HERIDAS POR MORDEDURA DE PERRO EN AMOZOC, MÉXICO 2022 - Red Científica Iberoamericana (RedCIbe)

Red Científica Iberoamericana

HERIDAS POR MORDEDURA DE PERRO EN AMOZOC, MÉXICO 2022

Diana Cerón1,David Hernández Benítez2,Katia Michelle Zayas Ferral3,Mariano Flores4 y Sagrario Lobato Huerta5
1Técnica en Urgencias Médicas, Estudiante de Medicina, Universidad de la Salud del Estado de Puebla, Puebla, México
2Médico veterinario zootecnista, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México
3Instructora de Embriología, Universidad de la Salud del Estado de Puebla, Puebla, México
4Médico cirujano y partero, Servicios de Salud del Estado de Puebla, Puebla, México
5Médica cirujana y partera, Departamento de Investigación en Salud, Servicios de Salud del Estado de Puebla, Puebla, México

Puebla, México (SIIC)

La investigación sobre la epidemiología de mordedura de perros es relevante para los servicios de salud, con el fin de obtener su diagnóstico adecuado, implementar el tratamiento específico y disminuir el riesgo de infecciones u otras complicaciones. El estudio sobre el comportamiento del canino en diferentes épocas del año es de completa importancia para disminuir la incidencia del ataque de estos.

Introducción

Una mordedura es una lesión ocasionada por los dientes de algún ser vivo. Las mordeduras producidas por animales presentan un grave problema de salud pública en todo el mundo. En 2020, el 50% de los hogares estadounidenses tenían al menos un perro,1 y en 2021, de la totalidad de casos por mordeduras de animales, en un 60% a 95% fueron ocasionadas por perros, según estudios realizados en diferentes países.2Los niños son el grupo de la población más afectado, y suelen ser mordidos en la cara, el cuello o ambos, lo que produce diferentes problemas psicológicos y sociales.3Por su parte, los adultos son atacados con mayor frecuencia en las extremidades.4 La evidencia ha demostrado que este tipo de accidentes es más común en los meses de verano, aunque son minoritarios los estudios al respecto. La incidencia y la epidemiología de las lesiones pueden variar según la ubicación geográfica, el nivel de desarrollo y los factores culturales.5

Se ha registrado que los países latinoamericanos están más afectados por este problema, ya sea por deficiencias en la atención correcta de las lesiones–lo que eleva el riesgo de infección–, o por la sobrepoblación canina, lo que dificulta el control sanitario.6 En México, en 2020 la tasa de mordeduras fue alta, con un total de 110.44 casos registrados cada 100 000 habitantes. Las entidades más afectadas fueron Durango, Hidalgo, Puebla, Ciudad de México, Estado de México y San Luis Potosí.7

La mayoría de los traumatismos relacionados con mordeduras requieren un adecuado diagnóstico y tratamiento certero; en algunos casos las complicaciones pueden ser graves, como: osteomielitis, artritis séptica o incluso septicemia.8 Capnocytophaga canimorsus (C. canimorsus) es una bacteria que se encuentra en la microbiota bucal de los perros, la cual, al entrar en contacto con personas sanas, pueden provocar una infección leve, de incidencia baja; pero, cuando se adquiere en personas inmunocomprometidas, es letal.9,10 Algunas secuelas pueden ser shock séptico con insuficiencia orgánica multisistémica, hipotensión, encefalopatía, insuficiencia renal e, incluso, púrpura diseminada, lo que puede ocasionar la muerte.11,12

La importancia de dar a conocer estudios relacionados con la incidencia de mordedura de perro y la relación con el clima o la región anatómica es relevante para poder identificar, diagnosticar y prevenir este tipo de traumatismos. Por lo anterior, el objetivo dela presente investigación fue caracterizar el perfil epidemiológico de las heridas por mordedura de perro en pacientes atendidos en unidades públicas de salud de primer nivel, ubicadas en el municipio de Amozoc, Puebla, México, durante el año 2022.

 

Materiales y métodos

Se realizó un estudio observacional y retrospectivo. La información se obtuvo de bases de datos epidemiológicas de pacientes con mordeduras de perro que solicitaron atención médica de enero a diciembre de 2022 en el Centro de Salud con Servicios Ampliados (CESSA) de Amozoc, Centro de Salud (CS) de Casa Blanca, CS de San Andrés las Vegas, CS de San Salvador Chachapa y CS de San Mateo Mendizábal, todos localizados en el municipio de Amozoc, Puebla, México. La muestra fue conveniente, conformada por 96 sujetos.

Las variables analizadas fueron sexo y edad de los pacientes, categorizados en los siguientes grupos etarios: infancia temprana (0-5 años), infancia intermedia (6-11 años), adolescencia (12-18 años), adultez joven (19-39 años), adultez intermedia (40-64 años) y adultez avanzada (= 65 años). Otras variables fueron: lugar, estación del año y hora del día, con la determinación de las siguientes categorías de horarios: matutino (06:00 a 11:59 h), vespertino (12:00 a 18:59 h), nocturno (19:00 a 23:59 h) y madrugada (24:00 a 05:59 h). Las últimas variables estudiadas fueron la relación del canino agresor con el paciente y el motivo de la agresión, el sitio anatómico y la gravedad de la lesión, y el estado de vacunación del animal y del paciente. Los análisis estadísticos fueron univariados y bivariados, y se realizaron en Excel 365. Se calcularon frecuencias, promedios y diagramas porcentuales. Las figuras se diseñaron en la plataforma BioRender (https://app.biorender.com).

 

Resultados

En este estudio se recopiló una muestra de 96 pacientes que presentaron lesiones por mordedura de perro. El sexo predominante de los participantes fue el femenino, con el 58.3% de los casos reportados, en comparación con el masculino, que representó el 41.7%. El grupo de edad con más casos presentados fue la adultez joven, con el 41.7% del total de accidentes, precedida de la adultez intermedia con el 24%, seguida por la infancia intermedia con el 16.7%, la adolescencia con el 13.5%, la adultez avanzada con el 3.1% y la infancia temprana, con solo el 1%. A nivel geográfico, las localidades que concentraron el mayor porcentaje de agresiones fueron Amozoc y Casa Blanca, con el 51% y 37.5%, respectivamente; el resto de las poblaciones tuvieron una media de 3.6 eventos durante el período estudiado. Las estaciones del año en las que se registraron las mayores incidencias fueron primavera, con el 32.3%, y verano, con el 30.2%. En relación con el horario, la mayor incidencia se informó en el horario vespertino, con el 42.7%, y en el matutino, con el 37.5%. El 88.5% de los pacientes conocía al perro agresor, mientras que el 11.5%, no. El 61.5% de los sujetos estudiados refirió haber propiciado ser agredidos por el canino, y el 38.5% comentó que fue sin causa aparente. Respecto al sitio anatómico de la lesión, los más representativos fueron las extremidades inferiores, con el 67.7% de los ataques. Con base en la gravedad de la lesión, la mayoría de las ocasiones fue leve, con el 90.6% de los afectados. Con respecto a la vacunación antirrábica del canino, el 66.7% estaba vacunado y el 33.3%, no; las personas agredidas por estos últimos no recibieron tratamiento antirrábico postexposición, debido a que los perros no manifestaron sintomatología de rabia durante el periodo de observación establecido (Tabla 1).





En relación con el sitio anatómico del ataque, según grupo de edad, se identificó que los pacientes en la infancia temprana fueron agredidos predominantemente en la cabeza; en la infancia intermedia la mayor frecuencia se registró en la extremidad pélvica izquierda, seguido de la extremidad derecha, y finalmente, la extremidad torácica izquierda. Los adolescentes fueron atacados frecuentemente en la extremidad pélvica derecha, en segundo lugar, la extremidad torácica derecha, y finalmente la extremidad pélvica izquierda. Los adultos jóvenes e intermedios fueron agredidos de manera similar, con la extremidad inferior derecha más afectada, seguida de la extremidad inferior izquierda y, por último, la extremidad superior derecha. Los adultos mayores presentaron la extremidad inferior izquierda y la extremidad torácica derecha como las zonas más afectadas (Figura 1).





De acuerdo con el horario de la agresión, y según la estación del año, se reconoció que el 45.2% de los ataques ocurridos en primavera fueron en horario vespertino. El 89.6% de las agresiones en verano predominaron en horarios matutinos y vespertinos. El 44.7% de los casos registrados en otoño ocurrieron durante el curso de la mañana, mientras que, en invierno, el 58.3% sucedió en las tardes (Figura 2).





Discusión

El propósito del presente estudio fue caracterizar el perfil epidemiológico de las heridas por mordedura de perro en pacientes atendidos en unidades públicas de salud de primer nivel, ubicadas en el municipio de Amozoc, Puebla, México, durante el año 2022. Nuestros resultados muestran que el sexo de los pacientes más afectado fue el femenino, con el 58.3% de los ataques registrados, con predominio en dos grupos de edad: adultez joven e intermedia. La mayoría de los individuos comentó conocer al perro agresor y ellos mismos haber propiciado el ataque. El 90.6% de las lesiones fueron leves, y el 51% de estas fueron atendidas en el CESSA de Amozoc (Tabla 1).

Se estudió el sitio anatómico de la agresión según el grupo de edad de los pacientes, lo que dio como resultado que, en la infancia temprana, la cabeza fue el lugar con más ataques por los caninos, lo que concuerda con lo informado por Piccart et al.13 y Pekin et al.,14 los cuales refirieron que las lesiones ocasionadas por mordedura de perro fueron en los niños y, generalmente, afectaban cabeza y cuello, relacionándolo con la altura del paciente y la talla del perro. En la adultez joven e intermedia se encontraron los mismos resultados, y fue la extremidad pélvica derecha la más atacada, seguido de la extremidad pélvica izquierda y, finalmente, la extremidad torácica derecha. Posiblemente, esto se deba a la lateralidad motora, es decir, el uso preferente de una extremidad sobre la otra, para la realización de actividades.15,16 Lucafò et al.15 mencionan que la lateralidad dominante de los seres humanos generalmente es la derecha.

De acuerdo con las estaciones del año y el horario, se encontró que las agresiones fueron predominantes durante las tardes y especialmente en estaciones cálidas. Al respecto, Park et al.17 realizaron un estudio en Corea y concluyeron que las agresiones de los perros eran más frecuentes en climas cálidos. Otros estudios refirieron que, durante estas épocas, los mamíferos suelen presentar “estrés por calor”, lo que provoca que manifiesten comportamientos agresivos debido al aumento del cortisol circulante, ya que tienen escasa sensibilidad ante los climas extremos; también, se ha encontrado una relación con los niveles de ozono aumentados durante la primavera y el verano, que influyen en el comportamiento del canino mediante impactos en el recambio de dopamina en el cuerpo estriado.18,19

Las lesiones ocasionadas por mordedura de perro son relevantes, ya que se necesitan tratamientos específicos para atenderlas y prevenir infecciones o alguna otra complicación para la salud. Por ello, se requieren estrategias para reducir su incidencia,20 especialmente el control de la población canina con la esterilización digna21 y la sensibilización de los propietarios de estos animales ante este tema.

Se sugieren más estudios relacionados con el comportamiento del perro durante las diferentes estaciones del año y de acuerdo con el clima; además, de deben considerar más factores de riesgo. Asimismo, se deben efectuar análisis bacteriológicos de la microbiota bucal del perro, cuando este sea conocido por el agredido, o, en su defecto, de la herida cuando el animal agresor sea desconocido, para evitar complicaciones posteriores a la mordedura.



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