COVID-19
asnc.png
Noticias / Opiniones CHEQUEADAS

CASTELLANO / PORTUGUÉS

La agencia Sistema de Novedades Científicas (aSNC), difunde informes de organismos de Estado, sociedades científicas, empresas públicas o privadas, etc. y noticias veraces emitidas por medios masivos
Agencia Sistema de Novedades Científicas (aSNC)
aSNC elabora información seleccionada por la dirección editorial de SIIC para su lectura por la población en general.

Solicite información sobre los servicios y licencias de aSNC mediante Mensajes a SIIC

 




revist_medicina_bs_as.jpg soc_ibero_infor_cientifica.png
Argentina: los picos de pandemia se resistieron con aislamiento preventivo y notables aumentos de los planteles profesionales e insumos técnicos diversos
Revista Medicina (Buenos Aires), Ciudad de Buenos Aires, Argentina 3 Mayo, 2022

Durante el brote de la COVID-19 en la Argentina el sistema sanitario no solo aumentó considerablemente el número de camas críticas, sino también el número de profesionales de la salud quienes, además, pudieron contar con los recursos necesarios para desarrollar su trabajo.

Los autores del estudio publicado por la revista Medicina (Buenos Aires)* constituye uno de los pocos multicéntricos que cuantifica variables de gestión durante la pandemia, ya que la mayoría de los anteriores fueron revisiones que analizaron el estado de las UCI o se llevaron a cabo en un solo centro asistencial.


Experiencias distantes 
En los últimos años, el riesgo de desborde de la capacidad de atención en áreas críticas fue descripto principalmente en relación a atentados terroristas como los ocurridos en Madrid, Londres y Nueva York.
Esos acontecimientos exigieron una rápida evaluación de la disponibilidad de camas para los pacientes más graves, y se recurrió a todo el personal posible para apoyar a los profesionales de emergencias y áreas críticas.

A diferencia de los ataques terroristas, la pandemia de COVID-19 generó una necesidad sin precedentes de camas y recursos adicionales en la UCI durante un periodo mucho más prolongado.
De este modo, se planteó a la resiliencia hospitalaria como enfoque complementario a la preparación para desastres naturales y atentados terroristas, definiéndose entonces los factores que 
durante la pandemia permitieron mantener los cuidados críticos de máxima calidad característicos de las acciones habituales del sector.

Los estudios sobre cómo se adaptaron los distintos sistemas sanitarios a la COVID-19 son escasos.
En EE.UU., datos federales informaron que casi la mitad de hospitales (2199 de 4587) operaron a una capacidad mayor de 85% en los meses pico de la pandemia (agosto 2020-abril 2021).
El esfuerzo para mantener estándares en los cuidados críticos durante esos meses de alta tensión fue muy intenso, con pacientes críticos tratados fuera de la UCI y profesionales que no podían asistir a los pacientes, debido al aumento de la relación paciente-staff.
Por ejemplo, en el período pre-pandemia, el consorcio NYC Health-Hospitals de Nueva York contaba con 300 camas de UCI; en el pico de la pandemia la red asistió más de 1000 pacientes COVID-19 en sus UCIs.
Como ejemplos individuales de expansión, el Lincoln Hospital en el Bronx aumentó sus camas de UCI de 34 en pre-pandemia a 195 durante la pandemia, gracias a la ingeniosa utilización de espacios no tradicionales.

En Italia, el hospital de Bérgamo tuvo que habilitar rápidamente nuevas camas críticas (de adultos, pediátricas y quirúrgicas). El Hospital General de Massachusetts transformó una UCI pediátrica de 14 camas en una UCI de adultos para admitir pacientes COVID-19.
En España, el hospital Ramón y Cajal de Madrid aumentó sus camas críticas de 38 a 111, en 4 UCIs que se sumaron a las 2 ya existentes. Sin embargo, todos estos estudios informan adaptaciones realizadas en un solo centro, representativo de un número muy limitado de camas.


Acciones de la Argentina
Al conocer los recursos disponibles en 58 UCIs participantes y analizar los cambios relacionados con la pandemia, los autores hallaron un incremento importante del número de camas de cuidados críticos, destinadas a la UCI y a otros ámbitos hospitalarios, un refuerzo considerable del personal de salud para dichas áreas que además dispusieron de respiradores y otros insumos vitales para desempeñar sus tareas.
Ls 58 UCIs evaluadas se encuentran mayoritariamente localizadas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que aloja la mayor densidad poblacional del país.

A semejanza de otros países del mundo, la Argentina incrementó sus camas críticas totales de 8 400 existentes al inicio de la pandemia a 11 500 en junio de 2020 (36.9%).

El aumento de camas críticas registrado fue de 75% de las cuales el 37% se adicionaron a UCIs, mientras que el 63% restante se distribuyó preferentemente a unidades coronarias y servicios de emergencia/shock-room, pero también a las áreas no críticas e incluso a otras no destinadas para el manejo de pacientes.

No es posible saber, dadas las características del estudio, si este aumento se debió a un aumento absoluto de camas, o a reasignaciones habitualmente destinadas a tratar a otras patologías o a ambas situaciones.
No obstante, el aumento de 37% de las camas críticas dentro de las UCIs probablemente constituyó un aumento genuino que perdurará post-pandemia, circunstancia muy adecuada dada la escasez mundial de camas críticas puestas en evidencia por la Covid-19.

El incremento de áreas críticas se produjo igualmente en los hospitales públicos y privados, con mayor tendencia al aumento en los públicos. Sin embargo, cuando se analiza el número de camas, tanto las camas de UCI pre-pandemia como las camas críticas post-pandemia fueron significativamente más numerosas en los hospitales privados.

El aumento de camas críticas permitió satisfacer la alta demanda aún durante el pico de casos acontecidos en el transcurso de la primera ola.
En los registros de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) también se observó una alta tasa de ocupación de las camas de UCI, pero sin alcanzar la saturación del sistema. En coincidencia con los autores del presente trabajo, un reciente estudio efectuado en la Argentina que incluyó 4.776 pacientes internados en servicios de clínica médica por COVID-19, no cominuicó falta de camas críticas en el momento de derivación de los pacientes con deterioro fisiológico progresivo.

Sin duda, el aislamiento social preventivo y obligatorio de la población durante los meses iniciales de la pandemia permitió contener el número de infectados, y durante ese tiempo se logró aumentar el número de camas críticas, personal, respiradores y dispositivos para efectuar ventilación mecánica y abastecerse de otros insumos críticos como, por ejemlo, los equipos de protección personal (EPP.)

El aumento de camas críticas de 75% registrado fue superior al 36.9% reportado por el Ministerio de Salud de la Nación. Los autores interpretan que la diferencia se debe a que varios de los hospitales participantes eran centros importantes con capacidad de expansión, situados en grandes ciudades.

Según las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina la relación “profesional de la salud/paciente” debería ser de 1/7 para los médicos, 1/2 para enfermería y 1/8 para kinesiología. En situaciones de emergencia, tales como la pandemia actual, esta relación debería ser reconsiderada y reajustada a la nueva realidad.

"Nuestros datos muestran un importante aumento del número de profesionales de la salud, que acompañó la expansión de las áreas críticas, para dar sostén a este mayor número de camas y pacientes. Las UCIs incrementaron principalmente personal de enfermería; su mayor requerimiento no solo se debió al aumento de la carga laboral sino al régimen laboral, organizado en turnos diarios de 6 horas", opinan los autores en el fragmento Discusión de su artículo.

A continuación agregan: "esta movilización general, sin precedentes, tanto del sector público como del privado, junto con el esfuerzo denodado del personal de salud, colaboró enormemente para asistir los casos más graves en las UCIs."

Sin embargo, el personal médico incorporado a la UCI no estuvo constituido exclusivamente por médicos especialistas en terapia intensiva, hecho que también ocurrió en otros lugares del mundo: ante la escasez de intensivistas, médicos de otras especialidades fueron convocados a trabajar en las UCIs.
El porcentaje de médicos no intensivistas ingresados fue mayor en los hospitales públicos que en los privados. El estudio no permite saber si el mayor incremento de médicos no intensivistas registrado se debió a redistribución de profesionales desde especialidades afines o de nuevas contrataciones y nombramientos o de ambas posibilidades.

La incertidumbre global generada por la pandemia de COVID-19 sumió al mundo en una crisis aún en evolución, que incluyó interrupciones en la industria y el transporte que limitaron las cadenas de abastecimiento de insumos esenciales, en el mismo momento en el cual los sistemas sanitarios enfrentaban el desafío de aumentar su capacidad de camas, suministros y trabajadores capacitados.
Tanto fue así que, en marzo de 2020, la OMS advirtió a las industrias y a los gobiernos que debían aumentar la fabricación de EPP para satisfacer la creciente demanda mundial. En esta línea, el estudio no registra faltas de EPP ante el aumento de la demanda y del número de personal; por el contrario, la mayoría de la UCIs participantes reportaron disponer de EPP suficientes, lo que reflejaría que la elevada demanda de estos dispositivos fue efectivamente satisfecha.

La mayoría de los centros participantes incorporó nuevos respiradores para estas camas de refuerzo; en 96% de las UCIs este aumento fue adecuado, sin diferencias entre los sectores público y privado. También se observó que los cruciales insumos necesarios para efectuar ventilación mecánica resultaron suficientes.

Con respecto a la carga de la enfermedad COVID-19, la mediana de pacientes ventilados por COVID fue de 55%, en relación al total de ventilados, proporción seguramente varió en el tiempo, ya que en los primeros meses de la pandemia (abril-julio) la circulación viral fue notoriamente menor, por lo que el número de pacientes con COVID-19 en ventilación mecánica en relación a los ventilados por otras causas seguramente fue bajo.
No obstante, en los meses de máximo estrés los pacientes COVID-19 constituyeron más del 90% de los ventilados mecánicamente.
En el estudio SATICOVID-19 sobre epidemiología y características de 1909 pacientes en ventilación mecánica por COVID-19 en la Argentina, se observa que el mayor número de pacientes ingresados que requirieron ventilación mecánica en las 63 UCIs se registró entre los meses de agosto y octubre.

Respecto al estudio publicado en Medicina Buenos Aires, el 14% de pacientes COVID-19 internados en UCI que recibieron oxigenoterapia por otros medios fue escaso; el registro podría deberse a que en el pico de la pandemia ingresaban pacientes gravísimos, directamente para recibir ventilación mecánica invasiva.
Algunos hospitales crearon unidades para efectuar exclusivamente CAFO, lo que seguramente disminuyó la presión de ingreso sobre las UCIs, también contribuyendo al bajo porcentaje mencionado de pacientes con oxigenoterapia y sin ventilación invasiva en la UCI.

Dado que la participación en el estudio fue voluntaria, los autores aclaran que el impacto real de la pandemia en la gestión de camas y recursos podría estar representado inadecuadamente con variación de los resultados finales.
Sin embargo, esta limitación es inherente a la gran mayoría de los estudios realizados durante la pandemia. De algunos datos no se dispuso de su cuantificación pre-pandemia (distintos tipos de personal de salud), de modo que solo se evaluó el número de centros que informaron aumentos. Otras falencias están directamente relacionadas con la alta carga de trabajo que ocurrió durante la pandemia y el escaso tiempo y personal disponible para la recolección de datos.

Los autores como fortaleza de su trabajo es hecho de representar uno de los pocos estudios multicéntricos que ha cuantificado variables de gestión durante la pandemia, siendo que la mayoría de los efectuados en las UCI son revisiones o se realizaron en un solo centro.



* Revista Medicina (Buenos Aires)
Capacidad estructural, recursos humanos tecnológicos y requerimientos de ventilación mecánica en 58 unidades de cuidados intensivos en argentina durante la pandemia por SARS-CoV-2. Estudio SATICOVID-19
Elisa Estenssoro, Gustavo Plotnikow, Cecilia I. Loudet, Fernando G. Ríos, Vanina S. Kanoore Edu, et al
Versión impresa, Vol.82 no.1
Febrero 2022
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0025-76802022000100035&lng=es&nrm=iso&tlng=es