El estudio de la Universidad de Linköping, Suecia, publicado en la revista Diabetes Care *demostró que el nivel de HbA 1c debe ser inferior a 53 mmol/mol (7%). La investigación hizo un seguimiento de pacientes durante 32 años después del inicio de la diabetes tipo 1.
Los niveles de azúcar en sangre a largo plazo (hemoglogina glicosilada - HbA 1c) se pueden utilizar para determinar con precisión el riesgo de que una persona diabética tipo 1 desarrolle complicaciones oculares y renales.
Universidad de Linköping, Linköping, Suecia
Las personas con diabetes pueden sufrir daños en los pequeños vasos sanguíneos de varios órganos. Las razones no están claras, pero se sabe desde la década de 1990 que un buen control de los niveles de azúcar en la sangre reduce el riesgo de complicaciones.
Sin embargo, resta dilucidar qué nivel de azúcar a largo plazo, HbA 1c, deben tener las personas con diabetes tipo 1 para evitar daños graves en los vasos de ojos y riñones.
Los investigadores del estudio conocido como Vascular Diabetic Complications in Southeast Sweden -
VISS (Complicaciones vasculares diabéticas en el sureste de Suecia), siguieron a todos los niños y adultos menores de 35 años que desarrollaron diabetes tipo 1 entre 1983 y 1987 y que recibieron atención en la región de Suecia South-East Healthcare.
Durante ese período se incluyeron en el estudio 447 personas de la región recién diagnosticadas.
Los investigadores siguieron los valores de HbA 1c, que reflejaban sus niveles promedio de azúcar en la sangre al cabo de un período más prolongado.
En estos pacientes, también monitorearon el desarrollo de daño ocular y renal en un período de 32 y 36 años posteriores al diagnóstico.
Los pequeños vasos sanguíneos del ojo son particularmente susceptibles al daño en la diabetes tipo 1.
Casi todos los pacientes experimentan pequeñas hemorragias oculares que no afectan la visión, pero en algunos casos desarrollan nuevos vasos sanguíneos en la retina causante de la retinopatía proliferativa que en casos extremos puede conducir a la ceguera.
Otro efecto de la diabetes se ubica en el área conocida como mácula de la retina, donde se localiza la visión de alto enfoque. En este caso el daño conduce a una visión borrosa.
Los riñones no son tan sensibles a los niveles altos de azúcar en la sangre como el ojo, pero los pequeños vasos sanguíneos importantes en este caso también pueden dañarse.
Una consecuencia es la excreción de proteínas sanguíneas en la orina. La albúmina es la que predomina en la sangre; la albuminuria indica su presencia en la orina.
El daño a los riñones finalmente conduce a una función renal deteriorada y, en casos graves, a insuficiencia renal. Esta condición puede ser fatal si no se trata; el paciente debe someterse a diálisis o recibir un trasplante de riñón.
El nivel de azúcar en sangre en una persona sana está muy controlado, con un nivel máximo de HbA 1c de 42 mmol/mol (6,0 %).
Los autores afirman en el estudio que la determinación precisa de los niveles de azúcar a largo plazo pueden evitar complicaciones. Este conocimiento aumentaría la motivación de una persona para mantener bajo control su nivel de azúcar en la sangre.
Los resultados de la investigación muestran que las personas con diabetes tipo 1 durante al menos 32 años deben mantener su nivel medio de azúcar a largo plazo por debajo de 53 mmol/mol (7,0 %), si pretenden evitar por completo daños graves. El riesgo de complicaciones oculares y renales aumenta a medida que lo hace el nivel.
Las conclusiones del artículo se relacionan con evitar complicaciones derivadas del daño de los vasos sanguíneos, aunque si un paciente tiene problemas de hipoglucemia, es imposible controlar el nivel de azúcar en la sangre de una manera tan estricta, aclaran los autores.
El nivel objetivo de HbA 1c sugerido por los resultados del estudio VISS concuerda con los objetivos individuales que recomienda la American Diabetes Association (Associación Estadounidense de Diabetes). En Suecia, los ´niveles objetivo´ corresponden a grupos en vez de individuos.
El seguimiento previo por parte de los investigadores se realizó 20 años después del inicio de la enfermedad. Ahora, transcurridos 30 años, los resultados muestran que el daño surgió a niveles más bajos de azúcar en la sangre que dos décadas después.
Más pacientes experimentaron daño, a pesar de tener niveles de azúcar en la sangre que no son superiores a los que tenían con anterioridad. Esto significaría que el umbral para desarrollar complicaciones desciende gradualmente con el tiempo.
En consecuencia, el estudio no permite sacar conclusiones sobre los niveles recomendados de azúcar en la sangre de las personas con diabetes tipo 1 más de 30 años después del diagnóstico.
* Diabetes Care
Impact of HbA1c Followed 32 Years From Diagnosis of Type 1 Diabetes on Development of Severe Retinopathy and Nephropathy: The VISS Study
Hans J. Arnqvist, Malin C. Westerlund, Mats Fredrikson, Johnny Ludvigsson, Maria Nordwall
12 septiembre, 2022
https://diabetesjournals.org/care/article-abstract/doi/10.2337/dc22-0239/147518/Impact-of-HbA1c-Followed-32-Years-From-Diagnosis?redirectedFrom=fulltext