Salud al Margen

Literatura con salud

Carreras son carreras (Poema)

HECTOR GAGLIARDI

Me sacaron de la cama,
un domingo medio enfermo,
me llevaron a Palermo,
sin dejarme respirar,
me dijeron que no hablara,
ni siquiera para adentro,
porque había una "lauchita",
que era largar y cobrar...

Me dejaron contra un árbol,
me dijeron !esperate!,
y se fueron con un ñato,
que era amigo del patrón,
y yo firme contra el árbol,
y la fiebre contra el mate,
pero el dato lo valía,
daba un kilo al ganador...

Así estuve tres carreras,
esperando que volvieran,
me tomaron por "datero",
por pesquisa y cuidador,
me pidieron los borrados,
el sport, la lapicera,
y yo firme contra el arbol,
con valor y abnegación...

Abombado por la fiebre,
por el frío y el cansancio,
me dió ganas de hacer algo,
y me puse a caminar,
no había hecho cuatro pasos,
que me gritan: !Ché Venancio!,
no te muevas, que los puntos,
no hacen más que relojear...

Y al oido me dijeron,
con el siete desnudate,
!con la gripe que yo tengo,
que se desnude José!
!quien te habla de la ropa!
jugá al siete, !apurate!
que ya estamos sobre el cierre,
y la "laucha" viene a cien...

Me jugué toda mi plata,
y me fuí a la tribuna,
y busqué en una revista,
saber algo de mi crack,
lo corria xx...
con chanc, man, clis, gor luna,
para mí que ese caballo,
debía ser de Burichang...

Me enteré cuando largaron,
porque todos se apoyaban,
me llenaron de preguntas,
de cenizas y café,
el de arriba me aturdía,
el de al lado me codeaba,
y el de abajo me gritaba,
el de artigas como viene, viene bien... ?

Pero el lío vino grande,
al final cuando llegaron,
a mi, que estaba en ayunas,
me tomaron por veedor,
pero amigo, se dió cuenta,
cuando al hombre lo encerraron,
si fue al "tano" que pecharon,
que lo diga este señor...

Para mi ganó el de afuera,
dijo un gordo chiquitito,
y un flaco que estaba al lado,
en la cara le gritó:
pero aprenda a ver carreras,
catedratico de ojito,
o no vió que el de los palos,
ni siquiera castigó...

Al final ganó cualquiera,
el que menos lo nombraban,
y empezaron los lamentos,
a escucharse alrededdor,
y yo abajo, tiritando,
por la fiebre preguntaba,
!señor! si no les molesto,
quién ha sido el ganador... ?

Sin mirarme el aludido,
contestó con ironía,
el que iba pa' los giles,
como dijo este chauchón,
!anda a pegarte un tiro,
quién te dijo que no iba!,
le contesto el acusado,
colorado de indignación...

Yo enfilé para otro lado,
para ver si me informaban,
y lo emboque a un Galaico,
que era mozo de café,
que rompiendo los boletos,
por lo bajo murmuraba,
iba a ganar el "podrido",
justo hoy que lo deje...

Yo rogaba por adentro,
que el "podrido" fuese el mío,
o el que iba pa' los giles,
la cuestion era cobrar,
Y al bajar de la tribuna,
divisé a mis amigos,
que de lejos parecían,
regresar de un funeral...

Menos mal que a la vuelta,
me dejaron satrisfecho,
el caballo,
el caballo había perdido,
pero con toda razón,
si lo largaron trabado,
se encajonó en el derecho,
después cambio de mano,
querés más explicacion... ?

Que si no, que !pobre de ellos!
los dejaba en el camino,
con la "papa" que llevaba,
era fija nacional,
pero el frío de esa tarde,
cuando a pata nos vinimos,
lo acerté con pulmonía,
y... y tres meses de hospital...

«Gran Premio»
Bartolomé Vaccarezza, «Gran Premio»,
óleo sobre tela.
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