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Introducción
El cáncer de mama es la neoplasia maligna más frecuente entre las mujeres, excluyendo a los cánceres de piel no melanoma. La radioterapia juega un papel importante en el control locorregional y a distancia de esta neoplasia, y aumenta las tasas de supervivencia libre de enfermedad y de supervivencia global hasta en un 20% en 20 años. Por lo tanto, la radioterapia está indicada para todas las pacientes sometidas a cirugía conservadora y para aquellas sometidas a mastectomía. Una de las principales reacciones adversas de la radioterapia adyuvante para el cáncer de mama es la radiodermatitis. Aproximadamente entre el 85% y el 90% de las pacientes presentan algún grado de esta reacción. La radiación promueve varios cambios en la piel, como aumento del pH, disminución de la hidratación, aumento del flujo sanguíneo cutáneo e hiperpigmentación. Las toxicidades cutáneas se manifiestan como eritema, hiperpigmentación, descamación, exulceración, ulceración y necrosis. Las consecuencias de la radiodermatitis son numerosas e incluyen disminución de la calidad de vida debido al dolor y las molestias, infección, disminución de la imagen propia e interrupción de la radioterapia, lo que perjudica el control de la neoplasia. Diversos factores se han asociado con la toxicidad cutánea de la radioterapia. Es necesario comprender mejor los factores vinculados con la aparición de radiodermatitis en estas pacientes, y considerar las diferentes realidades de los servicios de radioterapia y las diferentes poblaciones atendidas.
El objetivo de este estudio fue evaluar la incidencia de radiodermatitis en mujeres con cáncer de mama, identificar los factores asociados con su gravedad y determinar el momento en el que se produce esta reacción adversa durante la radioterapia.
Métodos
Este estudio de cohorte prospectivo se llevó a cabo entre febrero y septiembre de 2017 en el sector de radioterapia del Hospital Clínico de la Facultad de Medicina de Botucatu - Universidade Estadual Paulista "Júlio de Mesquita Filho", Brasil. Se incluyeron 113 mujeres mayores de 18 años con cáncer de mama que fueron evaluadas antes de la radioterapia y en cada quinta sesión hasta el final del tratamiento. El criterio de valoración primario fue la incidencia de radiodermatitis durante el tratamiento estándar y de refuerzo, así como el grado de gravedad de las lesiones; los criterios secundarios incluyeron los factores relacionados con la aparición de radiodermatitis y el tiempo hasta su aparición. El diagnóstico y la clasificación de la radiodermatitis en pacientes con cáncer de mama se realizaron según los criterios del Radiation Therapy Oncology Group. Para la evaluación de los factores de riesgo se utilizó la regresión logística y el modelo de regresión proporcional de Cox. Los valores de p < 0.05 se consideraron significativos.
Resultados
Las pacientes recibieron radioterapia estándar, con un total de 9 a 30 sesiones, con una media de 26 ± 2.8 sesiones y una media de dosis de 5.727.4 ± 4466.1 centigrays. De las 113 pacientes, 68 (60.2%) también recibieron tratamiento de refuerzo después de completar la radioterapia estándar. Además de la radioterapia realizada en la topografía mamaria, 40 pacientes también recibieron tratamiento con radiación de fotones en la fosa supraclavicular ipsilateral, debido a la presencia de metástasis ganglionares. Cabe destacar que por tratarse de radioterapia bidimensional, no hubo irradiación a la cadena ganglionar de la glándula mamaria interna y la axila.
La tasa de incidencia de radiodermatitis fue del 98.2% (111 de 113 pacientes). En cuanto a la gravedad, 95/113 pacientes (85.6%) presentaron radiodermatitis grado I. Cabe destacar que entre las pacientes que recibieron radioterapia de refuerzo, 54/68 (79.4%) manifestaron radiodermatitis durante la radioterapia estándar y mantuvieron el grado I.
En cuanto a los factores asociados con la radiodermatitis con mayor grado de gravedad, se demostró que por cada punto adicional del índice de masa corporal (IMC), la probabilidad de aparición de radiodermatitis de grados II a IV aumentó en un 14% (odds ratio: 1.14, intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.04 a 1.26; p = 0.004) y el uso de estatinas de manera concomitante con radioterapia aumentó el riesgo de lesiones cutáneas más graves en cuatro veces (odds ratio: 4.27, IC 95%: 1.11 a 16.42; p = 0.035).
La media de tiempo de aparición de la radiodermatitis fue de 17 ± 5 (rango de 5 a 27) días. En todos los casos, esta complicación se manifestó antes de la finalización de la radioterapia estándar y el inicio de la radioterapia de refuerzo. El uso exclusivo de hidrogel para la hidratación de la piel fue un factor independiente en el retraso de la aparición de radiodermatitis, en comparación con las pacientes que usaban hidrogel asociado con cremas hidratantes (hazard ratio: 0.55, IC 95%: 0.36 a 0.82; p= 0.004). La mediana de tiempo para la aparición de lesiones cutáneas en las pacientes que usaron hidrogel solo fue de 19 (intervalo de 14.5 a 23) días, mientras que para aquellas que usaron hidrogel y cremas hidratantes fue de 16 (intervalo de 13 a 19) días (p = 0.003). La dosis, el fraccionamiento y la energía recibida en el tratamiento de refuerzo para cicatrices quirúrgicas no parecieron ser factores independientes de la gravedad de la radiodermatitis.
La principal limitación de este estudio fue su validez externa. Los factores identificados deben considerarse para servicios y poblaciones similares a los de este estudio.
Conclusiones
Se observó una alta incidencia de radiodermatitis en mujeres con cáncer de mama, y su gravedad se relacionó con mayor IMC y con el uso de estatinas; por el contrario, el uso exclusivo de hidrogel tuvo un efecto protector.