Resúmenes amplios

SENTIRSE VIEJO LUEGO DE UNA FRACTURA POR FRAGILIDAD


Toronto, Canadá:
Las personas que sufren una fractura por osteoporosis describen que el evento precipita la autopercepción de envejecimiento y de fragilidad, reforzada por mensajes verbales y no verbales del personal de salud, de la familia y de los allegados.

BMC Geriatrics 24(1):1-8

Autores:
Sale JRM, Frankel L, Meadows L

Institución/es participante/s en la investigación:
St Michael's Hospital

Título original:
The Experience of Feeling Old After a Fragility Fracture

Título en castellano:
Percepción de la Ancianidad después de una Fractura por Fragilidad

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.47 páginas impresas en papel A4

Introducción y objetivos 

La asociación entre edad cronológica, salud ósea y fracturas por fragilidad ha sido bien establecida. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gran mayoría de las fracturas por fragilidad (u osteoporóticas) ocurren en personas de edad avanzada, y su incidencia aumenta de manera pronunciada con la edad. La medición de la densidad mineral ósea (DMO) está aconsejada a partir de los 50 años, para el diagnóstico y el tratamiento de la osteoporosis. 

La percepción común es que las fracturas osteoporóticas le ocurren a las personas de edad avanzada. Una metasíntesis de estudios cualitativos indicó que la imagen de la osteoporosis es la de “una anciana con el cuerpo débil y con la espalda encorvada”, y que la mala salud ósea es parte del proceso de envejecimiento. Los autores de este estudio proponen la visión alternativa de que “las fracturas son las que envejecen a las personas”. 

Hubo escasa investigación para estudiar los efectos de las fracturas sobre la percepción subjetiva de la edad. Los individuos que han sufrido fracturas por fragilidad informan mayor dependencia de otras personas después del episodio e incremento del temor a nuevas caídas; estas fracturas pueden tener para los individuos un profundo significado relacionado con la edad, especialmente cuando son informados del riesgo de futuros episodios. Se considera que la edad subjetiva es un importante factor predictivo de morbilidad y de calidad de vida. 

El objetivo de este estudio fue realizar un análisis secundario de datos cualitativos sobre la experiencia de personas con fracturas por fragilidad, para determinar su relación con la edad subjetiva.

Pacientes y métodos 

La investigación fenomenológica enfatiza la importancia de las experiencias, percepciones y acciones de carácter directo, por lo que el objetivo del análisis es la descripción de la esencia o estructura de lo percibido y experimentado por los individuos. Se utilizaron entrevistas semiestructuradas en sujetos no internados, en forma presencial o telefónica. 

El análisis secundario se realizó sobre 6 estudios fenomenológicos (denominados AD, I, FR, COP, COM y M), llevados a cabo en Ontario, recolectados durante 10 años en 220 entrevistas a 145 individuos con fracturas por fragilidad (edad: ≥ 45 años; mujeres: 118; hombres: 27). Veintisiete participantes tuvieron fractura de cadera, y 118, otras fracturas. Los objetivos de estos estudios fueron: entender la experiencia de adhesión a las recomendaciones para el tratamiento de la salud ósea (AD); examinar las actitudes hacia la investigación sobre salud ósea y sobre tratamientos (I); analizar las percepciones sobre el riesgo de futuras fracturas (FR); examinar las actitudes hacia la investigación y los tratamientos en un grupo de pacientes osteoporóticos (COP); analizar cómo abordan la salud ósea los pacientes con múltiples enfermedades crónicas (COM), y explorar la relación entre la interpretación de los pacientes de su DMO y la percepción de su salud ósea (M). 

La perspectiva fenomenológica buscada por los autores incluyó discusiones directa e indirectamente relacionadas con el envejecimiento, en especial en la información provista por el personal de salud y por allegados al paciente, después de la fractura. Se excluyeron las discusiones sobre edad y riesgo de fracturas relacionadas con las herramientas de medición del riesgo. Los datos fueron extraídos de las grabaciones por el investigador inicial y por 3 nuevos investigadores del estudio.

Resultados 

Los datos de los ensayos primarios se consideraron adecuados para los objetivos del presente estudio cualitativo. Las discusiones de 143 de los 145 participantes fueron relevantes para la experiencia del envejecimiento. Se destacaron 2 interpretaciones: (1) los participantes se sintieron “viejos” después del episodio de fractura, lo que pareció configurar un cambio en la autopercepción; (2) la percepción de envejecimiento posfractura fue reforzada por el personal de salud, la familia y los allegados. 

Los participantes describieron la percepción de envejecimiento con varias expresiones (“una señora vieja”, “67 ya no es joven”, “camino como un viejo”, “tengo huesos viejos”, etc.). Los pacientes comenzaron a sentirse más viejos después de la fractura y limitaron sus actividades habituales. Se describieron a sí mismos como “débiles y frágiles”. Expresaron desagrado por usar un bastón o un andador, lo que consideraron que era “rendirse”. 

La recepción de información sobre riesgo de futuras fracturas incrementó las sensaciones de ancianidad, de fragilidad y de futuro pesimista y ominoso (“si te fracturás la cadera estás terminado”, “me va a pasar algo en cualquier momento”). 

Las discusiones de los participantes estuvieron con frecuencia relacionadas con la experiencia de sus padres, con expresiones del tipo “soy igual que mi madre, que está postrada”, “mi madre, mi abuela y mi bisabuela tuvieron osteoporosis, yo deberé cuidarme”, “todo el mundo me dice ‘de tal palo tal astilla’”, y otras. Estas expresiones conllevan preocupación por el futuro y concientización de la propia mortalidad. 

La percepción de envejecimiento implicó, en muchos casos, expresiones de duelo por la pérdida de la juventud (“yo era antes tremendamente activo”, “ya no puedo hacer las cosas que solía”, “salgo del subterráneo pensando que tengo 22 años y me doy cuenta que me falta el aire”).

El sentimiento de envejecimiento y de fragilidad después de una fractura fue reforzado por los mensajes verbales y no verbales provenientes del personal de salud, de la familia y de los allegados. En general, estos mensajes tienen un trasfondo de prevención mediante limitación de actividades (“no se apure en ninguna circunstancia porque puede caerse”, “si le vuelve a pasar la va a debilitar aún más”, “mi doctor me dijo que cuando uno tiene 72 años no se recupera como a los 20”, “después de cierta edad la osteoporosis se instala, no importa qué es lo que uno haga”, “si te fracturas de nuevo, puede ser que no salgas del hospital”).

Discusión y conclusiones 

Los autores expresan que los resultados de este estudio cualitativo indican que los individuos de edad avanzada que sufren una fractura, no solo informan sentirse viejos después del episodio, sino que predomina la resignación de ser viejos. Estas percepciones sobrevienen aunque la fractura no haya sido debida específicamente a edad avanzada y a fragilidad. El episodio de fractura no queda conceptualizado como un evento aislado, sino como un marcador psicosocial de pasaje de la edad adulta a la ancianidad. Si bien se considera que los médicos generales asumen que un individuo es anciano a partir de los 77 años, este estudio incluyó participantes ≥ 45 años, lo que los autores interpretan como una extensión del concepto de vejez por debajo de los 77 años. 

Las percepciones negativas de los participantes acerca del futuro pueden reflejar desconocimiento, desconfianza o incredulidad sobre los resultados de las intervenciones para mejorar la salud ósea. La transmisión de mensajes del tipo “la osteoporosis es algo que viene inevitablemente con los años” contribuye negativamente para una actitud positiva hacia la prevención. Los autores creen que los estereotipos culturales sobre la edad son absorbidos y aceptados por el individuo, lo que afecta su autopercepción sobre la edad y el envejecimiento. 

Aun las mediciones objetivas de la estructura ósea deben ser transmitidas con precaución, de manera de no provocar pesimismo en el paciente. La OMS promueve la visión de un envejecimiento activo, con participación en la vida social, económica, cultural, espiritual y cívica, para alcanzar un bienestar físico, social y mental. 

Los autores mencionan como fortaleza de este estudio el cuidado puesto en la calidad de los datos para el análisis; como limitaciones metodológicas del diseño de análisis secundario, indican la ausencia de formulación de una pregunta de investigación y la imposibilidad de refinamiento de los resultados por iteración. 

En conclusión, los individuos que sufrieron una fractura por osteoporosis y que están en riesgo de repetición del episodio, describen que el evento precipita la autopercepción de envejecimiento y de fragilidad, reforzada por los mensajes verbales y no verbales transmitidos por el personal de salud, la familia y los allegados.





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