La información disponible sugiere variaciones importantes en las estimaciones de prevalencia e incidencia de SPC, en relación con las diferencias en las poblaciones estudiadas, los métodos de reclutamiento, la duración de los períodos de seguimiento y los tamaños de las muestras. En la mayoría de los trabajos se prestó especial atención a los síntomas del SPC, y no a la disfunción de órganos; sólo unos pocos trabajos incluyeron grupos adecuados para control.
El objetivo del presente estudio fue estimar el exceso de morbilidad luego de COVID-19 grave, a partir de datos en registros electrónicos del Reino Unido. Específicamente se cuantificó la incidencia de mortalidad, la utilización de recursos para la salud y el compromiso de órganos específicos en pacientes con antecedente de internación por COVID-19. Asimismo, se estimaron los cocientes de incidencia para la mortalidad, las nuevas internaciones, y la disfunción de múltiples órganos, luego de COVID-19, en comparación con los de un grupo control comparable, en la población general.
Pacientes y métodos
El estudio retrospectivo de cohorte se realizó en hospitales del National Health Service (NHS) de Inglaterra. Se analizaron 47 780 sujetos de 65 años en promedio (55% hombres) con antecedente de internación por COVID-19, dados de alta hasta 31 de agosto de 2020. Los pacientes se compararon con controles perfectamente comparables, entre 50 millones de habitantes del registro. Los criterios principales de valoración fueron los índices de nuevas internaciones, de mortalidad por cualquier causa, y de diagnósticos de enfermedades respiratorias
,
cardiovasculares
, metabólicas, renales y hepáticas, hasta 30 de septiembre de 2020. Se determinaron las variaciones en los índices, en relación con la edad, el sexo y la etnia.
Resultados
Al cabo de un seguimiento promedio de 140 días, alrededor de la tercera parte de los pacientes que habían sido dados de alta luego de COVID-19 debieron ser internados nuevamente (14 060 de 47 780) y más de 1 de cada 10 enfermos (n: 5875) fallecieron después del alta. Estos índices fueron 4 y 8 veces más altos, respectivamente, en comparación con el grupo control. Los índices de enfermedad respiratoria (p < 0.001), diabetes (p < 0.001), y enfermedad cardiovascular (p < 0.001) también estuvieron significativamente aumentados en pacientes con antecedente de internación por COVID-19, con 770 (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 758 a 783), 127 (IC 95%: 122 a 132) y 126 (IC 95%: 121 a 131) diagnósticos por cada 1000 persona-años, en el mismo orden. Los índices fueron más altos para los pacientes de menos de 70 años, en comparación con los pacientes de 70 años o más, y en los enfermos pertenecientes a minorías étnicas, en comparación con la población de raza blanca; las diferencias más pronunciadas se registraron para las enfermedades respiratorias (10.5; IC 95%: 9.7 a 11.4), para los sujetos de menos de 70 años (4.6; IC 95%: 4.3 a 4.8) respecto de los sujetos de 70 años o más, y para los sujetos de etnia no blanca (11.4; IC 95%: 9.8 a 13.3), respecto de los sujetos de raza blanca.
Conclusión
Los resultados del presente estudio indican que después de la internación por COVID-19, el 29% de los pacientes debe ser internado nuevamente y el 12% fallecen en el transcurso de 140 días de seguimiento. Los índices de disfunción de múltiples órganos estuvieron aumentados en los sujetos con antecedente de COVID-19, respecto de la población general. La diabetes y los eventos cardiovasculares mayores fueron particularmente frecuentes (como incidencia y prevalencia) luego de COVID-19. El riesgo absoluto de muerte, reinternación y disfunción de múltiples órganos luego del alta fue más alto en los sujetos de menos de 70 años y de minorías étnicas.