Resúmenes amplios

POSIBLE PAPEL TERAPÉUTICO DEL CINC EN PACIENTES CON TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD


Colombus, EE.UU.
Muchos niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad presentan niveles más bajos de cinc en comparación con aquellos sanos. Se sugiere que la normalización del nivel de este elemento puede favorecer la respuesta terapéutica.

Journal of Child and Adolescent Psychopharmacology 15(4):619-627

Autores:
Arnold LE, DiSilvestro RA

Institución/es participante/s en la investigación:
Ohio State University

Título original:
Zinc in Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder

Título en castellano:
Papel del Cinc en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.47 páginas impresas en papel A4
Introducción y objetivos Uno de los trastornos psiquiátricos más controvertidos es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), que se caracteriza por la presencia de inatención, hiperactividad e impulsividad, entre otros síntomas. Su comienzo tiene lugar aproximadamente a los 7 años y afecta el funcionamiento de los pacientes en diferentes áreas. El tratamiento de los pacientes con TDAH aún es tema de discusión. El papel del cinc en los pacientes con este trastorno es uno de los temas más promisorios. En el presente artículo se evaluaron los datos disponibles al respecto. El cinc y el funcionamiento cerebral El cinc es un agente necesario para el metabolismo de los neurotransmisores, las prostaglandinas y la melatonina. A su vez, la melatonina interviene en la regulación dopaminérgica y se postula como un factor clave respecto del TDAH y su tratamiento. El cinc actúa como cofactor de diversas metaloenzimas y contribuye con el funcionamiento y la estructura cerebral. Cerca del 15% del cinc cerebral se ubica en las vesículas sinápticas. Es probable que este elemento cumpla alguna función modulatoria en la transmisión sináptica. En modelos animales se halló que es importante para la regulación del funcionamiento de los receptores del ácido gamma aminobutírico tipo A cortical. Además, el cinc interviene en la limitación de la excitabilidad de las neuronas glutamatérgicas hipocampales y es necesario para el crecimiento y la fosforilación de las tubulinas cerebrales. El déficit de cinc afecta la síntesis proteica, la estabilización de las membranas celulares y las funciones antioxidantes, metabólicas y energéticas. En modelos animales se identificó un transportador de cinc de membrana. La mayoría del cinc cerebral se encuentra fuertemente unido a proteínas como las metalotioneina I, II y III. La síntesis y degradación de estas proteínas son procesos sensibles al nivel de cinc. La metalotioneina III es específica del cerebro y estaría involucrada en su funcionamiento. También se sugiere que el déficit de cinc afecta la maduración cognitiva mediante mecanismos desconocidos. Asimismo, se postula que la carencia dietaria de este elemento ocasiona respuestas sensoriales y conductuales como la disminución del sentido del olfato y el gusto. Es decir, el cinc puede afectar diferentes funciones cerebrales mediante mecanismos diversos y su déficit tiene efectos deletéreos sobre el funcionamiento cerebral. En muchos países del mundo, en especial en aquellos en desarrollo, se identificaron niños con déficit de cinc. La deficiencia marginal de este elemento es frecuente y puede tener lugar en niños de clase media. El diagnóstico se efectuó sobre la base del retardo del crecimiento y de la disminución del nivel sérico de cinc. En estos casos, la ingesta de niveles más elevados de cinc revirtió el cuadro. El déficit manifiesto de este elemento se asocia con signos físicos evidentes como la demora en el crecimiento y la disfunción cerebral. Además de la ingesta inadecuada, existen otros factores que podrían relacionarse con el déficit de cinc; por ejemplo, se postula el papel de la absorción inadecuada, que se observa en pacientes con acrodermatitis enteropática. Otra causa más frecuente involucra la disminución de la síntesis de prostaglandinas necesarias para la absorción de cinc. También se plantea la existencia de metabolismos que pierden este elemento. Medición del déficit de cinc La evaluación del nivel corporal de cinc puede resultar dificultosa. En general, se evalúa el nivel plasmático, que equivale al nivel sérico de cinc. El hallazgo de niveles bajos indica la presencia de deficiencias graves o marginales y tiene valor diagnóstico. De todos modos, el nivel plasmático de cinc no siempre es sensible a los cambios leves en pacientes con afecciones crónicas. Además, los procesos inflamatorios, el estrés y la ingesta de alimentos pueden afectar los niveles de cinc en plasma. En consecuencia, generalmente se miden los niveles de cinc en diferentes muestras como el suero, las células, el cabello, la orina y las uñas. Recientemente se halló la utilidad de la medición de la actividad sérica de la metaloenzima 5’-nucleotidasa, sensible a cambios leves del nivel de cinc. Otro parámetro útil es la medición de la metalotioneina eritrocitaria, en especial para evaluar el nivel de cinc a largo plazo. Papel del cinc en el TDAH De acuerdo con los datos disponibles, la deficiencia marginal de cinc puede ser más prevalente entre los pacientes con TDAH. Así, se plantea que el déficit de cinc participa en la aparición de los síntomas de este trastorno; entre los más característicos del síndrome de deficiencia de cinc se incluyen las dificultades de concentración, el nerviosismo y el retraso madurativo cognitivo. En pacientes con diagnóstico de TDAH se halló un nivel de cinc significativamente inferior en comparación con lo hallado en individuos sanos; también se observó disminución del contenido de cinc en aquellos con TDAH y trastorno oposicionista desafiante o disocial en comparación con los pacientes con TDAH solo o en comorbilidad con trastornos de la ansiedad. En pacientes con TDAH se halló que los niveles de cinc en la orina de 24 horas eran 30% más bajos en comparación con los individuos sanos; esto permite sugerir la existencia de una disminución de la ingesta o de la absorción del metal. Igualmente, se informó una correlación negativa entre el nivel de cinc y el de los síntomas de inatención. En un estudio se concluyó que el déficit de cinc ejercería un papel etiopatogénico respecto del TDAH. Los mecanismos bioquímicos se relacionarían con la melatonina, que regula la función dopaminérgica involucrada en el TDAH. El papel del cinc en este trastorno también podría relacionarse con su función en la hendidura sináptica. Interacciones entre el cinc y los agentes sintéticos La deficiencia marginal de cinc podría ser exacerbada por la interacción con otros agentes como la tartrazina o los colorantes incluidos en diferentes bebidas y alimentos. Se informó que el 5% a 10% de los niños con TDAH podrían ser sensibles a los colorantes u otros componentes incluidos en los alimentos; en consecuencia, podría observarse una pérdida de cinc durante estados de estrés químico, que exacerbaría el déficit marginal preexistente. Efectos sobre la respuesta a las drogas La respuesta adecuada a los agentes estimulantes dependería del nivel de cinc. Se informó una correlación significativa entre este nivel y la respuesta al tratamiento con metanfetamina-d. En otro estudio se halló una asociación lineal entre el nivel de cinc y el efecto de las anfetaminas. Respecto de la respuesta al metilfenidato, la administración simultánea de cinc resultó en una mejoría significativamente superior en comparación con la administración de metilfenidato solo. Aún debe evaluarse la utilidad de esta estrategia en diferentes países debido a la existencia de discrepancias endémicas de la dieta. Estudios aleatorizados sobre la monoterapia con cinc Se llevó a cabo un estudio sobre la utilidad de la monoterapia con cinc como tratamiento para los pacientes con TDAH. Los participantes fueron distribuidos en forma aleatoria para recibir 150 mg de sulfato de cinc por día durante 12 semanas o placebo. De acuerdo con los resultados, el tratamiento con cinc resultó en una mejoría significativa en comparación con el placebo; no obstante, esta mejoría sólo se verificó respecto de los síntomas de hiperactividad, impulsividad y dificultades de socialización. En cambio, no se observaron mejorías al evaluar el déficit de atención. Los pacientes que más se beneficiaron fueron los de mayor edad, mayor índice de masa corporal y niveles más bajos de cinc y de ácidos grasos esenciales. Si bien los resultados son promisorios, se recomienda cautela a la hora de interpretarlos debido a limitaciones metodológicas. Conclusión De acuerdo con los datos preliminares existentes, muchos niños con TDAH presentan niveles de cinc más bajos en comparación con aquellos sanos. El estado nutricional de cinc puede relacionarse con la ingesta de diferentes agentes químicos. Además, en 2 estudios se halló una mejoría superior entre los pacientes tratados con cinc en comparación con la administración de placebo. Los hallazgos mencionados permiten sugerir que la normalización del nivel de cinc puede favorecer la respuesta a los estimulantes. Además, el beneficio puede observarse de manera independiente al tratamiento estimulante. Los datos mencionados deben ser corroborados mediante estudios adicionales, concluyen los autores.

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