EVOLUCIÓN LONGITUDINAL Y PERSISTENCIA DE LOS SÍNTOMAS DE COVID-19 EN EL ENTORNO AMBULATORIO
Ginebra, Suiza
Los resultados del presente estudio confirman que los síntomas de COVID-19 pueden persistir de manera prolongada; se observó persistencia de los síntomas en la tercera parte de los enfermos que nunca fueron internados, entre 30 y 45 días después del diagnóstico. La fatiga, la disnea y la pérdida del gusto y del olfato fueron los síntomas persistentes más frecuentes.
Annals of Internal Medicine
Autores:
Nehme M
Institución/es participante/s en la investigación:
Geneva University Hospitals
Título original:
COVID-19 Symptoms: Longitudinal Evolution and Persistence in Outpatient Settings
Título en castellano:
Síntomas de COVID-19: Evolución Longitudinal y Persistencia en el Entorno Ambulatorio
Extensión del Resumen-SIIC en castellano:
1.8 páginas impresas en papel A4
Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) se ha transformado en pandemia; los efectos prolongados de COVID-19 comienzan a ser identificados. “COVID prolongada” (CP) se establece en pacientes que persisten con manifestaciones clínicas después de la infección. Hasta la fecha se dispone de muy poca información acerca de CP en el ámbito ambulatorio, en el cual alrededor del 81% de los enfermos presentan enfermedad leve. Sin embargo, la identificación de las características de CP es importante no sólo para los pacientes y los profesionales, sino también para los sistemas de salud. El objetivo del presente estudio fue describir la evolución y la persistencia de los síntomas en pacientes con COVID-19 de Ginebra, Suiza, desde el día de la aparición de las manifestaciones clínicas hasta 30 a 45 días más tarde.
Entre 18 de marzo y 15 de mayo de 2020, el Geneva University Hospital fue 1 de los 5 centros de diagnóstico de COVID-19 y brindó asistencia a más del 50% de los enfermos con COVID-19 en el cantón de Ginebra. Durante ese período sólo se realizaron pruebas diagnósticas en personas con síntomas. Los pacientes que no fueron internados al inicio tuvieron la posibilidad de seguimiento remoto en el contexto de un centro ambulatorio de atención – el COVICARE, en el caso de que los profesionales de atención primaria no estuvieras disponibles para los controles.
La mayoría de los pacientes fue contactada cada 48 horas durante los primeros 10 días; los enfermos completaron una entrevista estructurada que permitió conocer los síntomas. El seguimiento durante ese período se interrumpió en los pacientes que refirieron recuperación clínica o que fueron internados. En cambio fueron contactados cada 24 horas cuando presentaron deterioro sintomático.
Todos los enfermos fueron contactados nuevamente entre 30 y 45 días después del diagnóstico. Para los análisis, los datos se agruparon en intervalos de 2 días (días 1 a 2 hasta días 9 a 10). Cuando se dispuso de dos entrevistas para la cada intervalo sólo se consideró la primera observación.
Resultados
En el período de estudio se realizaron pruebas diagnósticas de COVID-19 en 30 557 pacientes; el 18.1% tuvo resultados positivos (n: 5534). El 22.2% de los enfermos (n: 1229) debieron ser internados, y 703 ingresaron al programa de seguimiento COVICARE. Para le presente estudio se consideraron 669 pacientes.
La edad promedio fue de 42.8 años; el 60% eran mujeres, el 24.6% eran trabajadores de la salud y el 68.8% no presentaba factores subyacentes de riesgo. Cuarenta pacientes fueron internados durante el estudio; cuando fue posible se consideraron los datos de estos pacientes hasta el momento de la internación y, nuevamente, entre los días 30 y 45.
Los pacientes internados tuvieron significativamente más edad (53.2 años en promedio); el 55% era de sexo masculino, el 12.5% eran trabajadores de la salud, y el 62.5% tenían factores subyacentes de riesgo.
Entre los 669 pacientes evaluados, la tos y la pérdida del olfato y el gusto fueron síntomas comunes precoces. Entre los 30 y 45 días (43 días en promedio), el 32% de los 669 pacientes originalmente evaluados presentó uno o más síntomas. La fatiga, la disnea y la pérdida del olfato y del gusto fueron los síntomas persistentes más comunes. Los participantes no alcanzados entre los días 30 y 45 (n: 159) presentaron características similares a las del resto de los enfermos: edad promedio de 41.8% años, 58% de sexo femenino, 25.9% trabajadores de la salud y 67.9% sin factores de riesgo.
Conclusión
Los resultados del presente estudio confirman que los síntomas de COVID-19 pueden persistir de manera prolongada (CP); se observó persistencia de los síntomas en la tercera parte de los enfermos que nunca fueron internados, entre 30 y 45 días después del diagnóstico. La fatiga, la disnea y la pérdida del gusto y el olfato fueron los síntomas persistentes más frecuentes. Los resultados coinciden con los de un estudio reciente con 274 enfermos en el cual se refirió persistencia de los síntomas entre 14 y 21 días después del diagnóstico. El reconocimiento apropiado de la persistencia prolongada de síntomas permitirá reducir la ansiedad y optimizar la atención de los pacientes.