Unido
El aumento persistente del riesgo de déficit cognitivo, demencia, trastornos psicóticos y epilepsia o convulsiones después de la enfermedad por coronavirus 2019 años exige una mejor prestación de servicios para diagnosticar y manejar estas secuelas, e investigación para comprender los mecanismos subyacentes.

The Lancet Psychiatry 1-13

Autores:
Harrison PJ

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Oxford

Título original:
Neurological and Psychiatric Risk Trajectories after SARS-CoV-2 Infection: An Analysis of 2-year Retrospective Cohort Studies Including 1284?437 Patients

Título en castellano:
Trayectorias de Riesgo Neurológico y Psiquiátrico Después de la Infección por SARS-CoV-2: Un Análisis de Estudios de Cohortes Retrospectivos de 2 años que Incluyen 1 284 437 pacientes

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.07 páginas impresas en papel A4

Introducción

La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) está asociada con un mayor riesgo de secuelas neurológicas y psiquiátricas en las semanas y meses posteriores. Todavía no está claro cuánto tiempo permanecen estos riesgos, si afectan a niños y adultos de manera similar y si las variantes del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) difieren en sus perfiles de riesgo.

El objetivo de la presente investigación fue calcular las trayectorias de riesgo neurológico y psiquiátrico a 2 años después de la COVID-19, por grupo de edad y variante del SARS-CoV-2.

Métodos

En el presente análisis de estudios de cohortes retrospectivos de 2 años, se extrajeron datos de la red de registros médicos electrónicos TriNetX, una red internacional de datos anonimizados de registros de atención médica de aproximadamente 89 millones de pacientes recopilados de proveedores hospitalarios, de atención primaria y especialistas (principalmente de Estados Unidos). Se identificó una cohorte de pacientes de cualquier edad con COVID-19 diagnosticados entre el 20 de enero de 2020 y el 13 de abril de 2022 y se comparó el puntaje de propensión (1:1) con una cohorte contemporánea de pacientes con cualquier otra infección respiratoria. El emparejamiento se realizó sobre la base de factores demográficos, factores de riesgo de COVID-19 y enfermedad grave por COVID-19, y estado de vacunación. Los análisis se estratificaron por grupo de edad y fecha de diagnóstico. Se valoraron los riesgos de 14 diagnósticos neurológicos y psiquiátricos después de la infección por SARS-CoV-2 y se compararon estos riesgos con la cohorte de control emparejada. Las trayectorias de riesgo de 2 años se representaron mediante cocientes de riesgos (CR) variables en el tiempo y se resumieron utilizando los CR constantes de 6 meses, el horizonte de riesgo para cada resultado, y el tiempo para igualar la incidencia en las dos cohortes. Además, se estimaron cuántas personas fallecieron después de un diagnóstico neurológico o psiquiátrico durante el seguimiento en cada grupo de edad. Finalmente, se compararon las cohortes emparejadas de pacientes diagnosticados con COVID-19 directamente antes y después de la aparición de las variantes alfa, delta y ómicron del SARS-CoV-2.

Resultados

Se identificaron 1 487 712 pacientes con diagnóstico registrado de COVID-19 durante el período de estudio, de los cuales 1 284 437 (185 748 niños, 856 588 adultos y 242 101 adultos mayores; promedio de edad: 42·5 años; 741 806 [57.8%] mujeres) se emparejaron con el mismo número de pacientes con otra infección respiratoria.

Las trayectorias de riesgo de los resultados después de la infección por SARS-CoV-2 en toda la cohorte difirieron de forma sustancial. Si bien la mayoría de los resultados tenían CR significativamente superiores a 1 después de 6 meses (con la excepción de la encefalitis, el síndrome de Guillain-Barré, los trastornos de los nervios, las raíces nerviosas y los plexos, y el parkinsonismo), sus horizontes de riesgo y el tiempo para igualar la incidencia variaron notoriamente.

Los riesgos de los trastornos psiquiátricos frecuentes volvieron a los valores basales después de 1 a 2 años (trastornos del estado de ánimo a los 43 días, trastornos de ansiedad a los 58 días) y posteriormente alcanzaron una incidencia general igual a la del grupo de comparación emparejado (trastornos del estado de ánimo a los 457 días, trastornos de ansiedad a los 417 días). Por el contrario, los riesgos de déficit cognitivo, demencia, trastornos psicóticos y epilepsia o convulsiones seguían aumentando al final del período de seguimiento de 2 años. Las trayectorias de riesgo posteriores a COVID-19 difirieron en niños en comparación con adultos: en los 6 meses posteriores a la infección por SARS-CoV-2, los niños no tenían un mayor riesgo de cambios en el estado de ánimo, pero tenían un mayor riesgo de déficit cognitivo, insomnio, hemorragia intracraneal, accidente cerebrovascular isquémico, trastornos de los nervios, raíces y plexos nerviosos, trastornos psicóticos, y epilepsia o convulsiones. A diferencia de los adultos, el déficit cognitivo en niños tenía un horizonte de riesgo finito (75 días) y un tiempo finito para igualar la incidencia (491 días). Una proporción considerable de adultos mayores que recibieron un diagnóstico neurológico o psiquiátrico, en cualquiera de las cohortes, murió posteriormente, especialmente aquellos diagnosticados con demencia, epilepsia o convulsiones.

Los perfiles de riesgo fueron similares antes y después de la aparición de la variante alfa. En comparación con antes de la aparición de la variante delta, después de la aparición de esta, se observaron mayores riesgos de accidente cerebrovascular isquémico, epilepsia o convulsiones, déficit cognitivo, insomnio y trastornos de ansiedad, agravados por una mayor tasa de mortalidad. Con la variante ómicron, hubo una tasa de mortalidad más baja que justo antes de la aparición de esta, pero los riesgos de resultados neurológicos y psiquiátricos se mantuvieron similares.

Conclusiones 

El presente análisis de estudios de cohortes retrospectivos de 2 años de personas diagnosticadas con COVID-19 demostró que la mayor incidencia de trastornos del estado de ánimo y de ansiedad fue transitoria, sin un exceso general de estos diagnósticos en comparación con otras infecciones respiratorias. Por el contrario, el mayor riesgo de trastorno psicótico, déficit cognitivo, demencia y epilepsia o convulsiones persistió. Las diferentes trayectorias sugieren una patogénesis diferente para estos resultados. Los niños tienen un perfil general de riesgo psiquiátrico más benigno que los adultos y los adultos mayores, pero el mayor riesgo sostenido de algunos diagnósticos es motivo de preocupación. El hecho de que los resultados neurológicos y psiquiátricos fueran similares durante las oleadas de las variantes delta y ómicron indica que la carga sobre el sistema de salud podría continuar incluso con variantes que son menos graves en otros aspectos. 



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