Resúmenes amplios

EL PRONÓSTICO DE LOS PACIENTES HOSPITALIZADOS CON ENFERMEDAD POR CORONAVIRUS 2019 Y ENFERMEDAD CARDÍACA CONCOMITANTE


Brescia, Italia
Los pacientes hospitalizados con enfermedad cardíaca concomitante y enfermedad por coronavirus 2019 tendrían un pronóstico extremadamente malo en comparación con los sujetos sin antecedentes de enfermedad cardíaca.

European Heart Journal 41(19):1821-1829

Autores:
Metra M

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Brescia

Título original:
Characteristics and Outcomes of Patients Hospitalized for COVID-19 and Cardiac Disease in Northern Italy

Título en castellano:
Las Características y Resultados de los Pacientes Hospitalizados por COVID-19 y Enfermedad Cardíaca en el Norte de Italia

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.01 páginas impresas en papel A4

Introducción

La Organización Mundial de la Salud ha declarado a la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) como una emergencia de salud pública de importancia internacional, con una estimación mundial de casos confirmados por laboratorio de 1 696 588 y 105 952 muertes al 12 de abril de 2020. Una alta proporción de pacientes con COVID-19 tienen comorbilidades. Los pacientes con antecedentes de enfermedad cardíaca parecen más propensos a infectarse por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) y tener un curso clínico más grave de COVID-19. Sin embargo, las características clínicas y resultados de estos pacientes aún no se han descrito.

El objetivo del presente estudio fue comparar las características demográficas, la presentación clínica y los resultados de pacientes con enfermedad cardíaca concomitante y sin esta, hospitalizados por COVID-19 en el Norte de Italia.

 

Métodos

Se incluyeron 2 grupos de pacientes consecutivos hospitalizados por neumonía por COVID-19 en los hospitales civiles de Brescia, Lombardía, Italia, entre el 4 de marzo y el 25 de marzo de 2020. El primer grupo incluyó sujetos con antecedentes de enfermedad cardíaca y el segundo a pacientes sin antecedentes de enfermedad cardíaca. Todos los pacientes tuvieron un diagnóstico de COVID-19 confirmado por laboratorio. Los datos demográficos, clínicos, de laboratorio, instrumentales, de tratamiento y de resultados se extrajeron de los registros médicos hospitalarios. La enfermedad renal crónica (ERC) se definió por la presencia de una tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) ≤ 60 ml/min/m2.  Se calculó el puntaje de la sequential organ failure assessment (SOFA) para todos los pacientes. La sepsis y el shock séptico se definieron de acuerdo con la 2016 Third International Consensus Definition. Las evaluaciones radiológicas incluyeron radiografía de tórax o tomografía computarizada (TAC). Se realizó análisis de gases en sangre en el momento de la hospitalización y posteriormente a partir de las indicaciones clínicas. Además, se analizaron los niveles plasmáticos de troponina T de alta sensibilidad (TnTas) y péptido natriurético probraínico N-terminal (NT-proBNP, por sus siglas en inglés).

Los análisis estadísticos se realizaron con la versión 14 de Stata. El valor de p < 0.05 se consideró estadísticamente significativo.

 

Resultados

Un total de 99 pacientes hospitalizados con neumonía por COVID-19 fueron incluidos (53 pacientes cardíacos y 46 no cardíacos). El promedio de edad fue de 67 ± 12 años, y 80 (81%) pacientes eran varones. Entre los pacientes cardíacos, el 40% tenía antecedentes de insuficiencia cardíaca, el 36% tenía fibrilación auricular, el 30% tenía enfermedad coronaria, y el 28% tenía ERC.

Al momento de ingreso, los pacientes cardíacos tenían más probabilidades de recibir tratamiento crónico con un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina, un bloqueador del receptor de angiotensina o un inhibidor del receptor de angiotensina-neprilisina, anticoagulantes y estatinas. La fiebre al ingreso estuvo presente en el 42% de los pacientes. La radiografía de tórax demostró neumonía en todos los pacientes. No se encontraron diferencias al momento del ingreso en ninguna variable, excepto por una presión arterial más baja en pacientes cardíacos. En lo referido a los parámetros de laboratorio, la única diferencia entre los grupos fueron los valores más altos de creatinina sérica, NT-proBNP y TnTas en pacientes cardíacos.

Se necesitó soporte de oxígeno con fracción inspirada de oxígeno (FiO2) ≥ 50% en la mitad de los pacientes. Se utilizó ventilación no invasiva en el 19% de los pacientes. Dos pacientes necesitaron intubación. El apoyo ventilatorio o la intubación se excluyeron en 7 pacientes cardíacos y en 3 pacientes no cardíacos por su edad o comorbilidades o ambas.

Durante la hospitalización, el 26% de los pacientes fallecieron, el 15% desarrollaron eventos tromboembólicos, el 19% sufrieron síndrome de dificultad respiratoria aguda y el 6% shock séptico. La mortalidad fue significativamente mayor en pacientes con enfermedad cardíaca en comparación con los pacientes no cardíacos demás (36% frente a 15%, p: 0.019; riesgo relativo: 2.35; intervalo de confianza del 95%: 1.08 a 5.09). Incluso después de excluir a los pacientes a quienes se les negó la intubación debido a comorbilidades o edad, la tasa de mortalidad se mantuvo más alta en pacientes cardíacos en comparación con pacientes no cardíacos (26% frente a 9%; p: 0.039). La tasa de eventos tromboembólicos y shock séptico durante la hospitalización también fue mayor en pacientes cardíacos (23% frente a 6% y 11% frente a 0%, respectivamente). La muerte se produjo durante la hospitalización en un promedio de tiempo de 8 días en pacientes cardíacos y en un promedio de tiempo de 10 días entre pacientes no cardíacos. En comparación con los pacientes que estaban vivos, los que murieron eran mayores y tenían más probabilidades de tener antecedentes de insuficiencia cardíaca, diabetes, enfermedad coronaria y ERC. Además, tenían una presión arterial sistólica más baja, un puntaje SOFA más alta y tenían más probabilidades de tener una relación presión parcial de oxígeno (PaO2)/FiO2 < 300 mm de Hg en el momento de la hospitalización.

 

Conclusiones

Los resultados del presente estudio indicarían que los pacientes hospitalizados con enfermedad cardíaca concomitante y COVID-19 tendrían un pronóstico extremadamente malo en comparación con los sujetos sin antecedentes de enfermedad cardíaca, con mayor mortalidad, eventos tromboembólicos y tasas de shock séptico. 



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