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Prurito ótico por carcinoma basocelular en conducto auditivo externo (Comentario especializado)
Salud(i)Ciencia; Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 25 Octubre 2023

Caso clínico 
Prurito ótico por carcinoma basocelular en conducto auditivo externo

Comentado por 
Gatica Verónica del Rosario,
Médica Especialista en Otorrinolaringología 
Otoneurología CEMIC, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

CEMIC Hospital Universitario + Sedes | Información y Opiniones
Hospital Universitario CEMIC, Ciudad de Buenos Aires

El interesante caso presentado [Salud(i)Ciencia 25(5), May-Jun 2023] invita a la revisión del tema y al replanteo de las conductas ante situaciones slemejantes.

La persistencia de síntomas como prurito de conducto auditivo externo, otorrea, otorragia, otalgia merecen una búsqueda exhaustiva de su causa, puesto que los carcinomas de esta área se manifiestan con síntomas poco característicos que, al pasar inadvertidos, pueden agravar el pronóstico. 

Lesiones vegetantes irregulares, pólipos, granulomas o ulceras persistente merecen un seguimiento regular otomicroscópico. Las partes blandas de conducto auditivo externo de espesor menor a 0,2 mm y con un cartílago en su piso con áreas de debilidad, facilitarían la propagación de alguna de esas lesiones a la estructura ósea subyacente, como se ve en las otitis externas malignas.

La extensión del compromiso óseo es determinante al momento de ofrecer una opción terapéutica ante un carcinoma de conducto auditivo externo, por el hecho de que las afecciones del hueso temporal pueden acceder a la base del cráneo, con compromisos de pares craneanos y estructura vitales.
Es importante tener en cuenta la probable erosión ósea aun en lesiones con menos de 2 cm de crecimiento en el plano horizontal, por cuanto es obligatorio realizar estudio tomográfico y resonancia ante la sospecha de una lesión neoplásica.

La Universidad de Pittsburgh, EE.UU., ha diseñado especialmente un sistema de estadificación para tumores de conducto auditivo externo ya que, como se vio el carcinoma, no tiene el mismo comportamiento respecto a los ubicados en otras regiones de cabeza y cuello, suelen ser de peor pronóstico y requieren tratamientos más agresivos.

Es así que en tumores limitados a partes blandas con exéresis y bordes negativos podría ser suficiente la resección quirúrgica; sin embargo, los tumores T1 y T2 con erosión ósea, deberían realizarse LTBR (resección lateral del hueso temporal) y resección en bloque de conducto auditivo externo con membrana timpánica y mastoidectomia.
Para los tumores T3 y T4 se propone la resección subtotal del hueso temporal STBR que además implica resección de la capsula ótica con parotidectomia y articulación temporomandibular; la condición radical de esta resección, inclinan a algunos centros por la opción LTBR asociada a quimioterapia. 
Al ser la recurrencia y la metástasis la causa principal de mortalidad tras la intervención quirúrgica, la radioterapia posoperatoria se aplica a gran parte de los estadios.

Son irresecables aquellos tumores con compromiso de canal carotideo, ganglionar, de duramadre y /o parálisis facial, donde la radioquimioterapia es la opción. 

Destaco finalmente la importancia de la solicitud de estudios por imágenes ante cuadros persistente sin causa identificada.

El interesante caso presentado invita a la revisión del tema y replantearse conductas ante situaciones semejantes.

Referencias: 
1. Saijo K, Ueki Y, Tanaka R, Yokoyama Y, Omata J, Takahashi T, Ota H, Shodo R, Yamazaki K, Togashi T, Okabe R, Matsuyama H, Honda K, Sato Y, Morita Y, Takahashi K and Horii A
Treatment Outcome of External Auditory Canal Carcinoma: The Utility of Lateral Temporal Bone Resection
Front. Surg. 8:708245.
doi: 10.3389/fsurg.2021.708245

2. Morita, S., Mizumachi, T., Nakamaru, Y. et al. Comparison of the University of Pittsburgh staging system and the eighth edition of the American Joint Committee on Cancer TNM classification for the prognostic evaluation of external auditory canal cancer
Int J Clin Oncol 23, 1029–1037 (2018)
https://doi.org/10.1007/s10147-018-1314-3


Caso clínico

Prurito ótico por carcinoma basocelular en conducto auditivo externo
Salud(i)Ciencia 25(5), May-Jun 2023

El carcinoma basocelular es el tumor cutáneo más frecuente en el área de cabeza y cuello; la exposición crónica al sol es el factor de riesgo más importante para este tumor. Suele manifestarse clínicamente con síntomas anodinos en estadios iniciales, lo que contribuye a que su diagnóstico sea difícil y tardío.
Autora
Elena Sánchez Legaza, 
Columnista Experta de SIIC

Institución de la autora

Hospital Puerta del Mar, Cádiz, España

Coautoras
Encarnación Antúnez Estudillo* Rosario Guerrero Cauqui**
Médica Especialista en Otorrinolaringología, Hospital Puerta del Mar, Cádiz, España*
Doctora en Anatomía Patológica, Hospital Punta de Europa, Algeciras, España**

Clasificación en siicsalud
Artículos originales > Expertos del Mundo

Especialidades
 Dermatología, Oncología, Anatomía Patológica, Otorrinolaringología
Primera edición en siicsalud: 12 de abril, 2023

Introducción
Las neoplasias malignas cutáneas localizadas en el pabellón auricular y el conducto auditivo externo (CAE) aparecen en el 5.5% de los tumores cutáneos de cabeza y cuello. Suelen ser de naturaleza más agresiva (tanto los carcinomas epidermoides como los basocelulares) en comparación con los cánceres cutáneos del área de cabeza y cuello, sobre todo si se extienden al CAE.1

El carcinoma primario del CAE representa un tumor maligno extremadamente raro, que se origina en el pabellón y se extiende al CAE, infiltrando el hueso temporal, la articulación temporomandibular y el cráneo, lo que implica mal pronóstico.2,3

Son más frecuentes en varones de 50 a 70 años. Se han descrito varios subtipos histológicos, el carcinoma de células escamosas es la forma más frecuente (80%), seguido del carcinoma de células basales y, raramente, el adenocarcinoma.3

Clínicamente, al inicio suele simular otra patología benigna e inflamatoria crónica del CAE, lo que contribuye a que su diagnóstico sea difícil y tardío. La afección del nervio facial es un signo de alerta y una complicación. Entre los factores de riesgo están el consumo de alcohol, de tabaco, la inmunodepresión, la radioterapia previa y exposición previa a ciertas substancias tóxicas como el arsénico.

Cuando los tumores se originan en el hueso temporal suelen afectar la parótida a través de dos mecanismos: invasión directa a través de orificios naturales con debilidad anatómica (fisuras de Santorini y agujero de Huschke) y diseminación linfática desde el CAE hacia los ganglios linfáticos intraparotídeos a través de las vías de drenaje natural.2,3 La glándula parótida representa una estación linfática profusamente irrigada por los ganglios linfáticos cercanos, que drenan la cara y cuero cabelludo, incluyendo la piel del CAE.

El pronóstico parece estar directamente determinado por la extensión del tumor, su exéresis incompleta con márgenes quirúrgicos positivos, invasión ganglionar y de la duramadre, y la afección de la glándula parotídea.1 Su etiopatogenia y tratamiento es poco conocida, debido a las escasas aportaciones de la literatura. Caso clínico

Se presenta el caso de una paciente de 58 años de raza blanca y fototipo cutáneo III, sin antecedentes de interés, que no ha estado expuesta diariamente al sol. Acude a consultas externas por prurito en oído izquierdo de un año de evolución y un sangrado ocasional al manipularse la piel del conducto, sin otra manifestación clínica asociada.




A la exploración otoscópica se aprecia una lesión grisácea y brillante con bordes sobreelevados de menos de 2 cm en tercio anterior del CAE del oído izquierdo (Figura 1).




La audiometría tonal liminal es normal. Se realiza una biopsia con resultado de carcinoma basocelular (Figura 2).

Tras informar a la paciente, se decide la exéresis de la lesión con anestesia general, mediante bisturí con aguja de colorado y cierre por segunda intención con curas diarias con Silvederma.* El estudio histológico muestra macroscópicamente una lesión grisácea algo brillante de bordes sobreelevados de 1.8 cm con centro ligeramente deprimido, y microscópicamente muestra una proliferación de células basaloides con empalizada periférica que forma nódulos de pequeño tamaño e infiltra en algunas zonas. La lesión no contacta con los bordes quirúrgicos de la pieza.

A los tres meses, la zona del CAE esta cicatrizada sin signos de recidiva...

Caso clínico completo:
https://siic.info/dato/casiic_profundo.php/172624