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Las mujeres deben trabajar más que los hombres para obtener autorías en artículos científicos
Nature; Nueva York, EE.UU., 23 Junio 2022

Las mujeres tienen menos probabilidades de ser nombradas autoras de artículos o inventoras de patentes que sus compañeros masculinos. Las contribuciones de las mujeres a la investigación “a menudo no se conocen, no se aprecian o se ignoran”, dicen los autores.

Los resultados del informe que ayer publicó la revista Nature* son válidos para casi todos los campos de investigación y etapas profesionales. Las y los autores del estudio centrado en las mujeres de EE.UU. encontraron patrones similares de marginación en diversos campos de la ciencia.

La brecha de productividad basada en el género está bien documentada. En promedio, las mujeres publican menos artículos que los hombres, obtienen menos subvenciones y ocupan menos puestos de liderazgo.

Investigaciones anteriores advierten que las mujeres son menos productivas porque los entornos de trabajo científico son menos acogedores para ellas, ocupan posiciones diferentes a las de los hombres o tienen mayores responsabilidades familiares. Además, un estudio reciente también destacó que la investigación de las mujeres está infravalorada.

Características del estudio
Matthew Ross, economista de la Universidad Northeastern en Boston, Massachusetts, y sus colegas utilizaron datos de casi 10.000 grupos de estudio de los Estados Unidos para encontrar quiénes por trabajar recibieron o no créditos.

El conjunto de datos, alojado por la Universidad de Michigan en Ann Arbor, contiene información de casi 129.000 investigadores que se desempeñan en esos grupos, incluido el título de su trabajo, el campo de estudio, las subvenciones entre 2013 y 2016 en las que fueron empleados y cuánto de su tiempo invirtieron en cada una. 

Los autores asignaron el género a cada persona en el conjunto de datos sobre la base de sus nombres, utilizando dos algoritmos informáticos. El análisis no tuvo en cuenta a los investigadores no binarios o de género fluido [NdelaR: persona que no se identifica con una única identidad de género].

Los autores usaron los datos para reunir a los grupos que trabajaban los mismos proyectos. A continuación, usaron datos bibliométricos para crear una lista de productos científicos de cada grupo (como artículos publicados y patentes) elaborados entre 2014 y 2016.
Luego, y para calcular las diferencias por género, averiguaron qué personas de un equipo determinado estaban o no nombrados en documentos y patentes.

Descubrieron que la probabilidad de que un hombre fuera nombrado autor o inventor era del 21 %, en comparación con el 12 % para una mujer. Incluso cuando hombres y mujeres ocupaban el mismo puesto, las mujeres tenían un 5 % menos de probabilidades de ser nombradas autoras o inventoras.

Para estimar las autorías potenciales perdidas por las mujeres, los autores compararon a los integrantes del equipo empleados un año antes de la fecha de publicación de un artículo (grupo de autores potenciales) con los autores reales que menciona el manuscrito. Como resultado de la comparación descubrieron que, en todos los títulos y campos laborales, los hombres tenían el doble de posibilidades de ser nombrados en los documentos científicos.

Experiencias de los autores
Ross y sus colegas también encuestaron a 2660 investigadores que habían publicado un artículo después de 2014, para conocer sus experiencias de autoría.

Tanto hombres como mujeres declararon haber sido excluidos de los documentos en los que contribuyeron, pero las mujeres se vieron afectadas de manera desproporcionada. 
La razón más común que alegaron para no obtener una posición de autor/a fue que otros subestimaron su contribución científica. Sin embargo, el 49% de las mujeres informaron esta discriminación en comparación con el 39% de los hombres.
Aunque los encuestados no mencionaron con frecuencia sentirse discriminados, las mujeres manifestaron el doble de probabilidades de mencionarlo que los hombres.

La encuesta también preguntó qué hicieron para obtener la autoría de un artículo reciente, según una lista de contribuciones. La respuesta predominante argumentaba que las mujeres debían trabajar con mayor intensidad que los hombres para obtener el reconocimiento autoral.
Las mujeres participaban más que los hombres en asuntos como la organización de conceptos, seleccionar datos, escribir, revisar y editar. El desarrollo de software fue la categoría en que los hombres comunicaron su mayor contribución.

Aunque la encuesta y las entrevistas revelaron algunos ejemplos atroces de discriminación por género, en el caso de las mujeres predominó el ser ignoradas y no escuchadas como reclamos sobresalientes, especifica el coautor Bruce Weinberg, economista de la Universidad Estatal de Ohio, Columbus.

Comentarios de profesionales 
El informe es "innovador e importante" porque explica en parte por qué las mujeres publican menos que los hombres, dice Virginia Valian, psicóloga del Hunter College de Nueva York. “Esta es una importante llamada de atención para los científicos y también para las agencias que financian las investigaciones”, agrega.
Valian, que estudia el sesgo de género en los lugares de trabajo, describe el análisis como riguroso porque controla los factores que determinarían si un investigador obtuvo una autoría, como así también la incidencia de su papel en el proyecto.

Añade que trabajos anteriores demostraron la menor probabilidad de autoras principales femeninas que autores masculinos, incluso si publican en las mismas revistas. “Las mujeres tienen menos probabilidades de obtener la autoría y también es menos probable que sean citadas si son la primera o la última autora”, dice. A continuación resalta que las agencias de financiación deberían preocuparse en el cómo los jefes de grupo acreditan el trabajo de sus miembros.

Ludo Waltman, bibliometrista de la Universidad de Leiden en los Países Bajos, considera que el artículo refleja las problemáticas profundas de las culturas de investigación. Al respecto opina: 
“Habrá mujeres y hombres que sufren esto. Me pregunto si deberíamos cambiar el debate de las diferencias de género a los problemas culturales, lo que ofrecería una forma de discutir en profundidad los problemas subyacentes”.

Comprender cómo funcionan los grupos de trabajo es importante para mejorar la cultura de la investigación, dice la coautora del estudio Julia Lane, economista de la Universidad de Nueva York.
“Los documentos y las subvenciones no hacen ciencia; las personas y los equipos hacen ciencia. Esa es la unidad fundamental de la ciencia y eso es lo que debemos entender si queremos hacer mejor ciencia”, dice.


* Nature
Women are Credited Less in Science than are Men
Matthew B. Ross, Britta M. Glennon, Raviv Murciano-Goroff, Enrico G. Berkes, Bruce A. Weinberg & Julia I. Lane
22 de junio, 2022
https://www.nature.com/articles/s41586-022-04966-w