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Introducción y objetivos
Las enfermedades respiratorias representan una importante carga de morbilidad para los individuos, las familias, el sistema de salud y la sociedad. Las tecnologías sanitarias digitales (TSD) tienen el potencial para reducir esa carga, aunque todavía no hay consenso sobre los parámetros a monitorear. El objetivo de las TSD es la detección temprana de descompensaciones respiratorias.
Para este artículo, los investigadores utilizaron el personaje ficticio “Lynnae”, una mujer de 37 años residente rural en Alaska, con un historial de 20 años de asma mal controlada y de 3 a 4 internaciones anuales por exacerbaciones respiratorias; Lynnae instaló en su hogar filtros de aire de alta eficiencia y un monitor de la calidad del aire, al correlacionar sus exacerbaciones con el deterioro de la calidad del aire. Las TSD de uso domiciliario y personal pueden analizar datos clínicos del paciente para evaluar la inminencia de una descompensación respiratoria.
Carga de morbilidad de las enfermedades respiratorias
Los pulmones son órganos continuamente expuestos a agentes ambientales nocivos, que incluyen toxinas, alérgenos, contaminantes ambientales, partículas en suspensión y agentes infecciosos. Existen numerosas enfermedades respiratorias crónicas, como ser fibrosis quística, enfermedad intersticial pulmonar, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC], entre otras; estas dos últimas serán el foco de interés de este artículo.
Las infecciones del tracto respiratorio inferior son la principal causa de muerte por infecciones, especialmente en menores de 5 años y en mayores de 70 años. Durante la pandemia de COVID-19, la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 se constituyó en la principal causa de muerte en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. Más allá de la mortalidad, el asma es responsable de múltiples costos emocionales y financieros, como los fracasos académicos, la falta de expectativas laborales, el alto nivel de estrés y la baja calidad de vida.
Las TSD centradas en el paciente tienen el potencial de dar respuesta a las necesidades únicas de los individuos con enfermedades respiratorias crónicas, y de reducir las inequidades de acceso a los recursos de salud. La meta global es proporcionar al paciente un recurso individualizado efectivo que disminuya la carga de morbilidad de la enfermedad; la estrategia debe maximizar las capacidades funcionales del individuo y disminuir el impacto de las exacerbaciones agudas.
Monitoreo de la enfermedad respiratoria crónica
Las nuevas TSD ofrecen amplias capacidades, continuamente en crecimiento, aunque los autores indican que no debe considerarse como recurso único para un tratamiento integral. Las TSD incluyen:
Sistemas portátiles de monitoreo: Relojes, anillos, sensores de dedo, ropa “inteligente”, sensores corporales (frecuencia cardíaca, variabilidad cardíaca, frecuencia respiratoria, saturación de O2, actividad electrodérmica, temperatura, sueño, etc.). Estos sistemas han demostrado ser efectivos para la detección precoz de las infecciones respiratorias.
Espirómetros domiciliarios: Para ser usados en forma intermitente, según el estado clínico.
Detectores de tos: Evalúan la frecuencia de la tos.
Analizadores repiratorios: CO2 espirado, presencia de biomarcadores respiratorios.
Detectores acústicos pulmonares: Evalúan en forma continua los ruidos respiratorios.
Sistemas incorporados al lecho: Miden parámetros durante el sueño.
Inhaladores “inteligentes”: Inhaladores conectados a un sistema de monitoreo y registro que permite analizar dosificaciones, cambio en el patrón de uso, efectividad de la técnica utilizada, recordatorios de dosis, etc. Se estima que hasta el 75% de los pacientes que utilizan inhaladores de dosis medidas lo hace de manera incorrecta.
Sensores intradomiciliarios de calidad del aire: La contaminación ambiental del aire se asocia con exacerbaciones en pacientes con asma y con EPOC. Los autores indican que no son suficientes los sensores ambientales fuera de los domicilios porque hay condiciones particulares de exposición a contaminantes o a alérgenos en ambientes específicos (hogar, trabajo, escuela, etc.). Los datos aportados por estos sensores pueden indicar la necesidad de uso de filtros de aire de alta eficiencia.
Algunos cambios en las condiciones respiratorias de los pacientes (como el aumento de la frecuencia respiratoria nocturna) pueden ser indicadores precoces de exacerbaciones. El registro continuo de datos vitales y su almacenamiento permiten analizar los factores desencadenantes y definir el fenotipo particular de cada paciente.
Identificación temprana de la infección respiratoria aguda
En el proceso de simulación de la paciente Lynnae se generó un cónyuge ficcional (Leonard) para participar en un estudio de evaluación. Leonard fue provisto con un reloj inteligente que recogía datos respiratorios. La detección de cambios nocturnos en el patrón respiratorio, en la frecuencia cardíaca y en los movimientos durante el sueño permitió generar un alerta de una infección respiratoria inminente, confirmada por una prueba rápida de reacción en cadena de la polimerasa (PCR); esta prueba positiva llevó a una cuarentena precoz, lo que previno la aparición de infección respiratoria en Lynnae. Los datos de los estudios disponibles indican que pequeños cambios en el patrón habitual cardiorrespiratorio puede indicar una infección respiratoria, aun en etapa subclínica.
Desafíos actuales de las TSD
Para los autores de este artículo, la disparidad existente entre los equipamientos disponibles es una fuente de error importante para los estudios controlados. La relación entre el uso de TSD y los resultados clínicos requiere aún investigaciones controladas adicionales para su validación.
Las TSD tienen características únicas en lo referente a su capacidad de registro y almacenamiento de datos continuos y longitudinales. Muchos pacientes y profesionales de la salud pueden no estar familiarizados con este nuevo paradigma, lo que obliga a asumir papeles inhabituales. La implementación de las TSD implica mayor involucramiento y empoderamiento de los pacientes para intervenir activamente en su tratamiento, y una respuesta acorde por parte de los profesionales de la salud, en un contexto de atención primaria frecuentemente sobrecargado y con escasa capacidad de respuesta rápida. Para superar este obstáculo, muchos sistemas de salud han incorporado programas dedicados a la salud digital, con el desarrollo de herramientas virtuales para el cuidado de la salud. La investigación actual busca identificar biomarcadores virtuales que surjan de los datos masivos aportados por los pacientes.
Otro obstáculo presente con las TSD es que su acceso está restringido a poblaciones que tienen una cobertura de salud que permite la incorporación de estas tecnologías, lo que conlleva el riesgo de incrementar las inequidades en el cuidado de la salud.
Más allá de los desafíos para la implementación de las TSD, los autores llaman también la atención sobre los obstáculos emocionales que plantean estos avances, especialmente al modificar el equilibrio tradicional de papeles entre el médico y el paciente. Esta transición puede no ser inmediata ni fácil para el binomio médico-paciente.
Conclusiones
Las enfermedades respiratorias constituyen una de las principales causas de morbimortalidad en todo el mundo, y representan desafíos para el adecuado control de los factores de riesgo, especialmente la contaminación ambiental y las infecciones respiratorias, que son muchas veces las causas de las exacerbaciones en el paciente con enfermedad respiratoria crónica.
Las TSD conforman una herramienta con posibilidades transformadoras para disminuir la carga de morbilidad de las enfermedades respiratorias. A nivel individual, las mediciones continuas habilitan el análisis comparativo de los datos del paciente, lo que permite a este y a los cuidadores la identificación de patrones asociados con descompensaciones respiratorias, lo que a su vez desemboca en la generación de un alerta preventivo. Los datos recolectados de múltiples individuos pueden sumarse para ofrecer un panorama comunitario que contribuya a una mejor toma de decisiones por parte de los responsables de la salud pública.