Resúmenes amplios

LA PROPAGACIÓN DE LA ENFERMEDAD POR CORONAVIRUS 2019 ESTARÍA ASOCIADA CON EL CLIMA Y LA ESTACIONALIDAD


Baltimore, EE.UU.:
La distribución de brotes comunitarios importantes de enfermedad por coronavirus 2019 a lo largo de mediciones restringidas de latitud, temperatura y humedad sería consistente con el comportamiento de un virus respiratorio estacional.

JAMA Network Open 3(6):1-11

Autores:
Sajadi MM

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Maryland School of Medicine

Título original:
Temperature, Humidity, and Latitude Analysis to Estimate Potential Spread and Seasonality of Coronavirus Disease 2019 (COVID-19)

Título en castellano:
Análisis de la Temperatura, Humedad y Latitud para Estimar la Propagación Potencial y Estacionalidad de la Enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19)

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.01 páginas impresas en papel A4

Introducción

Un número considerable de enfermedades infecciosas demuestran patrones estacionales en su incidencia, incluidos los coronavirus humanos. La incidencia de la influenza tendría fluctuaciones estacionales sustanciales en las regiones templadas del mundo, pero demostraría menos estacionalidad en las zonas tropicales. La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés), causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) habría surgido en Wuhan, provincia de Hubei, China, y posteriormente se propagó a muchas otras regiones del mundo. La mayor preocupación no es solo la rápida propagación de esta pandemia, sino también cómo se comportará en los próximos meses y qué áreas y poblaciones están en mayor riesgo. Una serie de estudios señalan el papel de la temperatura y la humedad ambiente en la supervivencia y transmisión de virus respiratorios estacionales. Por lo tanto, investigar la posible asociación del clima y la estacionalidad con la propagación del SARS-CoV-2 podría ayudar en las estrategias preventivas y de vigilancia.

El objetivo del presente estudio fue examinar la asociación del clima con la propagación de la infección por COVID-19.

 

Métodos

El presente estudio de cohorte examinó los datos climáticos de 50 ciudades de todo el mundo con una considerable difusión comunitaria de COVID-19 y sin esta. Ocho ciudades con una extensión sustancial de COVID-19 (Wuhan, China; Tokio, Japón; Daegu, Corea del Sur; Qom, Irán; Milán, Italia; París, Francia; Seattle, Estados Unidos, y Madrid, España) se compararon con 42 ciudades que no se han visto afectados o no tuvieron una difusión comunitaria considerable. Los datos fueron recolectados desde enero hasta el 10 de marzo de 2020. La transmisión comunitaria sustancial se definió como al menos 10 muertes reportadas en un país al 10 de marzo de 2020. La muerte comunitaria se definió como la transmisión comunitaria de COVID-19 que resulta en muerte. El análisis de temperatura se realizó en un período de 30 a 20 días antes de la primera muerte de la comunidad para capturar un rango de días en los que los casos probablemente se transmitieron, con base en un período de incubación de aproximadamente 5 días y un número de reproducción de aproximadamente 2. Los datos climáticos que incluyeron la latitud, las temperaturas de 2 metros, la humedad relativa, la humedad específica y la humedad absoluta se obtuvieron del European Centre for Medium-Range Weather Forecasts ERA-5. Se utilizaron pronósticos climáticos (datos de 1979 a 2020) y de persistencia (datos de 2019) para analizar las tendencias de latitud y temperatura a nivel mundial y para las áreas afectadas. Se utilizó la prueba de Mann-Whitney para comparar los valores de temperatura de 2 metros, Q y HR entre ciudades con transmisión comunitaria sustancial y sin esta. El análisis de regresión lineal se utilizó para determinar la asociación entre los datos climáticos y el número de casos de COVID-19.

 

Resultados

Las 8 ciudades con una propagación comunitaria considerable al 10 de marzo de 2020 se ubicaron en una banda estrecha, aproximadamente en el corredor de 30° N a 50° N, incluida Corea del Sur (Daegu: 35.9° N; 54 muertes y 7513 casos antes del 10 de marzo), Japón (Tokio: 35.6° N; 10 muertes y 581 casos para el 10 de marzo), Irán (Qom: 34.6° N; 291 muertes y 8042 casos para el 10 de marzo), el norte de Italia (Milán: 45.6° N; 631 muertes y 10 149 casos para el 10 de marzo), el noreste de los Estados Unidos (Seattle: 47.5° N; 28 muertes y 959 casos), España (Madrid: 40.5° N; 35 muertes y 1695 casos) y Francia (París: 48.7° N; 33 muertes y 1784 casos). Durante el mismo período, el COVID-19 no se extendió sustancialmente a países inmediatamente al norte (por ejemplo, Moscú, Rusia: 56.0° N; 0 muertes y 10 casos) y al sur de China, donde Wuhan (30.8° N) tuvo 3136 muertes y 80 757 casos. El número de pacientes y muertes reportadas en el sudeste asiático fue mucho menor en comparación con las regiones templadas mencionadas anteriormente (por ejemplo, Bangkok, Tailandia: 13.7° N; una muerte y 53 casos; Hanoi, Vietnam: 21.2° N; 0 muertes y 31 casos).

Las 8 ciudades con propagación comunitaria considerable de SARS-CoV-2 tenían patrones climáticos similares, consistentes en promedios de temperaturas de entre 5 y 11° C, combinadas con baja humedad específica (3 a 6 g/kg) y baja humedad absoluta (4 a 7 g/m3). Además de tener una media de temperatura similar, en estos lugares el momento del brote coincidió con un nadir invernal en el ciclo de temperatura anual, con temperaturas relativamente estables durante un período de un mes o más, es decir, las 8 ciudades tuvieron promedio de temperaturas de entre 2 y 10° C durante los 3 meses entre diciembre de 2019 y febrero de 2020. Hubo una falta de establecimiento comunitario sustancial en lugares esperados basados en la proximidad. Utilizando los datos de temperatura y humedad de 2019 para marzo y abril, el riesgo de propagación comunitaria podría se espera que afecte las áreas al norte de las áreas actuales en riesgo.

 

Conclusiones

La distribución de brotes comunitarios importantes de COVID-19 a lo largo de mediciones restringidas de latitud, temperatura y humedad sería consistente con el comportamiento de un virus respiratorio estacional. Mediante el uso de modelos climáticos, sería posible estimar las regiones con mayor riesgo de propagación sustancial de COVID-19 en las próximas semanas, lo que permitiría concentrar los esfuerzos de salud pública en la vigilancia y la contención. La asociación entre temperatura y humedad en las ciudades afectadas por COVID-19 merece especial atención. 



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