Informes periodísticos

DESCRIBEN CARACTERISTICAS Y TRATAMIENTOS DEL SINDROME DE LA SILLA TURCA VACIA

Resultados de un estudio descriptivo en Italia

Roma, Italia


Los autores describen la mejoría clínica de 142 pacientes con síndrome de la silla turca vacía que fueron tratados quirúrgicamente con shunts para líquido cefalorraquídeo y reparación del piso de la silla turca.

 Fuente científica:  Journal of Neurosurgery 103(5):831-836 aSNC

 Autores:  Maira G, Anile C, Mangiola A

 Palabras clave:  Silla turca vacía, rinorrea, líquido cefalorraquídeo

 Key Words:  Empty sella, rinorrhea, cerebrospinal fluid

flecha azul.gif (828 bytes) Institución principal:  Institute of Neurosurgery, Catholic University
flecha azul.gif (828 bytes) Correspondencia:  A Mangiola, Institute of Neurosurgery, Catholic University, 00167, Roma Italia
flecha azul.gif (828 bytes) Los autores no manifiestan conflicto de intereses


El síndrome de la silla turca vacía (STV) es un cuadro clínicamente heterogéneo donde confluyen alteraciones de la presión intracraneal (PIC) y del dinamismo del líquido cefalorraquídeo (LCR); también se observa insuficiencia del diafragma selar que produce síntomas que pueden ser aliviados luego de la inserción de un shunt para LCR. El STV esencial hace referencia a la ausencia de antecedentes de tratamientos quirúrgicos, farmacológicos o con radioterapia en la zona hipofisaria. Los pacientes afectados por esta condición presentan signos de hipertensión endocraneal (cefaleas, trastornos visuales y edema de papila) y alteraciones endócrinas como obesidad, hipertricosis, menstruaciones irregulares y galactorrea. Los hallazgos patológicos consisten en una silla turca parcialmente ocupada por una hipófisis aplanada en gran medida contra el piso selar, un espacio subaracnoideo aumentado que altera la morfología de la silla turca y un diafragma selar incompleto o insuficiente. Los autores observaron a 142 pacientes durante 20 años, quienes fueron sometidos a evaluaciones dinámicas de PIC y LCR mediante la prueba de infusión lumbar a velocidad constante. La mayoría de los participantes eran mujeres (88%) y más del 80% presentaron síntomas durante la cuarta o quinta década de la vida, siendo los más frecuentes: cefalea (88%), asociada a edema de papila en el 25% de los casos; alteración hipofisaria o diencefálica, incluyendo obesidad (52%), menstruaciones irregulares (40%) y trastornos sexuales (53%), y rinorrea en el 24% de todos los casos. También se observaron afecciones visuales como visión borrosa (29%) y reducción del campo visual (13%). Los hallazgos neuroradiológicos demostraron un aracnoidocele grave (ocupación de más del 50% de la silla turca) en todos los pacientes. En 109 pacientes (76.8%) se observó una alteración del dinamismo de la PIC y del LCR; asimismo, los valores basales de la PIC de los pacientes con edema de papila fueron significativamente mayores que los de los sujetos sin esta manifestación. Debido a la presencia de signos clínicos relevantes y alteraciones del LCR, a 70 pacientes se les ofreció un tratamiento quirúrgico; 34 de ellos presentaban rinorrea. Los pacientes con manifestaciones clínicas importantes sin rinorrea recibieron un tratamiento médico prequirúrgico, pero no se observaron mejorías clínicas significativas. De un total de 36 pacientes con hipertensión intracraneal grave sin rinorrea, 35 disminuyeron sus síntomas neurológicos (cefalea, edema de papila y trastornos visuales) luego de la implantación de un shunt de LCR. Solamente un paciente conservó alterada su función visual, la cual ya estaba gravemente comprometida antes de la intervención. En el grupo de 34 pacientes con rinorrea, 23 presentaban alteraciones de la presión y el dinamismo del LCR: 13 pacientes mostraron una presión basal elevada y 10 sólo tenían su mecanismo dinámico alterado. Dos pacientes se negaron a ser intervenidos y 21 recibieron un shunt ventriculoperitoneal. Luego del tratamiento quirúrgico la rinorrea se detuvo en 16 pacientes (76%) y se redujo en los restantes 5 individuos (24%). La fístula de estos últimos se resolvió definitivamente luego de la reparación quirúrgica del piso de la silla turca. Luego de la intervención operatoria primaria que reparó el piso selar de once pacientes, la presión y el dinamismo del LCR fueron normales: el procedimiento resolvió la fístula en forma completa y permanente en tres sujetos, pero en los ocho restantes se observó un efecto momentáneo tras el cual se reanudó la pérdida de LCR, ya que sus mecanismos dinámicos se alteraron. Un paciente tuvo signos clínicos de hipertensión intracraneal. Finalmente, los 8 pacientes recibieron un implante de shunt para LCR y su fístula se solucionó completamente. En base a los resultados obtenidos, los autores confirman el papel que juega la PIC elevada en la patogenia y mantenimiento del STV primario. Los signos neurológicos adversos y la pérdida de LCR se correlacionan con un incremento real de la PIC y se alivian mediante el implante quirúrgico de shunts. Finalmente señalan que la rinorrea de LCR es más frecuente de lo esperado y debe tratarse por el riesgo de meningitis; su resolución puede lograrse mediante un protocolo diagnóstico cuidadoso y a menudo puede requerir diversos procedimientos quirúrgicos.
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