Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), causada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), es una amenaza para la salud pública de todo el mundo; hasta 23 de abril de 2021 se comunicaron 140.3 millones de casos en todo el mundo, y 245761 casos en Dinamarca.
Se estima que más del 80% de los sujetos con infección por SARS-CoV-2 tienen síntomas leves o ningún síntoma. Si bien se sabe que los pacientes internados por COVID-19 pueden presentar complicaciones tardías, como miocarditis, fibrosis pulmonar, encefalitis, eventos de tromboembolismo venoso (TEV) y enfermedad psiquiátrica, como también síntomas persistentes, como disnea, tos y fatiga, las posibles complicaciones tardías en pacientes con infección por SARS-CoV-2 asintomática o con síntomas leves no se conocen con precisión. Los estudios en este sentido refirieron cifras muy heterogéneas, desde 10% a 20% en un trabajo, hasta 75% en otro estudio. Sin embargo, estas investigaciones se realizaron en muestras seleccionadas de pacientes y no consideraron grupos control. Por lo tanto, el objetivo del presente estudio fue determinar la incidencia de efectos posagudos, entre 2 semanas y 6 meses después de la infección por SARS-CoV-2 que no motivó internación, por medio de la valoración del inicio de tratamientos específicos, de los diagnósticos hospitalarios, y de la frecuencia global de consultas médicas, en una amplia cohorte de pacientes con antecedente de COVID-19, en comparación con sujetos sin infección por SARS-CoV-2.
Pacientes y métodos
El estudio prospectivo de cohorte se realizó con los datos aportados por diferentes registros de salud de Dinamarca. Se consideraron todos los sujetos que presentaron resultados positivos o negativos en la prueba de reacción en cadena de la polimerasa por transcripción reversa (RT-PCR por su sigla en inglés) para SARS-CoV-2, entre 27 de febrero y 31 de marzo de 2020. Las variables de interés fueron las complicaciones tardías, la enfermedad crónica, las consultas hospitalarias por síntomas persistentes y la prescripción de diversos fármacos. Los análisis se realizaron con puntajes de propensión (PP) con individuos comparables, sin antecedente de infección por SARS-CoV-2, con la finalidad de estimar las diferencias de riesgo (DR) y los risk ratios (RR) para el inicio del tratamiento con 1 de 14 drogas y para 27 diagnósticos hospitalarios, sugestivos de síndrome posagudo.
Resultados
Fueron analizados 10 498 sujetos que presentaron RT-PCR positiva para SARS-CoV-2 en Dinamarca, entre 27 de febrero y 31 de mayo de 2020, 8983 de los cuales (85.6%) estaban con vida y no habían sido internados en las 2 semanas que siguieron a la RT-PCR positiva.
La cohorte de comparación estuvo integrada por 80 894 sujetos con resultados negativos en la RT-PCR.
En comparación con los sujetos sin infección por SARS-CoV-2, los pacientes con antecedente de infección no presentaron riesgo aumentado de inicio de nuevos tratamientos (DR < 0.1%), con excepción de broncodilatadores, específicamente beta2 agonistas de acción corta (117 [1.7%] de 6935 sujetos con antecedente de infección por SARS-CoV-2, en comparación con 743 [1.3%] de 57 206 sujetos con RT-PCR negativa, DR de +0.4%; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0.1 a 0.7; RR de 1.32; IC 95%: 1.09 a 1.60) y triptanos (33 [0.4%] de 8292, en comparación con 198 [0.3%] de 72 828; DR de +0.1%; IC 95%: 0.0 a 0.3; RR de 1.55; IC 95%: 1.07 a 2.25).
Se comprobó riesgo aumentado de recibir diagnóstico hospitalario de disnea (103 [1.2%] de 8676, en comparación con 499 [0.7%] de 76 728; DR de +0.6%; IC 95%: 0.4 a 0.8; RR de 2.00; IC 95%: 1.62 a 2.48) y de TEV (20 [0.2%] de 8785, en comparación con 110 [0.1%] of 78 872; DR de +0.1%; IC 95%: 0.0 a 0.2; RR de 1.77; IC 95%: 1.09 a 2.86) para los sujetos con RT-PCR positiva para SARS-CoV-2, en comparación con los sujetos sin antecedente de infección.
Los rate ratios ajustados por el índice previo de eventos en la totalidad de las consultas clínicas y en las consultas hospitalarias ambulatorias fueron de 1.18 (IC 95%: 1.15 a 1.22) y de 1.10 (IC 95%: 1.05 a 1.16), respectivamente; en cambio, los índices de internaciones no estuvieron aumentados entre los pacientes con antecedente de infección por SARS-CoV-2 respecto de los enfermos sin antecedente de infección.
Conclusión
En el presente estudio de cohorte con la totalidad de los residentes de Dinamarca que fueron sometidos a rastreo de la infección por SARS-CoV-2 durante la primera ola de la pandemia de COVID-19, los enfermos que no debieron ser internados por COVID-19 no tuvieron riesgo más alto de comenzar el tratamiento con 11 fármacos seleccionados o de recibir 1 de 25 diagnósticos hospitalarios nuevos, entre 2 semanas y 6 meses después de la realización de la RT-PCR, en los sujetos con resultados positivos, en comparación con aquellos con resultados negativos. Sólo se observaron incrementos leves en el inicio del tratamiento con agentes broncodilatadores de acción corta y triptanos, y aumentos de los casos con nuevo diagnóstico de disnea o TEV. Por lo tanto, si bien el riesgo absoluto de complicaciones graves luego de la infección aguda por SARS-CoV-2 en pacientes que no requieren internación es bajo, el incremento de las consultas y el inicio de determinados tratamientos podrían indicar secuelas de COVID-19 luego de la infección aguda.