LA NUESTRA ES UNA ZONA ENDÉMICA DE LEISHMANIASIS, BARTONELOSIS Y MALARIA - Red Científica Iberoamericana (RedCIbe)

Red Científica Iberoamericana

LA NUESTRA ES UNA ZONA ENDÉMICA DE LEISHMANIASIS, BARTONELOSIS Y MALARIA

Rosario Baylón Galán1,Lili Peña Silva2 y Rebeca Quispe Villalobos3
1Lic., Puesto de Salud Nueva Esperanza, Nueva Esperanza, Perú
2Técnica en Enfermería, Puesto de Salud Nueva Esperanza, Nueva Esperanza, Perú
3Enfermera, Puesto de Salud Nueva Esperanza, Nueva Esperanza, Perú

Nueva Esperanza, Perú (SIIC)

Se presenta una entrevista efectuada a miembros del equipo de salud en Nueva Esperanza (Perú), en relación con la salud pública y el riesgo epidemiológico.

Nueva Esperanza, Perú (especial para SIIC)
Parasitosis y enfermedades respiratorias son otros de los trastornos más habituales de esta localidad peruana. Además, persisten dificultades para atender a las embarazadas en el sistema de salud, lo cual aumenta la mortalidad materna.

"Es una zona endémica de leishmaniasis, bartonelosis y malaria", nos comentan en un alto a su agitada mañana de trabajo, la Licenciada Rosario Baylón Galán, obstetra del Puesto de Salud de Nueva Esperanza de Cajamarca, en Perú, junto con Lili Peña Silva, Técnica de Enfermería, y Rebeca Quispe Villalobos, enfermera de ese centro sanitario ubicado a minutos de la frontera con Ecuador, cerca de la Cordillera del Cóndor.

El panorama sanitario presenta complicaciones en esta población de 1 248 habitantes. "Faltan letrinas, la basura es tirada al aire libre y el agua no es clorada", describen estas trabajadoras de la salud, al tiempo que relatan algunas de las consecuencias de estas deficiencias: "Hay bastantes casos de parasitosis". Asimismo, también presentan numerosos afectados de enfermedades respiratorias, especialmente neumonía.

La mortalidad materna es otro problema en la zona. "Las embarazadas acompañan a sus esposos a trabajar en sus chacras, entonces -relata Baylón Galán- surgen infecciones urinarias o comienzan a sangrar por la fuerza que han efectuado. No se atienden por el miedo, por la vergüenza o porque el marido no les da permiso para venir, y terminan en abortos o en la muerte. Ellas se callan, entonces hay que estar detrás. Cuando faltan al control prenatal, hay que ir a buscarlas a sus casas".

Aún persiste la resistencia de las parturientas a dar a luz en un centro asistencial y prefieren hacerlo en sus casas. "Las primerizas obedecen más y acuden para ser atendidas al puesto de salud. Pero las multíparas no vienen, ellas dan a luz en sus casas con las parteras. Ese bebé nace en un campo contaminado, no desinfectado, y luego vienen las complicaciones", añaden.



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