Los pacientes con enfermedades neurológicas están sufriendo especialmente las consecuencias de la pandemia con incremento de manifestaciones que abarcan desde pérdida de movilidad hasta episodios de agresividad y ansiedad.
En el marco de la LXXII Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), celebrada entre finales de noviembre y principios de diciembre, se presentó el informe “Situación de los pacientes con demencia tras el confinamiento por COVID-19”.
El informe se realizó a partir de las respuestas obtenidas, a lo largo de octubre de 2020, de neurólogos españoles expertos en demencias.
Según se desprende del documento, el 99 % de los especialistas consultados considera que el estado cognitivo y funcional de sus pacientes ha empeorado tras el confinamiento y un 55 % considera que es muchísimo peor.
Además, este empeoramiento se ha visto reflejado, sobre todo, en pacientes con demencia moderada (77 %) o demencia leve (76 %), frente a las personas que aún se encuentran en una fase de deterioro cognitivo leve (48 %) o con una demencia grave (44,5 %).
“Esto se ha observado en todos los pacientes con demencia independientemente del tipo que padezcan , aunque ha sido especialmente llamativa entre las personas con enfermedad de Alzhéimer“, apuntó José Miguel Láinez, presidente de la SEN.
Y es que el 96 % de los neurólogos coinciden en que el alzhéimer ha sido la enfermedad más golpeada por la crisis sanitaria.
Sin embargo, también han empeorado pacientes con otro tipo de demencias como la asociada a la enfermedad de Párkinson o por cuerpos de Lewy ( casi un 64 % en ambos casos), o frontotemporal (más de un 61 %).
Problemas de conducta durante el confinamiento
Los pacientes con deterioro cognitivo también han empeorado a nivel conductual. El 94 % de los entrevistados ha constatado cambios en este ámbito. De hecho, un 48 % lo califican como mucho o muchísimo peor respecto a la situación previa al confinamiento.
Entre los síntomas conductuales que han aparecido con más frecuencia durante el confinamiento destacaron la irritabilidad (casi un 69 %), ansiedad (41 %) o los trastornos del sueño (38,5 %) y la agresividad (36 %). Pero también otros como la depresión (23 %) o los delirios (30 %).
La gran mayoría de expertos consideró que este empeoramiento se debía, principalmente, a la interrupción de paseos y otras actividades físicas (93 %), la interrupción de las actividades de estimulación cognitiva (88 %) y a la pérdida de contacto familiar y social (85,5 %) que ha generado el confinamiento.
Demencia y confinamiento
“Además, el confinamiento también ha afectado a los cuidadores de los pacientes con demencia. El 75 % de los neurólogos sostienen que han vivido su rol mucho o muchísimo peor estos meses”, señaló Silvia Gil, vocal de la SEN.
Por otro lado, Gil también reveló que el confinamiento ha podido acelerar la aparición de nuevos casos de procesos neurodegenerativos. “Un 60 % de los neurólogos entrevistados indican que han aumentado los casos de nuevo diagnóstico de deterioro cognitivo durante los meses posteriores a marzo de 2020”, afirmó.
Además, también se han evidenciado cambios respecto a la movilidad. Un 92 % considera que la capacidad motora de sus pacientes, respecto a su movilidad previa, ha empeorado.
Impacto en otras enfermedades neurológicas
En la Reunión Anual también se presentaron numerosos estudios que analizan el impacto del confinamiento en pacientes con epilepsia, ictus o párkinson, entre otras patologías.
Uno de los estudios, llevado a cabo en Cataluña durante el confinamiento, analizó a más de 300 personas con epilepsia. Según se desprende de su investigación, casi un 30 % de los pacientes reportaron un aumento de sus crisis. Además, casi la mitad reconocieron haber estado más ansiosos o deprimidos y un 43 % admitió haber padecido problemas de sueño.
Otro estudio, también realizado en Cataluña, respecto a las urgencias relacionadas con la epilepsia, en febrero-mayo de 2020, apunta que durante este tiempo aumentó el número de personas que tuvieron su primera crisis.
Por otro lado, la SEN ya advirtió que el Código Ictus se activó un 28 % menos en marzo de 2020 respecto al mismo mes del año anterior.
Dos estudios, también presentados en la Reunión, realizados uno en Madrid y otro en Castilla-La Mancha, apuntaron una mayor mortalidad y tasa de discapacidad entre los pacientes que sufrieron un ictus en este período.
En cuanto al párkinson, el Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN presentó en septiembre un estudio realizado a 600 personas con esta patología. En él se señalaba que el 66 % de los pacientes experimentó un empeoramiento de sus síntomas durante el confinamiento y un 33 % presentó problemas cognitivos y trastornos del comportamiento.
Una nueva investigación, realizada en Madrid en pacientes con trastorno del movimiento funcional y pacientes con distonía, señala que el 42,5 % experimentó un empeoramiento de sus síntomas físicos y el 56 % un empeoramiento de su situación en general.
Cefaleas y esclerosis múltiple
Por otra parte, el Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN presentó ya un informe que señalaba que el 46 % de los neurólogos apreciaron un empeoramiento de la situación clínica de los pacientes con cefalea durante el confinamiento.
En este sentido, otro estudio realizado en Cataluña entre pacientes con cefalea en tratamiento con toxina botulínica y presentado también en la Reunión Anual, señala que en el 74 % de los casos aumentó la frecuencia del dolor de cabeza y en el 47 % la intensidad. Además, el 79% de los pacientes tenían impresión de empeoramiento, lo que en el 75 % de los casos les llevó a un aumento del consumo de analgésicos.
Finalmente, también se llevó a cabo un estudio en Galicia para conocer el impacto del estado de alarma en pacientes con esclerosis múltiple. De acuerdo con los resultados, un 46,5 % percibió un deterioro en su calidad de vida. Un 24 % vio deteriorado su estado de ánimo y un 19 % se refirió a la fatiga.
A unas conclusiones similares también llegó un estudio llevado a cabo en Cataluña. Este apuntaba que el deterioro en la calidad de vida de estos pacientes se debía a problemas motores y se relacionaba directamente con el grado de discapacidad del paciente.