MEDIDAS EXITOSAS PARA FRENAR EL AVANCE DE LA PANDEMIA DE COVID-19
London, Reino Unido
Este artículo trata sobre las medidas adoptadas en Nueva Zelanda para engentar a la pandemia de COVID-19, que permitieron una casi desaparición de la transmisión viral.
The Lancet 395(10235):1474
Autores:
Cousins S
Institución/es participante/s en la investigación:
The Lancet
Título original:
New Zealand Eliminates COVID-19
Título en castellano:
Nueva Zelanda Elimina el COVID-19. Un Enfoque Agresivo Permitió a Nueva Zelanda Poner Fin a la Transmisión Comunitaria del SARS-CoV-2
Extensión del Resumen-SIIC en castellano:
1.85 páginas impresas en papel A4
Nueva Zelanda registró su primer día sin nuevos casos de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) a principios de la semana en la cual se escribió el artículo, más de un mes después que comenzara su bloqueo estricto.
Al momento de la publicación, Nueva Zelanda había registrado menos de 1500 casos confirmados de COVID-19 y 20 muertes. El 23 de marzo, un mes después que el país registrara su primer caso, Nueva Zelanda se comprometió a una estrategia de eliminación. Pocos días después, la primera ministra Jacinda Ardern anunció un estricto cierre nacional cuando sólo tenía 102 casos y ninguna muerte. Su rápida toma de decisiones ganó elogios internacionales, incluso de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La decisión de Nueva Zelanda de adoptar un enfoque de eliminación fue una estrategia muy diferente a la planificación pandémica habitual, que históricamente se basó en un modelo de mitigación y se centraba en retrasar la llegada del virus, seguido de una serie de medidas para aplanar la curva de casos y fallecidos.
Michael Baker, profesor en el departamento de Salud Pública de la Universidad de Otago en Wellington asesoró al Gobierno de Nueva Zelanda sobre su respuesta, dijo que implementar un cierre total (que implicó el cierre de escuelas y lugares de trabajo no esenciales), la prohibición de reuniones sociales y severas restricciones de viaje, permitieron al país considerar la eliminación. En su opinión, los dos mayores beneficios de seguir una estrategia de eliminación es que se registraron pocos casos y pocas muertes y se pudo hacer que el comercio volviese a funcionar. La alternativa era estar atacados con el virus y atascados entre la mitigación y la supresión.
Si bien la estrategia tuvo sus críticos, para Baker, la evidencia fue abrumadora que se podría lograr la eliminación. Él dijo que el bloqueo total permitió que el país pusiera en funcionamiento sistemas claves para gestionar eficazmente las fronteras y realizar el seguimiento, las pruebas y la vigilancia de contactos. Desde el 22 de enero, a más de 150 000 personas se les realizó pruebas diagnósticas, en un país de sólo 5 millones. Las pruebas se focalizaron en personas con síntomas, con el seguimiento de contactos cercanos y ocasionales. Sin embargo, ahora se realizan pruebas más generalizadas. El Ministerio de Salud entabla conversaciones con los distritos para implementar la realización de pruebas diagnósticas en comunidades específicas con mayor riesgo de infección, como los ancianos en residencias geriátricas y los trabajadores de la salud. También se considera analizar muestras de las aguas residuales para controlar el control y la eliminación.
Siouxsie Wiles, profesora asociada y directora del Bioluminescent Superbugs Lab at the University of Auckland, dijo que uno de los aciertos importantes del país fue la forma en que se encaró el tema del COVID-19 en la población. Consideró que en otros países, la gente lo asumió como un estado de guerra y batalla, que puso a las personas en un estado mental negativo y temeroso. Dijo que la respuesta oficial del país se guio por el principio de no estigmatizar y en la unión contra el COVID-19.
Ardern apareció con regularidad en las redes sociales, sonriendo y compartiendo partes de su vida personal bajo encierro, pero sin subestimar la gravedad de la situación, lo que ayudó a generar confianza pública.
Baker estuvo de acuerdo respecto a que el lenguaje era una parte crucial de la respuesta. Dijo que la forma en que el país comunica el concepto de eliminación será importante en el futuro.
Wiles estuvo de acuerdo y dijo que no quería que el público pensara que se les mentía. Para la población en general, eliminación significa el fin de la pandemia, pero en términos epidemiológicos significa reducir los casos a cero o casi cero en una ubicación geográfica. Opinó que todavía se verán casos, pero sólo en personas que lleguen del extranjero, los cuales serán puestos en cuarentena como parte de los esfuerzos para prevenir la transmisión en Nueva Zelanda.
A medida que el país alivia sus restricciones y su economía se reabre lentamente, hay discusiones sobre cómo puede abrir sus fronteras mientras se asegura que todos estén protegidos, especialmente las poblaciones susceptibles.
Australia, que hasta el momento tiene un éxito similar al de Nueva Zelanda pero no hace pública la idea de eliminación, discute con su vecino sobre la reapertura de los viajes entre los dos países. Baker prevé que, con el tiempo, un pequeño número de países de la región alcanzará un acuerdo para permitir los viajes con medidas de control específicas.
Las autoridades pidieron vigilancia ya que las violaciones de las reglas de cierre continúan en aumento. Cuando el país aflojó algunas de sus restricciones la semana anterior a esta nota, algunos establecimientos de comida rápida se quedaron sin comida. En opinión de Wiles el problema casi termina, si bien todavía no se alcanzó la meta, el éxito recién se verá en algunas semanas.