El Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y Doctrina Franciscana solicitó expresamente a la Organización Mundial del Comercio que dé una respuesta favorable, y de manera inmediata, a la propuesta de India y Sudáfrica sobre la exención de la ejecución, aplicación y cumplimiento de algunas obligaciones del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio, en este caso específico, con relación a las patentes de las vacunas. Esta declaración ha sido enviado al Papa Francisco, a la Organización Mundial de Comercio, y a la Organización Mundial de la Salud.
A través del documento titulado "La falsa tensión entre el derecho de propiedad intelectual y los derechos a la salud y a la vida", el Comité exhorta a defensores, fiscales y jueces, en el marco de sus respectivas competencias, a que ante las conductas u omisiones gubernamentales o de empresas farmacéuticas, en la distribución, administración, control, y aplicación de vacunas destinadas al Covid-19, arbitren las medidas respectivas para garantizar efectivamente el derechos a la salud y el derecho a la vida, ya sea mediante la promoción de las acciones judiciales respectivas en el caso de defensoras/es y de fiscales, y del oportuno dictado de decisiones jurisdiccionales por parte de juezas y jueces competentes.
Situación actual de las vacunas
En la actualidad, se lee en el documento, “resulta altamente preocupante que las vacunas contra la enfermedad provocada por el virus Sars-Cov2, no se encuentren disponibles y accesibles -de manera universal- para toda la población mundial, y especialmente para las poblaciones más pobres de Asia, África y América Latina”.
El Comité mencionó los discursos del Papa Francisco en tres ocasiones, abordando el tema de la salud y la pandemia: A los miembros de la Fundación “Banco Farmacéutico” el 19 de septiembre de 2020, a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias; Roma, San Juan de Letrán - 7 de octubre de 2020 y en el Mensaje Urbi et Orbi del 25 de diciembre del 2020.
En este último, el Papa había dicho: “…No puedo ponerme a mí mismo por delante de los demás, colocando las leyes del mercado y de las patentes por encima de las leyes del amor y de la salud de la humanidad. Pido a todos: a los responsables de los estados, a las empresas, a los organismos internacionales, de promover la cooperación y no la competencia, y de buscar una solución para todos. Vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados de todas las regiones del planeta. ¡Poner en primer lugar a los más vulnerables y necesitados!”.
Las preocupaciones del Papa, afirma el Comité, son plenamente compartidas. Una preocupación, se lee en la declaración, que “además se acrecienta frente a la demora en el acceso a la vacuna por parte de países con menos recursos económicos financieros y/o con poblaciones altamente vulnerables; en uno de los momentos donde nos enfrentamos a la expansión de la pandemia a través del aumento de la transmisión viral mundial, los rebrotes en las zonas que atraviesan el invierno o no se cumplen las medidas preventivas de distanciamiento social, y la aparición de nuevas cepas del virus, lo que provoca una mayor cantidad de personas contagiadas y fallecidas. La efectividad de las vacunas requiere de una logística de distribución que no todos los países pueden cumplir, en virtud de los obstáculos logísticos y tecnológicos (ej. temperatura refrigerada a la cual deben almacenarse algunas vacunas, transporte, personal sanitario, etc.), que se acrecienta para organizar la distribución de las vacunas en zonas de difícil acceso”.