Resúmenes amplios

HEMATOMAS ÓSEOS EN LA MESETA TIBIAL MEDIAL DESPUÉS DE LA LESIÓN DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR


Cleveland, EE.UU.
En la resonancia magnética, los hematomas óseos en la meseta tibial medial después de la lesión aguda del ligamento cruzado anterior son tan frecuentes como los hematomas laterales patognomónicos.

Orthopaedic Journal of Sports Medicine 1-6

Autores:
Spindler KP

Institución/es participante/s en la investigación:
Cleveland Clinic Foundation

Título original:
Posteromedial Tibial Bone Bruise after Anterior Cruciate Ligament Injury: An MRI Study of Bone Bruise Patterns in 208 Patients

Título en castellano:
Hematoma Óseo Tibial Posteromedial después de la Lesión del Ligamento Cruzado Anterior: Un Estudio de Resonancia Magnética de los Patrones de Hematomas Óseos en 208 Pacientes

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.86 páginas impresas en papel A4

Introducción 

El ligamento cruzado anterior (LCA) es la principal restricción pasiva de la traslación tibial anterior y también desempeña un papel fundamental en la estabilidad rotacional de la rodilla. Aproximadamente 250 000 cirugías de LCA se realizan cada año en los Estados Unidos, y el número aumenta constantemente. Alrededor del 70% de las rupturas del LCA se producen debido a mecanismos de lesión sin contacto. Históricamente, esto se ha considerado como una hiperextensión con un mecanismo pivotante de la lesión. Los hematomas óseos se detectan en un mínimo del 80% de los pacientes con rotura aguda del LCA. Estudios más recientes han observado hematomas óseos en el 98% al 100% de los desgarros del LCA. El hematoma óseo, que se visualiza en la resonancia magnética (RM), representa hallazgos postraumáticos del hueso, como hemorragia, edema y fractura microtrabecular. Los patrones de hematomas óseos después de la lesión del LCA pueden predecir la presencia de afección intraarticular y ayudar a explicar el mecanismo de la lesión. Los hematomas óseos del cóndilo femoral lateral (CFL) y de la meseta tibial lateral (MTL) son patognomónicos de la rotura del LCA. Existe una falta de información con respecto a los hematomas óseos de la meseta tibial medial (MTM) y del cóndilo femoral medial (CFM) en este contexto. 

Este estudio resume la prevalencia y la localización de los hematomas óseos de la MTM con rotura aguda del LCA, y determinar los factores predictivos de los hematomas óseos de la MTM.

 

Métodos

Se realizó una revisión retrospectiva de las historias clínicas de los pacientes sometidos a reconstrucción del LCA por 8 cirujanos, en una institución durante un período de 2 años. Los criterios de inclusión fueron pacientes que se sometieron a reconstrucción del LCA entre febrero de 2015 y noviembre de 2017, imágenes por RM dentro de los 90 días posteriores a la lesión y participación en la base de datos. Los criterios de exclusión incluyeron cirugía ipsilateral previa, lesiones multiligamentosas e imágenes incompletas. Debido al gran número de casos restantes (n = 600), se seleccionaron aleatoriamente 150 pacientes de cada año incluido en el estudio, hasta completar un total de 300 participantes. Dos colaboradores revisaron de forma independiente las RM de lesiones utilizando el sistema de clasificación de hematomas óseos de Costa-Paz. Los datos sobre la prevalencia y la ubicación de los hematomas óseos se resumieron mediante recuentos y porcentajes. Se utilizó la regresión logística para identificar los factores asociados con los hematomas óseos de la MTM.

 

Resultados

Se incluyeron un total de 208 pacientes. La media de edad de los participantes fue de 23.8 años (rango de 13 a 63 años). La mitad (104/208) eran varones, y la media del índice de masa corporal fue de 25.6 (rango de 16.3 a 51.8). La mediana de tiempo hasta la RM fue de 12 días desde el momento de la lesión (rango de 0 a 82 días). El mecanismo de lesión fue sin contacto en el 59% de las lesiones, y más de la mitad fueron por lesiones de fútbol, baloncesto y fútbol americano (113/208).

De los 208 pacientes, el 98% (203/208) tenía un hematoma óseo, el 79% (164/208) tenía un hematoma óseo de la MTM y el 83% (172/208) tenía hematomas en los compartimentos medial y lateral. El patrón más prevalente, que representa el 46.6% de los pacientes (97/208), fue la presencia de hematomas en as 4 localizaciones (CFL, MTL, MTM y CFM). No hubo hematomas óseos en el 2.4% (5/208) de los participantes. De los 164 hematomas de la MTM, 160 (98%) afectaron al tercio posterior de la meseta y 161 fueron de grado 1. Aproximadamente el 55% (115/208) de los pacientes presentaron un hematoma óseo del CFM, de estos, el 86% (99/115) estaban en el tercio central del cóndilo. La presencia de un hematoma del CFM fue el único factor de riesgo independiente para un hematoma de la MTM (odds ratio = 3.71). El nomograma resultante demostró que el hematoma del CFM, el deporte y el mecanismo de lesión fueron los predictores más importantes de un hematoma de la MTM.

 

Conclusión 

Los resultados de este estudio transversal (nivel de evidencia 3) muestran que el hematoma de la MTM después de la rotura aguda del LCA es tan prevalente como los hematomas laterales. El hematoma óseo del CFM fue el único factor de riesgo independiente para un hematoma óseo de la MTM. La presencia de un hematoma posterior en la MTM sugiere una traslación tibial anterior en el momento de la lesión y no solo en la hiperextensión y rotación. Además, podría presagiar más afección del compartimento medial en el momento de la lesión de lo que se reconocía anteriormente. Las limitaciones de este estudio son su naturaleza retrospectiva, la pérdida de algunos pacientes debido a imágenes incompletas o no disponibles u  obtenidas después de los 90 días de la lesión.



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