asnc.png


asnc.png
Conveniencia del juego de aventuras en la salud mental infantil
Child and Adolescent Psychiatry and Mental Health; Exeter, Reino Unido, 21 Mayo 2022

Los niños que pasan más tiempo jugando a la aventura tienen menos síntomas de ansiedad y depresión, y se sintieron más felices durante el primer confinamiento por la COVID-19.

Un estudio publicado en la revista Child Psychiatry and Human Development*  preguntó a los padres con qué frecuencia sus hijos participaban en juegos "emocionantes y excitantes" que les hicieran sentir algo de miedo e incertidumbre.

Exeter university suspends five law students in racism scandal | Financial  Times
El estudio dirigido por la Universidad de Exeter, Reino Unido, llega en un momento en que los niños tienen menos oportunidades de practicar juegos audaces como, por ejemplo, trepar árboles, andar en bicicleta, saltar desde superficies altas o jugar en fuera de la vista de los adultos.

El trabajo buscó probar que el juego aventurero ofrece oportunidades de aprendizaje que contribuyen al desarrollo de la resiliencia en los niños y ayuda  a la prevención de problemas de salud mental.

Alrededor de 2 500 padres de niños de 5 a 11 años respondieron preguntas de los investigadores relacionadas con el juego de sus hijos, su salud mental general (pre-Covid) y su estado de ánimo durante el primer confinamiento por Covid-19.

El estudio se llevó a cabo en dos grupos: uno de 427 padres que viven en Irlanda del Norte y otro representativo a nivel nacional de 1 919 padres de Gran Bretaña (Inglaterra, Gales y Escocia).

Los autores hallaron que los niños con más tiempo de juego al aire libre tenían menos "problemas de internalización", caracterizados como ansiedad y depresión. Esos niños también fueron más positivos durante el primer encierro.

Como era de esperar, los efectos fueron relativamente pequeños dada la variedad de factores que afectan la salud mental de los niños. Sin embargo, los resultados fueron consistentes incluso después de que los investigadores tuvieran en cuenta una amplia gama de variables demográficas, incluido el sexo del niño, la edad, la situación laboral y la salud mental de los padres.

El estudio en el grupo de Gran Bretaña también encontró que el efecto era más pronunciado en los niños de familias de bajos ingresos respecto a los que crecían en hogares de mayores ingresos.

Helen Dodd , profesora de psicología infantil en la Universidad de Exeter, quien dirigió el estudio, dijo: "Estamos más preocupados que nunca por la salud mental de los niños. Nuestros hallazgos resaltan que podríamos ayudar a proteger su salud mental", asegurándoles que dispongan de abundantes oportunidades para el juego aventurero. 
Esto es realmente positivo porque para los niños el juego es gratuito, instintivo y gratificante, está al alcance de todos y no requiere habilidades especiales.

"Para apoyar la salud mental de nuestros niños ahora necesitamos invertir y proteger con urgencia los espacios naturales, los parques bien diseñados y aquellos donde les resulte posible emprender aventuras”.

Dan Paskins, Director de UK Impact en Save the Children, dijo: “Todos los niños necesitan y merecen oportunidades para jugar. La investigación muestra que esto es aún más vital para ayudar a los niños a prosperar después de todo lo que perdieron durante las restricciones de Covid-19. Más juego significa más felicidad, menos ansiedad y menos depresión.

Al dar la bienvenida a los resultados del informe, Jacqueline O'Loughlin, directora ejecutiva de PlayBoard NI, dijo: “Esta investigación enfatiza la importancia del juego aventurero. Los niños y los jóvenes necesitan libertad y oportunidades para enfrentar desafíos y riesgos en sus aventuras lúdicas cotidianas. Los resultados de la investigación permiten inferir claramente que jugar, correr riesgos y experimentar emociones al aire libre contribuye positivamente a la salud mental y el bienestar emocional de los niños. Las recompensas por permitir que los niños se autorregulen y manejen desafíos son amplias y de largo alcance. El juego aventurero ayuda a los niños a desarrollar la resiliencia necesaria para hacer frente y manejar el estrés en circunstancias difíciles”.