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Introducción
El cáncer de ovario fue la principal causa de muertes relacionadas con el cáncer ginecológico en 2023. Debido a la aparición insidiosa del cáncer de ovario y la falta de herramientas de detección eficaces, el 60% de las pacientes con cáncer de ovario son diagnosticadas en etapas tardías. Aproximadamente el 90% de las pacientes con cáncer de ovario reciben quimioterapia. La neuropatía periférica inducida por quimioterapia (NPIQ) es uno de los efectos adversos más frecuentes y graves de la quimioterapia y se asocia con peor calidad de vida entre las sobrevivientes de cáncer de ovario. La prevalencia de esta afección entre pacientes sometidas a quimioterapia varía de 30% a 70%. En la actualidad, no existe un tratamiento eficaz para la NPIQ y la terapia con ejercicios es un enfoque terapéutico prometedor.
El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de la intervención de ejercicio aeróbico de 6 meses frente al control de atención sobre la NPIQ entre mujeres tratadas con quimioterapia por cáncer de ovario en el Women's Activity and Lifestyle Study in Connecticut (WALC).
Métodos
Se realizó un análisis secundario preespecificado del WALC, un ensayo clínico aleatorizado en fase 3 multicéntrico, abierto y basado en la población, de una intervención de ejercicio aeróbico frente al control de atención para NPIQ en pacientes que fueron diagnosticadas con cáncer de ovario. Solo las participantes del WALC que recibieron quimioterapia se incluyeron en este análisis. Las participantes fueron asignados al azar en proporción 1: 1 a la intervención de ejercicio aeróbico de 6 meses o al control de atención. Todos los análisis se realizaron entre septiembre de 2022 y enero de 2023.
La intervención con ejercicios consistió en ejercicio aeróbico de intensidad moderada facilitado por asesoramiento telefónico semanal de un entrenador de ejercicios contra el cáncer certificado por el American College of Sports Medicine/American Cancer Society. Se aconsejó a las participantes que aumentaran el ejercicio a 150 minutos por semana de ejercicio aeróbico de intensidad moderada, principalmente a través de caminatas rápidas. El control de la atención incluyó llamadas telefónicas semanales de educación para la salud de un miembro del personal del WALC. El cambio en la NPIQ fue el criterio de valoración primario en este análisis secundario. Este criterio estuvo representado por la gravedad de la NPIQ, que fue autoevaluada por las participantes al inicio y a los 6 meses mediante la escala Functional Assessment of Cancer Therapy/Gynecologic Oncology Group–Neurotoxicity, con un intervalo de puntaje de 0 a 44. Se utilizó un modelo de efectos mixtos para evaluar el cambio a los 6 meses en la NPIQ entre los brazos de intervención con ejercicios y control de atención.
Resultados
De los 134 participantes (todas mujeres; media de edad de 57.5 años) incluidos en el análisis, 69 estaban en el brazo de intervención con ejercicios y 65 estaban en el brazo de control de atención. No se observaron diferencias estadísticamente significativas en las características basales entre los brazos del estudio. La media de tiempo desde el diagnóstico fue de 1.7 años. La mayoría de las participantes fueron diagnosticados en estadio III o IV (78 [58.2%]), recibieron tratamiento con carboplatino más paclitaxel (82 [82.0%]) y no tuvieron recurrencia de la enfermedad (111 [82.8%]). Las medias de los puntajes iniciales de la NPIQ fueron 8.1 en el brazo de intervención con ejercicios y 8.8 en el brazo de control de atención (p= 0.56). Además, 127 participantes (94.8%) tenían al menos un síntoma de NPIQ al inicio del estudio. El entumecimiento u hormigueo en los pies, el malestar en los pies y el dolor articular o los calambres musculares fueron los síntomas más prevalentes.
A los 6 meses, el puntaje autoinformada de la NPIQ se redujo en 1.3 3 (intervalo de confianza del 95%= -2.3 a -0.2) puntos en el brazo de intervención con ejercicios en comparación con un aumento de 0.4 (intervalo de confianza del 95%= -0.8 a 1.5) puntos en el brazo de control de atención. La diferencia entre los grupos fue de -1.6 (intervalo de confianza del 95%= -3.1 a -0.2) puntos. La estimación puntual fue mayor entre los 127 pacientes con síntomas de NPIQ en el momento de la inscripción (-2; intervalo de confianza del 95= -3.6 a -0.5 puntos). La incomodidad en los pies, el dolor articular o los calambres musculares, y la sensación general de debilidad fueron componentes de la NPIQ que los participantes informaron como los que más mejoraron con la intervención con ejercicios.
Conclusiones
Los hallazgos de este análisis secundario del ensayo WALC indican que la intervención de ejercicio aeróbico de 6 meses disminuyó de forma significativa la NPIQ autoinformada entre las pacientes que recibieron tratamiento para el cáncer de ovario en comparación con el control de atención. Si bien se justifica la replicación de los hallazgos en otros estudios, la incorporación de referencias a programas de ejercicio en la atención oncológica estándar podría reducir los síntomas de la NPIQ y aumentar la calidad de vida en pacientes con cáncer de ovario. El ejercicio también podría prolongar la supervivencia al mejorar la adhesión a la quimioterapia.