RELACIÓN ENTRE TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS Y ANEMIA FERROPRIVA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
Taipei, Taiwán (Republica Nacionalista China)
La anemia por deficiencia de hierro se asoció significativamente con un mayor riesgo de presentar trastorno depresivo unipolar, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, trastornos del espectro autista, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, retraso del desarrollo y retardo mental en los niños y adolescentes.
BMC Psychiatry 13(161):
Autores:
Chen MH, Su TP, Bai YM
Institución/es participante/s en la investigación:
Taipei Veterans General Hospital
Título original:
Association Between Psychiatric Disorders and Iron Deficiency Anemia among Children and Adolescents: A Nationwide Population-Based Study
Título en castellano:
Asociación entre los Trastornos Psiquiátricos y la Anemia por Deficiencia de Hierro en los Niños y Adolescentes: Un Estudio Nacional Basado en la Población
Extensión del Resumen-SIIC en castellano:
2.96 páginas impresas en papel A4
Introducción
La deficiencia de hierro (DH) se define como 2 o más alteraciones en los parámetros hematológicos (ferritina sérica, saturación de transferrina y protoporfirina eritrocitaria), que no suelen producir síntomas clínicos significativos y, por ello, no se detecta fácilmente. La anemia por deficiencia de hierro (ADH) se caracteriza por alteraciones en la síntesis de hemoglobina debido a la DH significativa y produce síntomas clínicos diversos, como palidez de las conjuntivas, disnea, mareos y letargia, por la disminución en la capacidad de los eritrocitos para liberar oxígeno a las células y tejidos. Los factores de riesgo principales de ADH y DH comprenden la disminución en la ingesta de hierro, la mala absorción del hierro de la dieta, las pérdidas crónicas de hierro y algunos períodos de la vida que cursan con un mayor requerimiento de hierro, como los períodos de rápido crecimiento y el embarazo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la DH es la deficiencia nutricional más prevalente en el mundo y, se estima, que la prevalencia de la ADH alcanza al 30% en los niños, adolescentes y mujeres en los países no industrializados.
El hierro es un componente esencial de la hemoglobina, la mioglobina y diversas enzimas involucradas en el metabolismo celular, y la replicación y reparación del ADN; también cumple un papel crucial en el desarrollo del sistema nervioso central y los sistemas inmunitario, endocrino y cardiovascular. En cuanto al desarrollo cerebral, el hierro interviene en la mielinización de la sustancia blanca, y en el desarrollo y funcionamiento de diversos sistemas de neurotransmisores, como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. Tanto la DH como la ADH se asociaron significativamente con alteraciones en los neurotransmisores monoaminérgicos y con la mielinización anormal de la sustancia blanca. Hay pruebas sólidas de que la ADH influye significativamente sobre el desarrollo cognitivo, la inteligencia y el retraso mental, pero hay menos evidencias acerca de su relación con los trastornos psiquiátricos de comienzo en la infancia o la adolescencia. En algunos estudios clínicos, se involucró la DH cerebral en la fisiopatogenia del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y los niveles de ferritina se relacionaron con los problemas conductuales en ese trastorno, pero esto último no se corroboró en otras investigaciones. En los trastornos del espectro autista (TEA), se encontró un aumento de la prevalencia de ADH de hasta el 30%, mientras que hay pocos datos acerca de la esquizofrenia, el trastorno bipolar (TB), el trastorno depresivo unipolar y el trastorno de ansiedad. El objetivo de este estudio, que utilizó una gran base de datos nacional y un método de casos y controles, fue determinar la asociación entre la ADH y diversos trastornos psiquiátricos en los niños y adolescentes con esa forma de anemia.
Métodos
Se utilizó la información de la base de datos del programa National Health Insurance (NHI), que se implementó en Taiwán en 1995. Ese programa cubre el 96.9% de los
23 000 000 de sus residentes y provee información demográfica y médica (edad, sexo, medicamentos indicados, diagnósticos).
En este estudio, se seleccionaron al azar 1 000 000 de personas, un 4.3% de la población de Taiwán, de la base de datos del NHI. La investigación incluyó a todos los niños y adolescentes (menores de 18 años) identificados con el código diagnóstico de la ADH entre el 1 de enero de 1996 y el 31 de diciembre de 2008. Los trastornos psiquiátricos coexistentes se investigaron por los códigos diagnósticos específicos (esquizofrenia, trastorno depresivo unipolar, trastorno depresivo mayor, trastorno distímico, trastorno obsesivo compulsivo [TOC], trastorno de ansiedad, TDAH, trastorno por tics, trastorno del desarrollo y retardo mental). Como covariables, se utilizaron la úlcera gastrointestinal, la metrorragia y la menorrea premenopáusica.
Se utilizó un grupo de control concordante en edad y sexo (4 por cada paciente de la cohorte de estudio) sin enfermedades graves.
Para las comparaciones entre los grupos, se utilizó la prueba de la t para muestras independientes y para las variables continuas y las pruebas de chi cuadrado de Pearson o exacta de Fisher para las variables nominales. Se realizaron regresiones logísticas múltiples para calcular los odds ratio (OR), con los intervalos de confianza del 95% (IC), después del ajuste por úlcera, metrorragia y menorrea premenopáusica (causas importantes de ADH en niños y adolescentes). Un valor de p de 2 colas inferior a 0.05 se consideró significativo.
Resultados
Se identificaron 2 957 niños y adolescentes (1 060 varones y 1 897 mujeres) con ADH de una muestra de población compuesta por 1 000 000 de personas entre el 1 de enero de 1996 y el 31 de diciembre de 2008. El promedio de edad de los participantes fue de 10.59 ± 6.02 años y los varones tuvieron una edad significativamente inferior a la de las mujeres (7.46 ± 5.68 años contra 12.34 ± 5.46, p < 0.001). Los varones con ADH tuvieron una prevalencia significativamente superior de TEA (1.6% contra 0.4%, p < 0.001), TDAH (6% contra 1.1%, p < 0.001), trastorno por tics (1.3% contra 0.5%, p = 0.027), retraso del desarrollo (8.5% contra 3.4%, p < 0.001) y retardo mental (4.4% contra 1.5%, p < 0.001) en comparación con las mujeres. Cuando se compararon los pacientes con ADH con el grupo de control, los primeros tuvieron una prevalencia significativamente superior de comorbilidades psiquiátricas, como trastorno depresivo unipolar (1.6% contra 0.6%, p < 0.001), TB (0.4% contra 0.1%, p < 0.001), trastorno de ansiedad (1.5% contra 0.7%, p < 0.001), TEA (0.8% contra 0.3%, p < 0.001), TDAH (2.8% contra 1.8%, p < 0.001), trastorno por tics (0.8% contra 0.5%, p = 0.044), retraso del desarrollo (5.2% contra 2.4%, p < 0.001) y retardo mental (2.5% contra 1%, p < 0.001).
En los análisis de regresión logística múltiple ajustados por edad, sexo, úlcera, metrorragia y menorrea premenopáusica, los pacientes con ADH tuvieron un riesgo significativamente superior de trastorno depresivo unipolar (OR 2.34; IC 1.59 a 3.46), TB (OR 5.80; IC 2.24 a 15.05), trastorno de ansiedad (OR 2.17; IC 1.49 a 3.16), TEA (OR 3.08; IC 1.79 a 5.28), TDAH (OR 1.67; IC 1.29 a 2.17), trastorno por tics (OR 1.70; IC 1.03 a 2.78), retraso del desarrollo (OR 2.45; IC 2 a 3) y retardo mental (OR 2.70; IC 2 a 3.65). Cuando se evaluaron los efectos de la ADH según el sexo sobre las comorbilidades psiquiátricas, se observó un riesgo significativamente aumentado de trastorno depresivo unipolar (OR 2.36; IC 1.10 a 5.10), trastorno de ansiedad (OR 1.73; IC 1.02 a 2.94), TEA (OR 2.66; IC 1.41 a 5), TDAH (OR 1.51; IC 1.12 a 2.04), retraso del desarrollo (OR 1.95; IC 1.50 a 2.53) y retardo mental (OR 3.09; IC 2.08 a 4.61) en los hombres en comparación con las mujeres. Por el contrario, las mujeres tuvieron un riesgo significativamente superior con respecto a los varones de trastorno depresivo unipolar (OR 2.37; IC 1.51 a 3.73), TB (OR 5.56; IC 1.98 a 15.70), trastorno de ansiedad (OR 2.69; IC 1.57 a 4.62), TEA (OR 4.07; IC 1.39 a 11.90), TDAH (OR 2; IC 1.14 a 3.49), trastorno por tics (OR 2.95; IC 1.27 a 6.86), retraso del desarrollo (OR 3.48; IC 2.48 a 4.88) y retardo mental (OR 2.13; IC 1.34 a 3.40).
Cuando los análisis de regresión logística múltiple ajustados se estratificaron por la edad, los niños (definidos como aquellos menores de 13 años) con ADH tuvieron un riesgo significativamente superior de TEA (OR 3; IC 1.70 a 5.27), TDAH (OR 1.50; IC 1.12 a 1.99), retraso del desarrollo (OR 2.23; IC 1.79 a 2.78) y retardo mental (OR 3.01; IC 2.09 a 4.32). Los adolescentes (definidos como aquellos entre 13 y 18 años) con ADH tuvieron un riesgo significativamente mayor de trastorno depresivo unipolar (OR 2.89; IC 1.84 a 4.54), TB (OR 6.05; IC 1.97 a 18.58), trastorno de ansiedad (OR 3.71; IC 2.16 a 6.37), TDAH (OR 2.54; IC 1.31 a 4.95), trastorno por tics (OR 3.73; IC 1.12 a 12.48), retraso del desarrollo (OR 3.88; IC 2.17 a 6.95) y retardo mental (OR 2.08; IC 1.22 a 3.57).
Discusión y conclusión
Comentan los autores que los resultados de su estudio clínico epidemiológico avalan los hallazgos de que la ADH se asocia significativamente con un riesgo aumentado de trastorno depresivo unipolar, TB, trastorno de ansiedad, TEA, TDAH, retraso del desarrollo y retardo mental en los niños y adolescentes.
En esta investigación se demostró una prevalencia más elevada de retardo mental y retraso del desarrollo en los niños y adolescentes con ADH, congruente con los hallazgos previos. La ADH puede alterar el rendimiento cognitivo en todas las etapas de la vida.
Los estudios previos sobre el efecto del hierro sobre la fisiopatología del TDAH son incongruentes. La fisiopatología actual del TDAH comprende la disfunción de los sistemas de neurotransmisores y la ADH altera significativamente el desarrollo y funcionamiento de los sistemas de neurotransmisores noradrenérgicos y dopaminérgicos.
Los ensayos previos demostraron que el hierro se asoció con el desarrollo y funcionamiento sociocognitivo y socioemocional, áreas centrales en los síntomas del TEA. En esta investigación, se observó un mayor riesgo de TEA en los pacientes pediátricos con ADH, lo que indica un posible efecto recíproco entre los TEA y la ADH. El hierro se señaló como un componente esencial en la mielinización y la oligodendrogénesis, y la síntesis de mielina está alterada en la DH. Es necesaria la realización de más ensayos para clarificar la comorbilidad o causalidad entre el TEA y la ADH.
Diversos estudios previos informaron que la ADH se asoció con el trastorno depresivo unipolar, posiblemente debido a la alteración en los neurotransmisores monoaminérgicos producida por la DH. Los resultados de esta investigación avalan la asociación fisiopatológica entre la ADH y el trastorno depresivo unipolar.
La desregulación emocional se implicó en la neuropsicopatología del TB y está bien documentada la asociación entre el hierro y el desarrollo socioemocional, así como que la DH puede alterar la regulación emocional. Hay pocos ensayos sobre la asociación entre la ADH y el TB, mientras que los resultados de esta investigación encontraron una mayor prevalencia de TB en los pacientes con ADH. Sin embargo, los efectos de la ADH sobre el TB no están aclarados y es necesaria la realización de más estudios para investigar una posible causalidad y el mayor riesgo observado en las mujeres.
Hay pocos ensayos clínicos sobre la asociación entre la ADH y el trastorno de ansiedad. La desregulación emocional debido a la DH puede ser un mecanismo probable que explique la asociación entre la ansiedad y la ADH. En la presente investigación la ADH, tanto en varones como en mujeres, se asoció significativamente con un mayor riesgo de presentar trastorno de ansiedad, pero se requieren más estudios para establecer una relación causal.
También se halló un riesgo significativamente mayor de trastorno por tics en las mujeres con ADH, pero la asociación entre ADH y este trastorno no es clara, y rara vez se encuentra en la bibliografía publicada.
En conclusión, los pacientes con ADH tienen un mayor riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos, como trastorno depresivo unipolar, TB, trastorno de ansiedad, TEA, TDAH, retraso del desarrollo y retardo mental. La DH puede alterar el desarrollo de la regulación emocional y la cognición. Es necesaria la realización de estudios de cohorte bien diseñados para dilucidar la causalidad o el efecto comórbido entre la ADH y los trastornos psiquiátricos.