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A partir de los 70 años, los niveles crecientes de actividad física se asociaron con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares
Heart; Padua, Italia, 15 Febrero 2022

El mayor beneficio en la reducción del riesgo cardiovascular se obtuvo alrededor de los 70 años con al menos 20 minutos diarios de actividad física moderada a vigorosa. 

El aumento temprano en lugar de tarde de los niveles de actividad física se asoció en la vejez (70 y 75 años) con un riesgo reducido de resultados cardiovasculares. Esto se debería principalmente a una menor incidencia de cardiopatía coronaria e insuficiencia cardíaca.

En este estudio publicado por Heart (1) se evalúa una cohorte de personas mayores durante 20 años. 

Los niveles de actividad física en aumento, así como la persistencia de un estilo de vida activo a lo largo del tiempo, parecen estar asociados con un menor riesgo de incidencia de enfermedades cardiovasculares (ECV) en la vejez avanzada. 

Están bien definidos los beneficios cardiovasculares derivados de la actividad física en adultos. 
La mayoría de los trabajos existentes estiman los beneficios para la salud basados en una sola medida de actividad física cuando, según el presente estudio, los tiempos invertidos en la actividad física parecen desempeñar un papel relevante.

La literatura sobre este tema es escasa con resultados contrastantes, pero los hallazgos de los autores sugieren una reducción en la incidencia de eventos cardiovasculares con niveles crecientes de actividad física desde la mediana edad hasta la vejez temprana. 

Pocos estudios han examinado la asociación entre las trayectorias de actividad física con los resultados cardiovasculares específicos, especialmente con respecto al sexo y la diferencia de edad en las personas mayores.

Las ECV provocan 17,9 millones de muertes cada año en todo el mundo y son responsables de una carga de morbilidad muy elevada; la actividad física contribuye a una reducción del riesgo de ECV del 30-50%.

Dado el envejecimiento de la población y la importancia para la salud pública de las enfermedades cardiovasculares, los autores se propusieron examinar cómo se asocian las variantes y tiempos de actividad física de hombres y mujeres mayores con la incidencia de eventos cardiovasculares.

Tal como informan estudios previos, las tasas de incidencia de eventos cardiovasculares siempre fueron inferiores en hombres y mujeres activas, al igual que los riesgos de mortalidad general.

La mayor reducción del riesgo se observó para la cardiopatía coronaria incidente y la insuficiencia cardíaca. 

Al estratificar por edad, los autores encontraron que la asociación entre la actividad física y el riesgo cardiovascular se redujo de manera notable entre los participantes de 70 años y con significación marginal a los 75 años, mientras que no se encontró asociación entre los grupos de mayor edad.


Cohorte de estudio
La base de pacients Progetto Veneto Anziani (Pro.VA) abarca una cohorte de 3 099 italianos mayores de 65 años. 

Para el presente estudio, las evaluaciones de los participantes se llevaron a cabo entre 1995 y 1997, con dos visitas de seguimiento después de 4 y 7 años. 

En todas las visitas se realizó una minuciosa historia clínica y examen físico, además de parámetros biohumorales, exámenes radiológicos y aplicación de escalas, pruebas y cuestionarios validados. 

La vigilancia de la morbilidad y la mortalidad para toda la cohorte se amplió hasta el 31 de diciembre de 2018 mediante la vinculación con los registros de altas hospitalarias y registros de mortalidad.

Actividad física
Los datos sobre la actividad física se recogieron al inicio y en el seguimiento mediante un cuestionario. 

La información sobre las horas dedicadas cada semana a actividades específicas permitió a los investigadores clasificar la actividad física: moderada a vigorosa. 

Seguimientos
Para evaluar las condiciones de salud prevalentes se llevaron a cabo evaluaciones de referencia y seguimiento, se identificó la prevalencia de ECV a partir de la historia clínica, exámenes físicos, electrocardiografía y cuestionarios. 

La vinculación con los registros de salud electrónicos (de enero de 1997 a diciembre de 2018) permitió la identificación de todos los casos incidentes con diagnóstico hospitalario de cardiopatía coronaria, insuficiencia cardíaca y evento cerebrovascular. 

El ECV incidente se definió como la fecha del primer evento de enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular.

Covariables continuas
Los análisis se estratificaron por sexo y se ajustaron para una serie de covariables evaluadas al inicio del estudio: nivel de educación, número de miembros del hogar; año de nacimiento, tabaquismo y hábitos de bebida diferenciados según hombres y mujeres.

Las condiciones crónicas se determinaron mediante evaluaciones clínicas basadas en el historial médico, examen físico, medicamentos y cuestionarios. 

Para el estudio, los autores consideraron dos variables continuas:
* comorbilidades no cardiovasculares (cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, hipoacusia, diabetes, enfermedad renal crónica, anemia , enfermedad de Parkinson, dislipidemia, osteoporosis con o sin fractura de fémur, discopatía, osteoartrosis, hipotensión ortostática, incontinencia urinaria e incontinencia intestinal). 

* comorbilidades cardiovasculares (cardiopatía coronaria, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, angina de pecho, ataque isquémico transitorio, arteriopatía periférica, fibrilación auricular o hipertensión). 

Por ejemplo, el ajuste de comorbilidad cardiovascular para los análisis de enfermedad coronaria incidente incluyó al inicio del estudio insuficiencia cardíaca prevalente, accidente cerebrovascular, angina, ataque isquémico transitorio y enfermedad arterial periférica.

Interpretación de los hallazgos
Estos hallazgos sugieren que al mejorar la actividad física en etapas tempranas de la vida se podrían obtener mayores beneficios cardiovasculares.

La asociación dosis-respuesta de la actividad física inicial con la incidencia general de ECV e insuficiencia cardíaca fue lineal, como informan trabajos anteriores, mientras que el riesgo de cardiopatía coronaria mostró una asociación en forma de ´J´. 

Estudios previos también informaron una relación dosis-respuesta curvilínea de actividad física con enfermedad coronaria incidente. 

La dosis efectiva más baja de actividad física parece lograrse con al menos 20 minutos por día, similar a la observada en nuestro estudio. 

Solo se observó una clara asociación dosis-respuesta de ECV incidente con minutos por día de actividad física alrededor de los 70 años, con una reducción menos marcada entre los participantes de mayor edad. 

En los primeros años de la vida la exposición prolongada a la actividad física moderada y vigorosa parece ser más eficaz para reducir los riesgos cardiovasculares.

Las trayectorias con niveles crecientes de actividad física también se asociaron con una menor incidencia de ECV, lo que sugiere mejorar y mantener un estado activo incluso en la edad avanzada. 

De hecho, en comparación con los participantes con trayectorias bajas estables, todas las demás y especialmente las altas estables, tenían tasas más bajas de incidentes de ECV. 

Además, los resultados de este estudio sugieren que cuanto antes se realice actividad física, mayor será la reducción de incidentes de ECV. 

Las mujeres que hacían más actividad física tenían tasas de incidencia consistentemente más bajas de casi todos los resultados cardiovasculares a pesar de que la reducción del riesgo no alcanzó significación estadística, pero al considerar la mortalidad general, los riesgos disminuyeron en forma notable. 

Aunque la magnitud de las asociaciones estudiadas fue mayor entre los hombres, los riesgos de cardiopatía coronaria e insuficiencia cardíaca en las mujeres también se redujeron moderadamente después de una exposición diaria más prolongada a la actividad física, como informa la literatura existente. 

Sin embargo, a pesar la notificación de diferencias en la actividad física en la salud cardiovascular según el sexo, existe una fuerte evidencia que respalda, tanto en hombres como mujeres, su efecto positivo en la reducción del riesgo cardiovascular.


1- Heart
Association of physical activity trajectories with major cardiovascular diseases in elderly people
Claudio Barbiellini Amidei, Caterina Trevisan, Matilde Dotto, Eliana Ferroni, Marianna Noale, Stefania Maggi, Maria Chiara Corti, Giovannella Baggio, Ugo Fedeli, Giuseppe Sergi
14 de Febrero, 2022

http://dx.doi.org/10.1136/heartjnl-2021-320013