INSOMNIO E INCIDENCIA DE INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO
New York, EE.UU.
Se confirma que el sueño de 5 horas o menos de duración se asocia fuertemente con riesgo aumentado de infarto agudo de miocardio; el riesgo vinculado con el insomnio sería similar al referido para otros factores de riesgo tradicionales, de modo que el insomnio debería incorporarse en las guías de práctica clínica para la prevención del infarto agudo de miocardio.
Clinical Cardiology 1-10
Autores:
Shah BS J
Institución/es participante/s en la investigación:
New York State Department of Health
Título original:
Association between Insomnia and the Incidence of Myocardial Infarction: A Systematic Review and Meta-analysis
Título en castellano:
Asociación entre el Insomnio y la Incidencia de Infarto Agudo de Miocardio: Revisión Sistemática y Metanálisis
Extensión del Resumen-SIIC en castellano:
1.83 páginas impresas en papel A4
Introducción
El insomnio es el trastorno más común del sueño; se asocia con consecuencias muy desfavorables sobre la salud global y la calidad de vida de la población. Además, el insomnio es difícil de tratar y genera cargas socioeconómicas significativas, en relación con la productividad reducida y el ausentismo laboral. La prevalencia estimada de insomnio en los Estados Unidos es de entre 10% y 15%.
Numerosos estudios sugirieron asociaciones entre el riesgo cardiovascular y las enfermedades metabólicas; en el insomnio hay compromiso del eje hipotálamo-hipófisis-adrenales, con niveles aumentados de ACTH y cortisol, en comparación con los sujetos sin insomnio.
Los niveles aumentados de cortisol podrían asociarse con riesgo elevado de infarto agudo de miocardio (IAM); de hecho, en pacientes con IAM se comprobaron niveles más altos de cortisol en el mes previo al evento, respecto de individuos sanos. Asimismo, estudios realizados con animales mostraron que el estrés crónico y los niveles incrementados de cortisol aceleran el proceso arteriosclerótico, un mecanismo potencialmente involucrado en etiopatogenia del IAM. Los pacientes con insomnio tienen estrés crónico y niveles altos de cortisol, como consecuencia de la falta de sueño, con lo cual se exacerba aún más el riesgo de IAM. Debido que hasta ahora el insomnio no se considera un factor de riesgo de IAM, el objetivo de la presente revisión sistemática con metanálisis fue determinar la relevancia del insomnio como factor de riesgo para el IAM.
Métodos
Para la revisión se siguieron las pautas Preferred reporting items of systematic reviews and meta-analyses (PRISMA). Los artículos publicados hasta 17 de mayo de 2022 se identificaron mediante búsquedas en PubMed, Scopus y la Web of Science; para el insomnio se aplicaron las definiciones de la International Classification of Diseases, Ninth Revision, Clinical Modification (ICD-9-CM) y del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5), es decir que el insomnio se definió en presencia de algunos de los siguientes 3 síntomas: dificultades para el inicio del sueño, dificultades para el mantenimiento del sueño, y despertar precoz con incapacidad para volver a retomar el sueño. También se consideró una medición objetiva de insomnio - la duración del sueño. Se consideraron estudios clínicos y de observación publicados en inglés, realizados en sujetos de 18 años o más. Se tuvieron en cuenta el año de publicación del estudio, el diseño metodológico, el número de participantes, la edad y el sexo de los pacientes, el índice promedio de masa corporal, la prevalencia de tabaquismo y de consumo de alcohol y las enfermedades subyacentes. Para las variables evolutivas se consideraron la incidencia del IAM, la duración del sueño, las características del sueño, y la presencia de hipertensión arterial, diabetes e hiperlipidemia, en pacientes con insomnio o sin el trastorno. El riesgo de sesgo se determinó con la Newcastle-Ottawa Scale (NOS).
Resultados
Los resultados globales indicaron una asociación significativa entre el insomnio y la incidencia de IAM, en comparación con los sujetos sin insomnio (relative risk [RR] = 1.69, intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.41 a 2.02, p < 0.00001). En relación con la duración del sueño, el mayor riesgo de IAM se observó en sujetos que refirieron sueño de 5 horas o menos, en comparación con los participantes que refirieron sueño de entre 7 y 8 horas de duración (RR = 1.56, IC 95%: 1.41 a 1.73).
Asimismo, los trastornos caracterizados por las dificultades para el inicio y el mantenimiento del sueño se asociaron con incidencia aumentada de IAM (RR = 1.13, IC 95%: 1.04 a 1.23, p = 0.003). En cambio, el sueño no restaurador y la disfunción diaria en relación con el insomnio presentaron asociaciones no significativas con el IAM (RR = 1.06, IC 95%: 0.91 a 1.23, p = 0.46).
Conclusión
Los resultados de la presente revisión sistemática con metanálisis indican que el sueño de 5 horas o menos se asocia fuertemente con riesgo aumentado de insomnio; el riesgo para IAM vinculado con el insomnio fue similar al referido para otros factores de riesgo tradicionales. Por lo tanto, el insomnio debería considerarse un factor particularmente relevante en este sentido y debería incorporarse en las guías de práctica clínica para la prevención del IAM.