La inactividad física a largo plazo (60 días) en forma de reposo en cama provoca un aumento de la glucemia, incluso cuando la ingesta de energía dietética se ajusta para que coincida con la reducción de los requisitos como consecuencia del reposo especial.
El estudio que publicó la revista Clinical Nutrition * controló la glucosa de manera continua durante el reposo en cama a largo plazo (60 días) y comparó además la magnitud y naturaleza de los cambios en la glucemia diaria con los inducidos en esa situación en el control de la glucosa, incluido el pinzamiento normoglucémico (HIEC).
Aunque la merma en la ingesta de energía y carbohidratos no compensó por completo el impacto perjudicial de la reducción de la actividad física sobre la glucemia diaria, los efectos sobre ésta fueron más modestos que los registrados sobre la capacidad para disponer de glucosa. Por otra parte, las medidas de la variabilidad diaria de la glucosa no se deterioraron durante la permanencia en la cama, probablemente debido a los efectos atenuantes de las reducciones simultáneas en la ingesta de energía y carbohidratos.
La inactividad física crónica aumenta la glucemia diaria (tAUC), incluso cuando la ingesta dietética se ajusta para mantener el equilibrio energético, pero la magnitud del cambio es mucho más modesto que el registrado en la capacidad de eliminación de glucosa y el modelo homeostático de resistencia a la insulina (HOMA-IR, por sus siglas en inglés).
Los autores recomiendan tener en cuenta que los participantes realizaron antes del reposo en cama una actividad física importante y consumieron comidas en abundancia.
Dado el impacto de la actividad física pronunciada en la captación y oxidación de glucosa y el efecto contrario sobre la glucosa circulante de las comidas cuantiosas, no sorprendió que algunas medidas de la variabilidad diaria de la glucemia dentro fueran mayores antes que durante el reposo en cama. Es decir, mientras se llevó a cabo el reposo se redujeron los efectores negativos de la glucemia.
Estos nuevos hallazgos caracterizan el alcance de los cambios en la glucemia experimentados durante el reposo en cama cuando la dieta se ajusta para satisfacer los requisitos energéticos, en lugar de los cambios en la capacidad funcional y/o las respuestas a un desafío dietético fijo.
El entorno del centro clínico donde se realizó el estudio es una de sus consistencias relevantes porque -entre otros detalles- permitió ciclos de alimentación/vigilia cuidadosamente controlados, logró una composición dietética homogénea y el control riguroso de la actividad física durante el período de intervención.
La conclusión del artículo destaca que la inactividad física a largo plazo (60 días) en forma de reposo en cama provoca un aumento de la glucemia, incluso cuando la ingesta de energía dietética se ajusta para que coincida con los requisitos de energía reducidos. Aclara también que las reducciones en la ingesta de energía y carbohidratos no compensan completamente el impacto perjudicial de la merma de la actividad física sobre la glucemia diaria. Respecto a las medidas de la variabilidad diaria de la glucosa destacan que no se deterioraron durante el reposo en cama probablemente debido a los efectos atenuantes de las reducciones simultáneas en la ingesta de energía y carbohidratos.
* Clinical Nutrition
The impact of physical inactivity on glucose homeostasis when diet is adjusted to maintain energy balance in healthy, young males
William V. Trim, Jean-Philippe Walhin, Francoise Koumanova, Ian A. Macdonald, Paul L. Greenhaff, Dylan Thompson
16 de febrero, 2023
DOI:https://doi.org/10.1016/j.clnu.2023.02.006