Informes periodísticos

CEREALES INTEGRALES Y RIESGO CORONARIO

Bases epidemiológicas para la recomendación del consumo de cereales con sus cubiertas.

Boston, EE.UU.


El incremento en el consumo de cereales integrales reduciría el riesgo de padecer afecciones coronarias.

 Fuente científica:  American Journal of Clinical Nutrition 70412-419 aSNC

 Autores: 


flecha azul.gif (828 bytes) Los autores no manifiestan conflicto de intereses


Las actuales recomendaciones para la alimentación de los estadounidenses enfatizan el incremento en el consumo de cereales integrales (CI) para prevenir la enfermedad coronaria. Se supone que el reemplazo de grasas por carbohidratos, sumado al aporte de fibra, micronutrientes, antioxidantes y fitoquímicos podrían ser los responsables de estos efectos benéficos. Con el objeto de establecer los resultados de estudios epidemiológicos que investigaron estas hipótesis, expertos de los Departamentos de Epidemiología y Nutrición de la Escuela Médica de Harvard (Boston, EE.UU.) analizaron los resultados del Estudio de Salud sobre Enfermeras, llevado a cabo entre 1984 y 1994. A lo largo de un seguimiento de 729 472 personas-año, se estableció en forma fehaciente la existencia de 761 casos de coronariopatías, que consistieron en 553 infartos de miocardio de evolución favorable y de 208 eventos fatales. El incremento en el consumo de CI, luego del ajuste a variables de edad y tabaquismo, se asoció con disminución significativa del riesgo de coronariopatías. Luego de posteriores ajustes al índice de masa corporal, al empleo de terapia sustitutiva hormonal posmenopaúsica, ingesta de alcohol y vitaminas, actividad física, ingesta de grasa y empleo de aspirina, el riego relativo de afecciones coronarias se mostró reducido hasta valores de 0.75. Este tipo de asociación benéfica resulto más notable en el grupo de aquellas mujeres que no habían fumado nunca. Los investigadores señalan el hecho de que la reducción del riesgo asociado con el mayor consumo de CI no puede explicarse completamente por su contribución a la ingesta de fibra, folato, y vitaminas B6 y E.El Estudio de Salud de las Enfermeras incluyó, en 1984, a 75 521 mujeres, con edades que oscilaban entre los 38 y 63 años. Ninguna de ellas presentaba antecedentes de enfermedades cardiovasculares ni diabetes y completaron un cuestionrio semicuantitativo de frecuencia de consumo y un seguimineto de 10 años.En síntesis, a través de un importannte número de participantes, los investigadores estadounidenses confirmaron la reducción del riesgo de padecer coronariopatías en aquellos individuos que registran alto consumo de CI.
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