Resúmenes amplios

EFECTOS DE LA COVID-19 EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON


Pavia, Italia
En el presente estudios de casos (pacientes con enfermedad de Parkinson [EP] y COVID-19) y controles (pacientes con EP, sin COVID-19), el índice de internación fue similar al referido para la totalidad de pacientes con COVID-19. Los síntomas motores y no motores empeoraron significativamente en el contexto de la COVID-19 y se requirió ajuste de la medicación en el tercio de los enfermos.

Movement Disorders 1-12

Autores:
Cilia R

Institución/es participante/s en la investigación:
Fondazione IRCCS Policlinico San Matteo

Título original:
Effects of COVID-19 on Parkinson’s Disease Clinical Features: A Community-Based Case-Control Study

Título en castellano:
Efectos de la COVID-19 sobre los Hallazgos Clínicos de la Enfermedad de Parkinson: Estudio de Casos y Controles en la Comunidad

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.1 páginas impresas en papel A4

Introducción

Desde la aparición del primer caso de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por su sigla en inglés) en Lombardía, el 20 de febrero de 2020, Italia se transformó en el tercer país más afectado (más de 215 000 casos) en todo el mundo, con alrededor de 30 000 decesos, hasta el 8 de mayo de 2020. Las propiedades neurotrópicas de la COVID-19 explicarían el agravamiento de diversas enfermedades neurológicas crónicas, como la enfermedad de Parkinson (EP).

La COVID-19 puede agravar la evolución de pacientes con EP por diversos mecanismos, incluidos cambios farmacodinámicos (interacciones recíprocas entre los sistemas de dopamina y de renina-angiotensina en la sustancia negra y en el estriado) y efectos inflamatorios sistémicos. Los pacientes con EP tienen mayor estado de fragilidad, respecto de la población general. Se han referido índices más altos de mortalidad por COVID-19 en pacientes con EP en estadio avanzado, en relación con la mayor edad y la enfermedad de mayor duración.

El principal objetivo del presente estudio fue determinar los efectos de la COVID-19 sobre los síntomas motores y no motores de la EP, en una cohorte de la población. También se evaluó si la edad avanzada y la enfermedad de mayor duración representan factores de riesgo para la aparición de COVID-19 sintomática.

Pacientes y métodos

En el estudio de observación de casos y controles se analizaron las características clínicas y demográficas de pacientes con EP idiopática y COVID-19, respecto de un grupo control de enfermos con EP evaluados en un período desde antes del inicio de la epidemia de COVID-19 en Italia (1 de enero de 2020), hasta el final de la cuarentena (4 de mayo de 2020). El diagnóstico de COVID-19 se basó en los resultados clínicos y de laboratorio para casos probables y confirmados, según los criterios de la Organización Mundial de la Salud del 20 de marzo de 2020.

Se identificaron pacientes con diagnóstico de EP según la International Classification of Diseases (ICD-9), residentes en la región de Lombardía en el norte de Italia (la zona más afectada por COVID-19 y con los índices más altos de mortalidad).

Un total de 141 pacientes aceptaron participar en el estudio; 12 de ellos (8.5%) presentaron COVID-19. En comparación con los 129 sujetos con EP sin COVID-19 (56.6% de sexo masculino, 69.1 años en promedio, EP de 8.2 años en promedio y 62.8% con alguna comorbilidad), los casos de EP y COVID-19 tuvieron una distribución similar por sexo (p = 0.37), edad, (p = 0.24), duración de la EP (p = 0.2) y comorbilidades (p = 0.54).

Entre los 129 sujetos con EP sin COVID-19 se seleccionó un grupo de 36 controles comparables en edad, sexo y duración de la enfermedad, para los análisis posteriores (cociente 1:3).

Los casos y controles fueron sometidos a valoración completa con escalas internacionales validadas. Los aspectos motores involucrados en las actividades de la vida cotidiana y la gravedad de las complicaciones motoras vinculadas con el tratamiento se analizaron con la parte II y la parte IV de la Movement Disorders Society Unified PD Rating Scale (MDS-UPDRS), respectivamente. Los síntomas no motores (SNM) se analizaron con la versión italiana de la NMS Scale (NMSS); los cambios globales en los síntomas motores y los SNM se analizaron también con el Clinical Impression of Severity Index for Parkinson’s Disease (CISI-PD).

Resultados

Los síntomas de COVID-19 fueron leves en el 25% de los casos (n = 3) y moderados en el 66.7% de los enfermos (n = 8); solo un enfermo debió ser internado por neumonía. Los síntomas de COVID-19 remitieron en 10 de 12 pacientes (83.3%) y persistían en los dos enfermos restantes en el momento del estudio (con remisión posterior).

Los casos presentaron agravamiento considerable en el puntaje total del CISI-PD y en los puntajes de los signos motores, la parte II de la MDS-UPDRS, el puntaje total de la NMSS y el dominio de síntomas urinarios. Las comparaciones entre casos y controles también mostraron mayor discapacidad motora (en el CISI-PD), más fluctuaciones motoras (en la parte IV de la MDS-UPDRS) y más manifestaciones clínicas no motoras. El compromiso cognitivo fue marginal (sin cambios en el CISI-PD); la función cardiovascular autonómica y la función sexual no se vieron afectadas.

Debido a la mayor frecuencia de diarrea en pacientes con COVID-19 y a los efectos deletéreos de la diarrea en las propiedades farmacodinámicas de los agentes dopaminérgicos, los análisis se repitieron con la incorporación de este síntoma. Se comprobó que el agravamiento del puntaje total del CISI-PD y de los puntajes de los signos motores estuvo parcialmente mediado por la diarrea (p = 0.002 en ambos casos), aunque el estado de COVID-19 se mantuvo como un factor significativo de contribución (p = 0.025 y p = 0.026, en ese orden). En cambio, las modificaciones de la parte II y la parte IV de la MDS-UPDRS y del puntaje total de la NMSS fueron atribuibles solo a COVID-19 (p = 0.008, p = 0.034 y p = 0.008, en ese orden). Sin embargo, el incremento del tiempo diario en “off” fue enteramente atribuible a la diarrea (p = 0.019). El agravamiento de los síntomas urinarios se relacionó con las fluctuaciones motoras (p < 0.001) y con la COVID-19 (p = 0.005), en tanto que la fatiga solo fue explicable por la COVID-19 (p < 0.001).

Conclusión

Los resultados del presente estudio indican que los pacientes con EP que presentan COVID-19 sintomática no tienen más años ni EP de mayor duración, en comparación con los controles; de hecho, tuvieron 3.5 años menos y enfermedad de 2 años menos de duración respecto de los controles (EP sin COVID-19). El índice de internación fue similar al referido para la totalidad de pacientes con COVID-19. Los síntomas motores y no motores empeoraron significativamente en el contexto de la COVID-19 y se requirió ajuste de la medicación en el tercio de los enfermos. El deterioro clínico fue atribuible a mecanismos relacionados con la infección y a alteraciones farmacocinéticas de los agentes dopaminérgicos, secundarias a la diarrea. Los síntomas urinarios y la fatiga fueron las manifestaciones no motoras más frecuentes.



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