Resúmenes amplios

VACUNACIÓN CONTRA LA ENFERMEDAD POR CORONAVIRUS 2019 Y CICLO MENSTRUAL


Michigan, EE.UU.
La vacunación contra la enfermedad por coronavirus 2019 está asociada con cambios a corto plazo en la duración habitual del ciclo menstrual. Esto destaca la importancia de monitorear la salud menstrual en los ensayos clínicos de vacunas.

American Journal of Obstetrics and Gynecology 227(5):1-11

Autores:
Missmer SA

Institución/es participante/s en la investigación:
Michigan State University College of Human Medicine

Título original:
A Prospective Study of the Association between SARS-CoV-2 Infection and COVID-19 Vaccination with Changes in Usual Menstrual Cycle Characteristics

Título en castellano:
Estudio Prospectivo de la Asociación entre la Infección por SARS-CoV-2 y la Vacunación contra la COVID-19 con Cambios en las Características Habituales del Ciclo Menstrual

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.97 páginas impresas en papel A4

Introducción

Las directrices recomiendan la vacunación contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) para todas las personas elegibles, incluidas aquellas con antecedentes de infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés). Estas vacunas tienen un perfil de eventos adversos leves a moderados, la mayoría de los cuales son dolor en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, fatiga y mialgia. Según algunos informes anecdóticos, la infección por SARS-CoV-2 y la vacunación contra la COVID-19 podrían tener impacto en la salud menstrual. Además, las preocupaciones y la información infundada sobre la vacunación contra la COVID-19 que perjudica la salud reproductiva se han convertido en una razón importante para la desconfianza en la población general. Por lo tanto, la seguridad reproductiva de la vacunación contra la COVID-19 es un problema emergente de salud pública. Sin embargo, este aspecto no ha sido investigado de forma sistemática. La menstruación puede reflejar la salud general de las mujeres. El ciclo menstrual puede ser sensible a diversos factores.

El objetivo del presente estudio fue examinar las asociaciones de la infección por SARS-CoV-2 y la vacunación contra la COVID-19 con las características del ciclo menstrual.

 

Métodos

En el presente estudio se observó de manera prospectiva a 3858 mujeres premenopáusicas en el Nurses’ Health Study 3 que viven en los Estados Unidos o Canadá. Las participantes recibieron cuestionarios de seguimiento semestrales entre enero de 2011 y diciembre de 2021 y completaron encuestas mensuales y trimestrales adicionales relacionadas con la pandemia de COVID-19 entre abril de 2020 y noviembre de 2021. Los antecedentes de pruebas positivas de SARS-CoV-2, el estado de vacunación contra COVID-19 y el tipo de vacuna se autoinformaron en encuestas realizadas en 2020 y 2021. Se pidió a las participantes que informaran la duración habitual (menos de 21 días, 21 a 25 días, 26 a 31 días, 32 a 39 días, 40 a 50 días, más de 50 días o demasiado irregular para contar, o ningún período o amenorrea) y regularidad (muy regular [dentro de 3 días], regular [dentro de 5 a 7 días], generalmente irregular, siempre irregular, o sin período o amenorrea) de sus ciclos menstruales. La duración y regularidad del ciclo menstrual “antes de la pandemia de COVID-19” se informaron al inicio del estudio entre 2011 y 2016, y la duración y regularidad del ciclo menstrual “después de la pandemia COVID-19” se informaron a fines de 2021. El cambio precovid y poscovid en la duración y regularidad del ciclo menstrual se calculó entre los informes. Las características demográficas y socioeconómicas, incluidas la edad, la raza y el origen étnico, la altura, el peso, la educación, el tabaquismo y el país o estado de residencia, se autoinformaron al momento de la inscripción. Se utilizaron modelos de regresión logística o logística multinomial para evaluar las asociaciones entre la infección por SARS-CoV-2 y la vacunación contra la COVID-19 con el cambio en las características del ciclo menstrual.

 

Resultados

Las 3858 participantes eran predominantemente blancas (89.7%) y residían en los Estados Unidos (97.7%). La mediana de edad al inicio y la mediana de edad al final del seguimiento fueron 33 años y 42 años, respectivamente, con una mediana de tiempo de seguimiento de 9.2 años. Se documentaron 421 infecciones por SARS-CoV-2 (10.9%); 3527 mujeres recibieron vacunas contra la COVID-19 (91.4%) durante el seguimiento. La mayoría de las mujeres que fueron vacunadas durante el seguimiento recibieron una vacuna de ácido ribonucleico mensajero (ARNm).

En general, 2227 mujeres informaron un cambio en la duración (n = 1408) o la regularidad (n = 1735) del ciclo menstrual durante el seguimiento. Las mujeres vacunadas tuvieron 48% más riesgo de ciclo menstrual más largo que las mujeres no vacunadas (odds ratio [OR]: 1.48; intervalo de confianza (IC) del 95%: 1.00 a 2.19), después de ajustar por factores sociodemográficos y de comportamiento. Además, estas asociaciones fueron similares después de tener en cuenta el estrés relacionado con la pandemia. La vacunación contra la COVID-19 sólo se asoció con el cambio a ciclos menstruales más largos en los primeros seis meses después de la vacunación (0 a 6 meses: OR 1.67 [IC 95%: 1.05 a 2.64]; 7 a 9 meses: OR 1.43 [IC 95%: 0.96 a 2.14]; > 9 meses: OR 1.41 [IC 95%: 0.91 a 2.18]) y entre las mujeres cuyos ciclos fueron irregulares, cortos o largos antes de la vacunación (OR 2.82 [IC 95%: 1.51 a 5.27]; OR 1.10 [IC 95%: 0.68 a 1.77] para las mujeres con ciclos regulares de duración normal antes de la vacunación). Esta asociación fue similar para las vacunas vectorizadas por adenovirus y de ARNm. La infección por SARS-CoV-2 no se asoció con cambios en las características habituales del ciclo menstrual.

 

Conclusión

La vacunación contra la COVID-19 está asociada con cambios a corto plazo en la duración habitual del ciclo menstrual, particularmente entre las mujeres cuyos ciclos fueron cortos, largos o irregulares antes de la vacunación. Estos resultados subrayaron la importancia de monitorear la salud menstrual en los ensayos clínicos de vacunas. Se requieren estudios adicionales para examinar los posibles mecanismos biológicos asociados.

 

 



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