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Introducción
La enfermedad por coronavirus (COVID-19, por sus siglas en inglés) tendría el potencial de causar interrupciones sustanciales a los servicios de salud, debido a casos que sobrecargan el sistema de salud o las medidas de respuesta que limitan las actividades programáticas habituales. En los países de ingresos medianos y bajos, una preocupación particular sería el impacto potencial de esta enfermedad sobre 3 prioridades principales de salud, como los son el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la tuberculosis y la malaria. En los últimos años, se han logrado avances sustanciales en la reducción de la carga del VIH, la tuberculosis y la malaria, y se han establecido objetivos ambiciosos para alcanzar niveles muy bajos de carga para 2030. Interrumpir los programas destinados a reducir la carga de estas 3 enfermedades podría agravar el impacto directo del COVID-19.
El objetivo del presente estudio fue cuantificar en qué medida las interrupciones de los servicios para el VIH, la tuberculosis y la malaria en países de ingresos medianos y bajos con cargas altas de estas enfermedades podrían conducir a una pérdida adicional de vidas en los próximos 5 años.
Métodos
Suponiendo un número de reproducción básico (R0) de 3.0 para el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), se construyeron 4 escenarios para posibles respuestas a la pandemia de COVID-19 en países de ingresos medianos y bajo (no tomar ninguna acción, mitigación durante 6 meses, supresión durante 2 meses o supresión durante 1 año) con respecto al efecto que tienen las intervenciones en la reducción del número efectivo de reproducción (Rt). La especificación del escenario de mitigación se eligió para aproximar la reducción máxima en el tamaño final de la pandemia que se puede lograr con intervenciones parcialmente eficaces y no permanentes. Los tiempos de la pandemia son representativos de entornos en los que hubo un total de 0.1 muertes por millón de habitantes debido a COVID-19 antes del 12 de abril de 2020, que fue el caso de la mayoría de los países del África subsahariana. Se hicieron suposiciones sobre cómo se verían afectados los programas para la prevención y el tratamiento del VIH, la tuberculosis y la malaria. El impacto en la salud de estas interrupciones se estimó utilizando un modelo separado para cada enfermedad. Se utilizaron modelos de transmisión establecidos de VIH, tuberculosis y malaria para estimar el impacto adicional en la salud que podría ser causado en entornos seleccionados, ya sea debido a las actividades limitantes de las intervenciones de COVID-19, o debido a la alta demanda en el sistema de salud debido a la pandemia de COVID-19. El impacto de la pandemia de COVID-19 y las interrupciones asociadas se cuantificó como las muertes adicionales y los años de vida adicionales que se pierden, en comparación con un escenario en el que no hubo una pandemia de COVID-19 o interrupciones asociadas durante un período de un año y un período de 5 años. Los años de vida perdidos sí una persona muere debido a COVID-19, o debido al VIH, la tuberculosis o la malaria, se calcularon con respecto a la esperanza de vida para esa edad de la persona en el entorno del país respectivo.
Resultados
En el escenario hipotético de no acción, se pronostica que las muertes directas debido a COVID-19 ocurrirán principalmente entre junio y agosto con un estimado de 6000 muertes por millón de habitantes. En este escenario, el 30% de las muertes proyectadas por COVID-19 se deberían a la falta de atención de apoyo debido a que se excede la capacidad hospitalaria. En el escenario de mitigación, se proyectó un número menor de muertes por COVID-19 (alrededor de 4400 por millón de habitantes), porque la curva de la pandemia sería más plana, con un pico más bajo y una duración mayor que el escenario sin acción.
En entornos con altas cargas de VIH, tuberculosis o malaria, las interrupciones de los programas y medidas destinados a reducir la carga de estas enfermedades durante la pandemia de COVID-19 podrían causar un aumento de las muertes por VIH de hasta un 10%, por tuberculosis de hasta un 20% y por malaria de hasta a 36%, en 5 años en comparación con sí no habría ocurrido la pandemia de COVID-19. Se estimó que el mayor impacto en el VIH es la interrupción de la terapia antirretroviral, que podría ocurrir durante el período de alta demanda del sistema de salud. Para la tuberculosis, el mayor impacto sería la reducción en el diagnóstico oportuno y el tratamiento de nuevos casos, lo que podría resultar por cualquier período prolongado de intervenciones de supresión de COVID-19. El mayor impacto en la carga de la malaria podría ser el resultado de la interrupción de las campañas netas planificadas. Estas interrupciones podrían conducir a una pérdida de años de vida durante 5 años que es del mismo orden de magnitud que el impacto directo de COVID-19 en lugares con una alta carga de malaria y grandes epidemias de VIH y tuberculosis. En general, la magnitud pronosticada del impacto del COVID-19 sobre el VIH, la tuberculosis y la malaria fue ampliamente similar, en términos de muertes adicionales y años de vida perdidos.
Conclusión
Los resultados del presente estudio indicarían que mantener las actividades de prevención y los servicios de atención médica más críticos para el VIH, la tuberculosis y la malaria podría reducir sustancialmente el impacto general de la pandemia de COVID-19.