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Introducción
Aunque la terapia sistémica se administra para el cáncer de páncreas localmente avanzado (CPLA) inoperable, el control locorregional sigue siendo imprescindible para el control de los síntomas y los resultados clínicos. Debido a la proximidad del páncreas a órganos radiosensibles como el hígado, el duodeno y otras estructuras gastrointestinales de la mucosa, el tratamiento con quimiorradiación concurrente para el cáncer de páncreas puede dar lugar a altas tasas de toxicidad. En comparación con las técnicas basadas en fotones, la radioterapia con haz de protones puede mejorar el cociente terapéutico de la radioterapia para el CPLA, pero los datos disponibles se han limitado a experiencias unicéntricas.
Este estudio examinó las tasas de toxicidad, supervivencia y control de la enfermedad entre los pacientes inscritos en un estudio de registro prospectivo multiinstitucional y tratados con radioterapia con haz de protones para el CPLA.
Métodos
Entre marzo de 2013 y noviembre de 2019, 19 pacientes (11 mujeres y 8 hombres; mediana de edad de 70 años) con enfermedad inoperable en 7 instituciones se sometieron a radioterapia con haz de protones con intención definitiva para CPLA (pacientes cuya enfermedad era quirúrgicamente irresecable o que no eran médicamente aptos para la operación). Los pacientes recibieron una mediana de dosis/fraccionamiento de radiación de 54 Gy/30 fracciones (intervalo = 50.4 a 60.0 Gy/19 a 33 fracciones). La mayoría recibió quimioterapia previa (68.4%) o simultánea (78.9%). Los pacientes fueron evaluados de forma prospectiva para detectar toxicidades utilizando la versión 4.0 de los National Cancer Institute Common Terminology Criteria for Adverse Events. El análisis de Kaplan-Meier se utilizó para analizar la supervivencia general, la supervivencia libre de recidiva locorregional, el tiempo hasta la recidiva locorregional, la supervivencia sin metástasis a distancia y el tiempo hasta la nueva progresión o metástasis para la cohorte de adenocarcinoma (17 pacientes).
Resultados
La mediana de seguimiento para la cohorte fue de 11.5 meses. Los 14 pacientes con estadificación T disponibles se clasificaron como T2 (un paciente), T3 (3 pacientes) o T4 (10 pacientes). La mediana del tamaño del tumor fue de 3.9 cm y la ubicación más frecuente del tumor fue dentro de la cabeza pancreática (63.2%). Cinco pacientes tenían enfermedad N1 y los pacientes restantes tenían enfermedad N0 (14 pacientes).
Se informaron un total de 75 eventos adversos relacionados con el tratamiento que abarcaron 19 categorías, incluidos 59 (78.7%) eventos adversos de grado 1 y 16 (21.3%) eventos adversos de grado 2. Ningún paciente experimentó eventos adversos agudos o crónicos relacionados con el tratamiento de grado ≥ 3. La mayoría de los pacientes (94.7%) experimentaron al menos un evento adverso agudo (mediana de eventos por paciente= 3; intervalo= 0 a 13). Los eventos adversos de grado 1 a 2 informados con mayor frecuencia fueron anorexia (n= 12), fatiga (n= 11), dermatitis por radiación (n= 9) y náuseas (n= 9). Ningún paciente experimentó la interrupción del tratamiento debido a la toxicidad. Al centrarse solo en los eventos adversos de grado ≥ 2, los más frecuentes fueron la anorexia (n= 5) y la fatiga (n= 4).
La mediana de supervivencia global, la supervivencia sin recidiva locorregional, la supervivencia sin metástasis a distancia y el tiempo hasta una nueva progresión o metástasis fueron 14.6, 11, 11 y 13.9 meses, respectivamente. Las tasas de supervivencia global a los 12 y 24 meses fueron de 58% y 18.1%, respectivamente. Las tasas de supervivencia sin recidiva locorregional a 12 meses y 24 meses fueron del 39.1% y 15.7%, respectivamente. La ausencia de recidiva locorregional a los 2 años fue del 81.7%. Dos pacientes con adenocarcinoma de páncreas experimentaron una recurrencia local. Las tasas de supervivencia sin metástasis a distancia a los 12 meses y 24 meses fueron de 38% y 0%, respectivamente. Todos los pacientes completaron el tratamiento, solo uno requirió una interrupción de radioterapia para la colocación del stent.
Discusión y conclusiones
Este es el primer estudio que examina un registro prospectivo multiinstitucional de pacientes que reciben radioterapia con haz de protones para el CPLA. La radioterapia con haz de protones para el CPLA fue bien tolerada y eficaz para el control de la enfermedad y se asocia con tasas de supervivencia comparables con la radioterapia basada en fotones de dosis escalada. Específicamente, los pacientes no experimentaron ninguna toxicidad de grado 3 a pesar de recibir una mediana de dosis de 54 Gy y de que el 78.9% también recibió quimioterapia concurrente. El control de la enfermedad fue excelente en el contexto del CPLA, con una tasa de ausencia de recidiva local de 81.7% a primer año después de la radioterapia, que se asoció con una mediana de supervivencia global de 14.6 meses. Estos hallazgos son congruentes con las ventajas físicas y dosimétricas conocidas que ofrece la terapia de protones, pero las conclusiones son limitadas debido al tamaño de la muestra del paciente. Se justifica la realización de estudios clínicos adicionales que incorporen radioterapia con haz de protones de dosis escalonada para evaluar si estas ventajas dosimétricas se traducen en beneficios clínicamente significativos.