COVID-19 Y EVENTO VASCULAR CEREBRAL ISQUÉMICO AGUDO

COVID-19 Y EVENTO VASCULAR CEREBRAL ISQUÉMICO AGUDO


Larissa, Grecia
Los pacientes con COVID-19 y evento vascular cerebral (EVC) agudo isquémico tienen evolución funcional más desfavorable y riesgo más alto de mortalidad, en comparación con la población general de enfermos con EVC isquémico agudo.

Stroke 511-5

Autores:
Ntaios G

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Thessaly

Título original:
Characteristics and Outcomes in Patients With COVID-19 and Acute Ischemic Stroke: The Global COVID-19 Stroke Registry

Título en castellano:
Características y Evolución Clínica de Pacientes con COVID-19 yEvento Vascular Cerebral Isquémico Agudo

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.86 páginas impresas en papel A4
Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), causada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), puede asociarse con complicaciones trombóticas, mediadas por la inflamación, la disfunción endotelial, la generación de trombina y la activación de plaquetas. Tres estudios recientes con series de casos sugirieron una vinculación fisiopatogénica entre COVID-19 y el evento vascular cerebral (EVC) isquémico agudo grave (EVCIA) por compromiso de grandes vasos. Los EVC graves se asocian con pronóstico particularmente desfavorable y pueden ser eficazmente tratados con técnicas de recanalización, motivos por los cuales se requiere con urgencia la confirmación de la vinculación mencionada en una población amplia y representativa de enfermos, para que los pacientes con COVID-19 y EVCIA reciban el tratamiento óptimo.

Pacientes y métodos
Para el presente estudio se analizaron globalmente todos los pacientes con COVID-19 confirmada por laboratorio y EVCIA, internados en 28 centros de 16 países, en el contexto del Global COVID-19 Stroke Registry; sin embargo, se excluyeron los pacientes que presentaron la infección por SARS-CoV-2 luego del EVCIA. Un total de 19 de los 28 centros (70.4%) eran hospitales de referencia para la asistencia de pacientes con COVID-19. Con la finalidad de determinar si la gravedad del EVCIA, estimada con el National Institute of Health Stroke Scale, y la evolución clínica, valorada con la modified Rankin Scale (mRS), difieren entre pacientes con COVID-19 o sin COVID-19 (registrados en el Acute Stroke Registry and Analysis de Lausana, entre 2003 y 2019) se aplicaron puntajes de propensión con la consideración de diversas variables, entre ellas la edad, el sexo, los factores de riesgo de EVC y las comorbilidades (hipertensión arterial, diabetes, fibrilación auricular, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, cáncer, antecedente de EVC, tabaquismo, obesidad y dislipidemia). También se incluyeron los síntomas principales del EVC (motores, sensitivos, disartria y afasia) y el tipo de intervención.

Resultados
Entre el 27 de enero de 2020 y el 19 de mayo de 2020 fueron internados 174 pacientes (mediana de edad de 71.2 años y 37.9% de sexo femenino) por COVID-19 y EVCIA; 45 pacientes tenían más de 80 años y 41, menos de 64 años. En el 96% de los casos, COVID-19 se confirmó por medio de reacción en cadena de la polimerasa (PCR por su sigla en inglés); en los restantes se utilizaron los resultados de los estudios serológicos. Las comorbilidades más frecuentes fueron la hipertensión arterial (68.4%), la obesidad (37.4%) y la diabetes (31.03%); 20 enfermos (11.5%) tenían antecedente de EVC. La mediana del retraso entre el inicio de los síntomas de COVID-19 y el inicio del EVC fue de 7 días (rango intercuartílico [RIC] de 2 a 15 días). Los síntomas más comunes, en pacientes con COVID-19, fueron la fiebre (55.2%), la tos (53.5%) y la disnea (43.7%). Los principales síntomas del EVC fueron los motores, en el 67.8% de los pacientes, la disartria,  en el 46% de los casos, y las manifestaciones sensitivas, en el 42% de los enfermos. La mediana del puntaje de la National Institute of Health Stroke Scale fue de 10 (RIC: 4 a 18). En los modelos en los que se aplicaron puntajes de propensión con 336 enfermos con COVID-19 y sin COVID-19, la mediana del puntaje en esa escala fue de 10 (RIC: 4 a 18) y de 6 (RIC: 3 a 14), respectivamente (p = 0.03; odds ratio [OR]: 1.69; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.08 a 2.65). Se registraron 48 decesos (27.6%), de los cuales 22 se atribuyeron a COVID-19 y 26, al EVC. Entre los 96 pacientes que sobrevivieron y para quienes se dispuso de información acerca del nivel de discapacidad remanente, 49 (51%) tuvieron discapacidad grave en el momento del alta. En los análisis con puntajes de propensión con 330 enfermos, los pacientes con COVID-19 tuvieron riesgo más alto de presentar discapacidad grave (mediana del puntaje en la mRS de 4; RIC: 1 a 6, en comparación con una mediana de 2 puntos; RIC: 1 a 4; p < 0.001) y de mortalidad (OR: 4.3; IC 95%: 2.22 a 8.3), en comparación con los pacientes sin COVID-19.

Conclusión
Los resultados del presente estudio sugieren que los EVCIA asociados con COVID-19 son más graves, se asocian con evolución funcional más desfavorable y se relacionan con índices más altos de mortalidad, en comparación con los EVCIA, en pacientes sin COVID-19. La vinculación entre COVID-19 y la gravedad de los EVCIA pone de manifiesto la necesidad urgente de identificar los mecanismos fisiopatogénicos subyacentes, ya que los EVCIA graves se asocian con pronóstico desfavorable; además, la evolución puede potencialmente mejorar en los pacientes sometidos a técnicas de recanalización.
ua40317

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