Introducción
Estudios recientes indican que un número creciente de pacientes con COVID-19 inicialmente leve presenta síntomas prolongados, cuyo patrón y temporalidad todavía no se conocen con precisión. La persistencia de síntomas suele denominarse COVID prolongada (CP). Sólo unos pocos estudios analizaron sistemáticamente la población de pacientes con CP; el espectro de síntomas, la gravedad de las manifestaciones clínicas, el curso clínico anticipado, las consecuencias de los síntomas sobre el desempeño cotidiano y la recuperación del estado de salud, previo a la enfermedad, no se conocen con precisión. Si bien todavía no se dispone de una definición para CP, habitualmente se la considera una combinación de síntomas que aparecen durante o después de COVID-19 confirmada o probable y que persisten más de 28 días, una definición similar a la del síndrome posCOVID, propuesta por los Centers for Disease Control and Prevention's (CDC) “Post-COVID conditions”.
El objetivo del presente estudio, basado en encuestas online, fue conocer las características de los síntomas de CP en pacientes que presentaron COVID-19 entre diciembre de 2019 y mayo de 2020, de modo que se analizaron síntomas de más de 7 meses de duración. Específicamente, el estudio tuvo por finalidad describir la experiencia de los enfermos y el proceso de recuperación, luego de COVID-19 confirmada o probable, con especial atención a las consecuencias de CP. Se analizaron la evolución de los síntomas en el tiempo y la gravedad, los síntomas neurológicos y neuropsiquiátricos, la recuperación, y la normalización del estado de salud, incluida la capacidad para retomar las actividades laborales.
Pacientes y métodos
Para el presente estudio con encuestas online se incluyeron pacientes con antecedente de COVID-19; los datos se recogieron entre 6 de septiembre y 25 de noviembre de 2020. Se analizaron las respuestas aportadas por 3762 pacientes con antecedente de COVID-19 confirmada por laboratorio (n: 1020) o con diagnóstico presuntivo (n: 2742) de 56 países, con enfermedad con duración de más de 28 días y con inicio de los síntomas antes de junio de 2020. Se estimó la prevalencia de 203 síntomas en 10 sistemas de órganos y se analizó la evolución de 66 manifestaciones clínicas, en el transcurso de 7 meses después de la enfermedad aguda. Se determinaron las consecuencias de CP sobre la calidad de vida y la vuelta al trabajo.
Resultados
Para la mayoría (> 91%) de los participantes, el tiempo de recuperación de la enfermedad aguda fue superior a las 35 semanas. Durante la enfermedad, los entrevistados refirieron en promedio 55.9 síntomas, con afectación de 9.1 órganos en promedio.
Los síntomas referidos con mayor frecuencia después de los 6 meses fueron la fatiga, el cansancio posterior a la actividad física, y la disfunción cognitiva. Los síntomas variaron en el transcurso del tiempo, pero pudieron identificarse 3 agrupaciones sintomáticas, cada una de ellas con un perfil temporal característico.
El 85.9% de los pacientes (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 84.8% a 87.0%) refirió recaídas, sobre todo en relación con el ejercicio, la actividad física o mental y el estrés. El 86.7% de los enfermos no recuperados (IC 95%: 85.6% a 92.5%) referían fatiga en el momento del estudio, en comparación con el 44.7% (IC 95%: 38.5% a 50.5%) de los participantes recuperados.
Un total de 1700 sujetos entrevistados (45.2%) debieron reducir las horas de trabajo, en comparación con la carga laboral previa a COVID-19, y otros 839 enfermos (22.3%) aún no trabajaban en el momento del estudio, como consecuencia de los síntomas.
La disfunción cognitiva o los problemas de la memoria fueron frecuentes en todos los grupos de edad (con una frecuencia cercana al 88%). Con excepción de la pérdida del gusto y el olfato, la prevalencia y la trayectoria de todos los síntomas fueron similares en los pacientes con antecedente de COVID-19 confirmada o probable.
Conclusión
En el presente estudio se evaluaron, por primera vez, las trayectorias de síntomas individuales, en pacientes con antecedente de COVID-19. Los resultados confirman que la persistencia de los síntomas es frecuente y se asocia con consecuencias muy desfavorables sobre la capacidad de los pacientes para trabajar y para el desempeño de las actividades diarias. Se comprobaron síntomas de varios sistemas y órganos, entre ellas manifestaciones neuropsiquiátricas, sistémicas, reproductivas, cardiovasculares, musculoesqueléticas, gastrointestinales y dermatológicas. El análisis por grupos reveló que los síntomas comparten formas comunes de variación en el tiempo, en términos de la prevalencia. Los síntomas que parecen persistir durante períodos más prolongados son los neurológicos y cognitivos y los síntomas sistémicos.
Si se tiene en cuenta que millones de personas en todo el mundo tienen COVID, y que según los estudios actuales, 1 de cada 7 pacientes con COVID-19 presentará síntomas 12 semanas después de la enfermedad aguda, el número de afectados con CP es sustancial. Según los resultados del presente estudio, CP se asocia con secuelas heterogéneas que habitualmente afectan a múltiples órganos, con consecuencias muy desfavorables. Debido a la naturaleza de los síntomas de CP, se requiere de investigación multidisciplinaria para comprender los mecanismos fisiopatogénicos involucrados y para identificar posibles tratamientos. Los hallazgos ponen de manifiesto, también, la importancia de evitar la propagación de COVID-19 por medio de medidas de control de salud pública y mediante la vacunación.