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Sudáfrica: relato del descubrimiento científico de Ómicron y descripción del menosprecio que sufre África
The New Yorker; Johannesgurgo, Sudáfrica, 7 Diciembre 2021

[Actualizada el 9 de diciembre, aSNC]
En la entrevista que el 30 de noviembre le realizara el periódico estadounidense The New Yorker, el experto sudafricano Tulio de Oliveira precisa cómo descubrieron la variante Ómicron, el significado de las arbitrarias prohibiciones de viajes, las consecuencias que las sanciones a Sudáfrica acarrearán a la futura cooperación internacional y el motivo por el cual las tasas de vacunación del país africano son inferiores a las de los países más ricos.


El coronavirus muta y el mundo otra vez no sabe cómo responder - En Español  - Chicago Tribune
Tulio de Oliveira en su laboratorio de la Escuela de Medicina Nelson Mandela en Durban, Sudáfrica.

Tulio de Oliveira, director del Centre for Epidemic Response and Innovation (Centro de Innovación y Respuesta a Epidemias) de la Universidad Stellenbosch, Sudáfrica, y su equipo de científicos fueron los primeros que alertaron a su país y al mundo sobre la existencia de la nueva variante. 

Aún poco se sabe sobre la Ómicron detectada por primera vez en el sur de África, pero la naturaleza de sus mutaciones y su aparente veloz aparición preocuparon a las autoridades gubernamentales de buena parte del mundo. 

Mientras los científicos trabajan para descifrar los alcances de la nueva variante, Estados Unidos, Gran Bretaña y varios países europeos impusieron prohibiciones de viaje desde el sur de África; otros como Japón, Israel y Marruecos prohibieron los ingresos a todos los visitantes extranjeros.

Puede llamar la atención del lector la minuciosidad diaria y horaria con que Oliveira responde la primera pregunta. Suponemos que pudede deberse a su intención de dejar en claro que la publicitación sudafricana de la variante Ómicron antecedió a la hecha por los Países Bajos varios días después de reconocer la existencia en su territorio. 
La "franqueza científica" de Sudáfrica acarreó al país bloqueos cuya legitimidad, eficacia y resultados son criticados por el investigador africano al finalizar la entrevista

Agencia Sistema de Noticias Científicas (aSNC)


¿Cuándo tuvo concimiento de la existencia de esta nueva variante?
Soy el investigador principal y responsable de la Network for Genomic Surveillance (Red de Vigilancia Genómica) de Sudáfrica, organización que involucra siete instalaciones genómicas distribuidas por el país. 

Verificamos un pequeño aumento de casos en la provincia de Gauteng en momentos que teníamos alrededor de doscientos casos diarios a nivel nacional. 

Pero al comenzar el crecimiento reunimos nuestra red y nos propusimos entender porqué aumentaban en la provincia que padeció la última mayor ola de infecciones provocadas por la variante Delta (entre el 60 y el 80% de las personas infectadas por la Covid-19, según las pruebas serológicas).

Por esta razón, el viernes 19 de noviembre decidimos que era necesario incrementar la vigilancia genómica en Gauteng. 

El martes anterior nos enteramos por un miembro de nuestra red que un laboratorio privado, Lancet Laboratories, había enviado seis genomas de un virus muy mutado.
Cuando los analizamos nos preocupamos porque descubrieron una falla en una de las sondas de la prueba de PCR. 

Recuperamos todos los datos nacionales y advertimos que esa falla aumentaba en muchas de las pruebas de PCR que siguieron funcionando porque tenían tres sondas, pero una de ellas fallaba. 

A continuación, evaluamos los seis genomas. Debíamos asegurarnos que no fuera solo una pequeña cadena de transmisión. Estaba muy extendido. 

Tuvimos esa reunión el martes y a continuación pedimos muestras de otros laboratorios. Cuando descubrimos esa variante mutada, llamé al director general de salud y me dijo que concertaría una reunión conmigo y el ministro de salud en 36 horas. 

Así que dispusimos de esa cantidad de horas para confirmar si era cierto. 

Al mismo tiempo, escribí a la Organización Mundial de la Salud por ser integrante del grupo de trabajo que estudia la evolución del virus (virus-evolution working group)

A la mañana siguiente, obtuvimos alrededor de cien muestras de más de treinta clínicas en Gauteng, comenzamos a genotiparlas y analizar la mutación del virus.

Vinculamos todos los datos con la deserción de PCR, el aumento de casos en Sudáfrica y de la tasa de positividad, y luego consideramos que podría ser una variante emergente repentina. 

El jueves por la mañana recuperamos todos los genomas confirmando que sin excepción correspondían a la misma variante. Eran unas cien muestras de Gauteng seleccionadas al azar, en las que había fallado la misma prueba. 

Entonces tenía la confianza suficiente para presentar los resultados a nuestro ministro de salud, quien contempló la importancia de la novedad y solicitó que de inmediato hablara con el presidente Cyril Ramaphosa, indicación que cumplí a las 10:30 AM.


¿Cómo fue esa conversación?

Atendió los resultados y obtuvo los comentarios de los ministros. Los primeros informes que en ese momento llegaban a los medios de comunicación daban cuenta de una posible nueva variante en el sur de África.

El presidente dio una respuesta simple: porque disponemos de suficiente evidencia es mejor que lo presentemos de manera transparente. Luego solicitó al ministro de salud que organizara una rueda de prensa.
Hasta entonces, transcurrieron unas 36 horas.

¿Qué está tratando de aprender ahora sobre la Ómicron?
El miércoles pasado, organizamos y analizamos los datos, tuvimos la primera discusión con la OMS y en el Reino Unido con tres o cinco de los mejores biólogos evolutivos del mundo. 
Como discutimos los datos el miércoles, estaban preocupados por el número y la ubicación de las mutaciones. 

El viernes, publicamos cientos de genomas y datos sobre las otras pruebas, y tuvimos una reunión con el grupo de trabajo técnico de la OMS para analizar la evolución del virus. 

El grupo decidió clasificarlo como una “variante de preocupación”, lo cual es inusual porque pensamos que tenía mutaciones y datos epidemiológicos muy preocupantes con datos incluidos de reinfección. 

Y así fue como la OMS envió el viernes su comunicado de prensa.

¿Cuál era la situación anterior de la COVID en Sudáfrica?
La dividiría en dos períodos. La infección del último mes fue mínima: doscientas por día con una tasa de positividad inferior al 1%, lo que significa que teníamos pruebas más que suficientes para pensar que no padeceríamos una cuarta ola por haberse alcanzado tan alto nivel de inmunidad poblacional. 

La gente estaba relajada, con la idea de que podríamos volver a la vida normal. Incluso mi laboratorio secuenciaba otros patógenos y virus, es decir, nuestra tarea habitual.

Así que nos sorprendió ver surgir una variante en el lugar con inmunidad poblacional más alta del país. 

Creo que es una de las cosas de las que el mundo no se da cuenta. Si bien algunas personas intentaron culpar de la variante Ómicron a las dudas en la aplicación de la vacuna, el problema no es tan grande como en Estados Unidos. 
En realidad, la población pensó que habíamos salido del peligro.

Sin embargo, y por desgracia, surgió la nueva variante que al parecer puede reinfectar a las personas; esta posibilidad sería el último clavo del cajón de la inmunidad colectiva a la que se refirió uno de sus famosos presidentes.


¿Considera  que el último clavo de ese cajón
 nos protegerá?
La inmunidad colectiva por infecciones previas nos protegerá, mientras la obtenida por la vacunación es probable que también nos proteja. ¿Pero la inmunidad colectiva para dejar que el virus circule e infecte a todo el mundo? Esa alternativa puede ser el último clavo del cajón.

¿Cómo fue la vacunación en Sudáfrica?
¿La nueva variante se relaciona con la reducida velocidad de África austral para comenzar a vacunarse?
Lo primero a entender es que Atlanta de EE.UU. equivale a Johannesburgo. La ciudad concentra la mayor cantidad de viajes y conexiones del país. 

En consecuencia, ignoramos la procedencia o el origen de esta variante; puede ser de Sudáfrica, de cualquier otro lugar del continente o del mundo. Lo que sí sabemos es que se amplificó en Sudáfrica.

Creo que no ayudó en absoluto a Sudáfrica o África tener un acceso tan tardío a las vacunas. 

Fue solo entre mayo y julio que comenzamos a disponer de suficientes vacunas para la población. Esto aconteció en Sudáfrica, mientras Mozambique en la actualidad ronda el 10% de la vacunación completa con un problema real de suministro. 

Sudáfrica también tuvo un problema de suministro masivo hasta que renunciamos a la dependencia del programa COVAX de la OMS y el país comenzó a adquirir las vacunas por cuenta propia. Fue cuando llegaron demasiado tarde, durante la tercera ola de infecciones. 

Tenemos alrededor del 25% de la población completamente vacunada, y ese número aumentó mucho. Pero, nuevamente, en países como Botswana, pagaron casi el doble del precio por las vacunas Moderna que todavía ni recibieron. 

Entonces, en general, África se colocó al final de la cola de la vacuna.

Por lo tanto, sería muy reacio o renuente a culpar del problema a la indecisión en la aplicación de las vacunas, porque esa duda se manifiesta en todo el mundo. Además, personalmente estoy muy disgustado con los acontecimientos de estos dos últimos días. 

El Reino Unido, después de elogiarnos por descubrir la variante, lanzó la estúpida prohibición de viaje y acumuló vacunas durante el último año. 
Trata de echarle la culpa a las vacilaciones sobre las vacunas; busca una razón para criticar a África.
A decir verdad, estamos cansados de esa conducta: después de no tener acceso a las vacunas, tener que pagar precios más caros, ser los últimos de la fila, seguimos haciendo la mejor ciencia sobre COVID en el mundo. 
No solo identificamos esta variante Ómicron, sino que también identificamos la Beta, ayudamos al Reino Unido a identificar la Alfa y fuimos transparentes en la comunicación de los resultados. 

Parece que el mundo quiere encontrar fallas en África sin reconocer la absoluta falta de apoyo. Perdón. Me enojo bastante por eso.

Describió que su gobierno deseaba compartir esta información con el mundo. Y sé que un argumento que la gente hace contra las prohibiciones de viaje es que si los países saben que sucederán, serán más reacios a compartir información.
Si. No veo cómo otros países en desarrollo compartirían información luego de la violenta reacción contra Sudáfrica una vez que nosotros la pusimos en conocimiento del mundo. No puedo imaginarlo.


¿Qué le interesa saber ahora sobre la nueva variante?
Por el momento, la pregunta más crucial que debemos responder es si las personas que se infectan con esta variante, a pesar de haber sido previamente infectadas o vacunadas, desarrollan alguna enfermedad grave. 

Y, desafortunadamente, solo podremos responder esa pregunta en las próximas semanas, porque creemos, y los mejores científicos del mundo coinciden, que esta variante surgió hace solo dos o tres semanas. 

Por lo tanto, se necesita tiempo para que las personas se infecten y desarrollen síntomas que requieran hospitalización. Es cuestión de tiempo, y probablemente hayas advertido que [Anthony] Fauci lo destacó.

La otra pregunta que pretendemos responder es ¿qué tan efectiva es la vacuna contra la variante? Disponemos de dos respuestas posibles.
La primera, como acabo de resaltar, es seguir a las personas vacunadas e infectadas para estudiar si desarrollan la enfermedad. 
Y la otra es replicar el virus en un laboratorio y luego exponerlo al plasma de personas que antes fueron vacunadas con el fin de evaluar si los anticuerpos que desarrollaron pueden matar el virus.
Eso es posible conseguirlo con un virus vivo, que sería el estándar de oro, o mediante un ensayo con pseudovirus, donde agrega las mutaciones del virus a una columna vertebral de virus normalmente inactivada. 

Estas son las verdaderas preguntas cruciales.