Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados


I.gif Infectología I.gif
 
Informe
Autor del informe original
L Townsend
Institución: St James’s Hospital,
Dublin Irlanda

Fatiga Persistente luego de la Infección por SARS-CoV-2
Los resultados del presente estudio sugieren una prevalencia alta de fatiga posviral, en pacientes con infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave, luego de la fase aguda de la enfermedad. En el estudio, más de la mitad de los pacientes refirió fatiga persistente (52.3%), a una mediana de 10 semanas después de los síntomas iniciales de COVID-19. La fatiga sería independiente de la gravedad inicial de la enfermedad.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/165067


Comentario
Autor del comentario
María Luz Gunturiz Albarracín 
Instituto Nacional de Salud, Colombia


Ha sido descrito que los síntomas más comunes de la COVID-19 son la fiebre, los problemas respiratorios, la cefalea, el dolor muscular, la pérdida del gusto y del olfato y entre otros, la fatiga (1-4). Por su parte, se ha definido que los tiempos de incubación están entre cuatro y siete días desde que el virus accede al cuerpo, con una ventana temporal máxima de dos semanas y que luego de este tiempo, y dependiendo de la severidad de la enfermedad y las comorbilidades preexistentes, las personasen general, recuperan progresivamente sus condiciones físicas previas (5,6). Sin embargo, algunas personas muestran sintomatología persistente, especialmente relacionada con una intensa fatiga, síntoma que actualmente está generando preocupación debido al desconocimiento de sus causas, evolución y tiempo
de duración en los pacientes post-covid. Townsend L et al (1) en el articulo comentado indican que entre el 44% y el 69.6% de los pacientes con infección por SARS-CoV-2 han referido fatiga, y que la duración de esta es variable pudiendo sobrepasar los seis meses después de la recuperación de la infección por COVID-19, con lo cual, la fatiga persistente puede afectar sustancialmente la calidad de vida y el manejo clínico de estos pacientes debido en parte a la dificultad de diagnóstico y evaluación de la fatiga que tiene implícito un componente altamente subjetivo, llevando a los pacientes a sufrir de ansiedad, depresión, nerviosismo, entre otras alteraciones. Es de mencionar que la fatiga post-infección que se prolonga varios meses tras la resolución del proceso agudo de infección ocasionada por varios virus y bacterias ha sido evidenciada en el pasado, como por ejemplo, en las epidemias ocasionadas por SARS-CoV del 2003, el MERS-CoV de 2012, o por infecciones por Epstein-Barr o por influenza H1N1 (5-7).
Lo que es aún más preocupante es que la persistencia de la fatiga ha sido observada tanto en pacientes con cuadros leves como en los que tuvieron mayor severidad y dificultades y que requirieron ingresar a unidades de cuidados intensivos. También se ha publicado que es más frecuentemente en mujeres (1, 4, 5, 7, 8).
Aunque los mecanismos celulares y moleculares aun no están esclarecidos, se ha descrito que el descontrol de las respuestas inflamatorias e inmunológicas producto de los procesos infecciosos puede generar un incremento anormal de citoquinasy de ciertos factores genéticos mediadores, que podrían explicar la aparición de síntomas neurológicos de larga duración (7, 8).
En este contexto, además de todas las complicaciones derivadas del COVID-19, es imprescindible el acompañamiento de los pacientes por lo menos un año después de su recuperación, con el fin de brindar un manejo adecuado y con el fin de prevenir desenlaces depresivos o de ansiedad que además de ser de muy difícil tratamiento y curación pueden desencadenar varias alteraciones neurológicas que pueden llegar a ser mortales e incapacitantes. Copyright © SIIC, 2020 Bibliografía
Townsend L, Dyer AH, Jones K, Dunne J, Mooney A, Gaffney F, et al. Persistent Fatigue Following SARS-CoV-2 InfectionisCommon and Independent of Severity of InitialInfection. PLoS ONE 15(11): e0240784. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0240784.
Wang D, Hu B, Hu C, Zhu F, Liu X, Zhang J, et al. Clinicalcharacteristics of 138 hospitalizedpatientswith 2019 novel coronavirus–infectedpneumonia in Wuhan, China. JAMA. 2020;323(11):1061–9. pmid:32031570.
Zhu J, Ji P, Pang J, Zhong Z, Li H, He C, et al. Clinicalcharacteristics of 3,062 COVID-19 patients: a meta-analysis. J Med Virol. 2020.
Zhu J, Ji P, Pang J, Zhong Z, Li H, He C, et al. Clinicalcharacteristics of 3,062 COVID-19 patients: a meta-analysis. J Med Virol. 2020.
MateuMollá J. La fatiga como síntoma persistente tras la covid-19. Disponible en: https://theconversation.com/la-fatiga-como-sintoma-persistente-tras-la-covid-19-149196. Nov 3 de 2020. Acceso Noviembre 30 de 2020.
Infobae. Un nuevo estudio registró fatiga aplastante y daño pulmonar a largo plazo en pacientes recuperados por COVID-19. Disponible en: https://www.infobae.com/america/tendencias-america/2020/09/30/un-nuevo-estudio-registro-fatiga-aplastante-y-dano-pulmonar-a-largo-plazo-en-pacientes-recuperados-por-covid-19/. Acceso Diciembre 1 de 2020. Bansal A, Bradley A, Bishop K, Kiani-Alikhan S, Ford B. Chronic fatigue syndrome, theimmunesystem and viral infection. BrainBehavImmun. 2012;26(1):24–31. pmid:21756995 Qin C, Zhou L, Hu Z, Zhang S, Yang S, Tao Y, et al. Dysregulation of immune response in patientswith COVID-19 in Wuhan, China. ClinInfectDis. 2020. pmid:32161940 Chen G, Wu D, Guo W, Cao Y, Huang D, Wang H, et al. Clinical and immunologicalfeatures of severe and moderate coronavirus disease 2019. J ClinInvest. 2020;130(5). pmid:32217835

Palabras Clave
fatiga persistente, infección por SARS-CoV-2, gravedad inicial de la infección
Especialidades
I.gif   MI.gif         AP.gif   Bq.gif   C.gif   DL.gif   EdM.gif   Ep.gif   In.gif   MT.gif   MF.gif   R.gif   SM.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
G Capovill
Institución: University of Padova,
Padua Italia

La Cirugía durante la Pandemia de Enfermedad por Coronavirus 2019
Durante la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019, sería necesario implementar un plan quirúrgico con criterios para la priorización de casos electivos y, de esta manera, garantizar la atención quirúrgica de emergencia.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/164255


Comentario
Autor del comentario
María Luz Gunturiz Albarracín 
Instituto Nacional de Salud, Bogotá, Colombia


La actual pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2 (COVID-19) ha generado, cambios importantes en el funcionamiento de los sistemas de salud a nivel mundial, así como en la forma en cómo se realiza la atención a los pacientes y en la organización de las diversas actividades asistenciales incluidas las cirugías. En este contexto Molettaet al(1), mencionan que la afluencia exponencial de pacientes que necesitan cuidados intensivos o subintensivos representa, para la mayoría de los sistemas de salud de todo el mundo, una crisis de magnitud sin precedentes. Bajo la pandemia una de las primeras consecuencias es que los servicios de salud se han visto parcial o totalmente interrumpidos en la mayoría de los países y es por esto que ante esta situación los servicios
de salud han tenido que prepararse para la emergencia actual que se propaga rápidamente y cambia exponencialmente en cualquier momentoestableciendo que dentro de esta preparación es relevante instaurar protocolos definidos, precisos y disponibles para los profesionales de la salud que atienden pacientes durante la contingencia y que son la clave para minimizar la propagación de COVID-19 (2-5).
A nivel de enfermedades no transmisibles (ENT), en junio de 2020 la OMS, informó que los servicios de prevención y tratamiento de estas patologías se han visto gravemente afectados desde el comienzo de la pandemia de COVID-19. En la encuesta realizada en 155 países se confirmó que el impacto es mundial, pero que los países de ingresos bajos son los más afectados, situación que es muy preocupante ya que las personas que padecen ENT corren un mayor riesgo de enfermar gravemente de COVID-19 y morir (6).
CuencaPardo et al (5)indican que en el ámbito de la cirugía, es importantetener en cuenta que la cirugía electivaes un procedimiento que no se indica inmediatamente en respuesta a una emergencia potencialmente mortal, pero no significa que sea una cirugía opcional. Por su parte, los procedimientos electivos se pueden clasificar en esenciales, cuando existe un mayor riesgo de resultados adversos al retrasar la atención quirúrgica para un periodo de tiempo indeterminado, y en no esenciales o discrecionales, para aquellos procedimientos que no son sensibles al tiempo por razones médicas, como son los procedimientos estéticos que pueden ser postergados.
Dentro de los resultados presentados por Molettaet al(1), se destaca que las sociedades quirúrgicas han establecido criterios para el triage y la priorización, con el fin de identificar los procedimientos que pueden posponerse hasta después de la pandemia y los que no y se concluye que postergar las cirugías electivas sería un paso fundamental para preservar la seguridad de los pacientes y limitar la propagación viral. Sin embargo, una estimación actual sugiere que más del 50% de los casos de todas las cirugías electivas, tienen el potencial de ocasionar un daño significativo en los pacientes si son canceladas o retrasadas (5).Es de anotar que el triage es uno de los protagonistas habituales de las informaciones sobre el Covid-19, sobretodo es esta época en la cual las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) están alcanzando el límite de su capacidad.
Es de mencionar que además de los servicios de cirugía, los servicios de rehabilitación se han visto interrumpidos en la mayoría de los países, a pesar de que la rehabilitación es clave para una recuperación saludable de los pacientes gravemente enfermos de COVID-19.
Finalmente, es primordial que los países encuentren formas eficacesy establezcan estrategias para garantizar que los servicios esenciales incluidas algunas cirugías continúen, incluso mientras se sigue trabajando en el manejo del COVID-19.
Copyright © SIIC, 2020 Referencias
Moletta L, SeforaPierobon E, Capovilla G, Costantini M, Salvador R, Merigliano S, Valmasoni M. International guidelines and recommendationsforsurgeryduring Covid-19 pandemic: A SystematicReview. International Journal of Surgery. 2020; 79: 180-188. https://doi.org/10.1016/j.ijsu.2020.05.061.
Brindle M, Gawande A. Managing COVID-19 in surgicalsystems. Ann Surg2020. doi: 10.1097/ SLA.0000000000003923. Coccolini F, Perrone G, Chiarugi M, Di Marzo F. Surgery in COVID-19 patients: operationaldirectives. World J EmergSurg2020; 15 (1): 25. Kirkcaldy RD, King BA, Brooks JT. COVID-19 e inmunidad posinfección. Evidencia limitada, muchas preguntas restantes JAMA 2020. doi: 10.1001 / jama.2020.7869. CuencaPardo J, VélezBenítez E, MoralesOlivera M, IribarrenMoreno R, ContrerasBulnes L,BucioDuarte J.Reactivación de la consulta y cirugía electivadurante la pandemia: recomendaciones deseguridad. Medicina Basada en Evidencia. Cirugía Plástica 2020; 30 (1): 6-21. https://dx.doi.org/10.35366/94374 Organización Mundial de la Salud. La COVID-19 afecta significativamente a los servicios de salud relacionados con las enfermedades no transmisibles. Disponible en https://www.who.int/es/news-room/detail/01-06-2020-covid-19-significantly-impacts-health-services-for-noncommunicable-diseases

Palabras Clave
COVID-19, cirugía, pandemia, emergencia, sala de operaciones
Especialidades
Ci.gif   I.gif         AN.gif   CI.gif   G.gif   MI.gif   On.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
S Tong
Institución: Shanghai Jiao Tong University School of Medicine,
Shanghai China

La Enfermedad por Coronavirus 2019 en Pacientes Pediátricos
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad por coronavirus 2019 en pacientes pediátricos serían menos graves que las de los pacientes adultos.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163934


Comentario
Autor del comentario
Cecilia M Díaz Olmedo 
Hospital General IESS Quevedo, Hospital General IESS Quevedo, Quevedo, Ecuador


La investigación de Dong Y, Mo X, Hu Y, et al., fue uno de los primeros estudios realizados con la información obtenida de los primeros casos de la pandemia, que permite tener una visión general del problema en niños. En este estudio se incluyeron series de casos a nivel nacional de 2135 pacientes menores de 18 años de edad reportados al Chinese Center for Disease Control and Prevention desde el 16 de enero hasta el 8 de febrero de 2020. Se tomaron como criterios diagnósticos las manifestaciones clínicas y los antecedentes de exposición, se realizó la confirmación de casos presuntos mediante RT-PCR positiva en muestras de hisopados nasales o faríngeos y muestras de sangre en las que la secuenciación genética era altamente
homóloga con SARS-CoV-2. La gravedad se definió de acuerdo a las características clínicas, pruebas de laboratorio e imágenes en radiografía de tórax como: leve, moderada, grave o crítica, incluyéndose además la infección asintomática.
El análisis de datos se llevó a cabo utilizando el programa SPSS versión 22 y los mapas de distribución se trazaron utilizando la versión 10-2 de ArcGIS. Se incluyeron 2135 pacientes pediátricos con COVID-19, de estos 728 (34.1%) fueron identificados como casos confirmados por laboratorio, y 1407 (65.9%) fueron casos sospechosos. La mediana de edad de los pacientes fue de 7 años con un rango intercuartil de 2 a 13 años y no se encontró diferencia significativa entre ambos sexos. De acuerdo a la a gravedad de la enfermedad más de 90% de los casos fueron diagnosticados como asintomáticos, leves o moderados.
Las proporciones de casos graves y críticos según edad fueron: 10.6% menores de 1 año, 7.3% de 1 a 5 años, 4.2% de 6 a 10 años, 4.1% de 11 a 15 años y 3.0% = 16 años.
La mediana del tiempo desde el inicio de la enfermedad hasta el diagnóstico fue de 2 días con un rango de 0 a 42 días, siendo el contacto persona-persona la causa probable de contagio.
De acuerdo a los estudios realizados se puede determinar que la principal fuente de contagio son los pacientes infectados por SARS-CoV-2 inclusive si éstos son asintomáticos. La transmisión se produce principalmente por gotas respiratorias o contacto con la boca, nariz o conjuntiva ocular a través manos contaminadas o a través de aerosoles. En lactantes menores también se ha demostrado la vía de transmisión fecal-oral ya que los niños pueden excretar el virus por las heces de 16 h a 3 días. El contacto indirecto es otra forma de transmisión al permanecer el virus en superficies desde horas hasta varios días.
En un estudio realizado por la Red Siben en América Latina y Guinea Ecuatorial de 86 mujeres embarazadas con COVID-19 confirmado, solo 6 recién nacidos el hisopado fue positivo y presentaron sintomatología respiratoria leve y transitoria. Aún hay controversia entre distintos autores acerca de la transmisión vertical de COVID-19. Se ha determinado que la infección no se transmite por leche materna por lo que una madre con COVID-19 confirmado puede amamantar a su hijo tomando las respectivas medidas de precaución, lo que favorece el binomio madre-hijo.
La afectación en niños es menor que en adultos y se han identificado factores de riesgo: enfermedades respiratorias crónicas como asma, fibrosis quística, patologías cardiacas, enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus o metabólicas hereditarias, anemia drepanocítica, enfermedades renales, hemáticas, inmunosupresión y alteraciones del neurodesarrollo.
La mayoría de las infecciones en niños son asintomáticas (80%) y el cuadro clínico puede variar desde una infección leve de vías respiratorias superiores a infección respiratoria baja, síndrome de distrés respiratorio, sepsis, shock séptico. El 15% requerirá hospitalización y 5% presentará cuadro grave fatal.
En abril del 2020, en Reino Unido se presentaron informes de casos en niños con manifestaciones similares a la enfermedad de Kawasaki incompleta o síndrome de shock tóxico con manifestaciones graves (síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico). Estos pacientes presentan un amplio espectro de hallazgos clínicos que incluyen fiebre, síntomas gastrointestinales y erupción cutánea, con gravedad variable de la enfermedad, incluyendo shock y lesión miocárdica. Sin embargo, aunque el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico comparte algunos hallazgos cardiovasculares asociados con la enfermedad de Kawasaki, se lo considera como una forma más agresiva que requiere abordaje multidisciplinario y coordinado de subespecialidades pediátricas. Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
COVID-19, pacientes pediátricos, características epidemiológicas, patrones de transmisión, China
Especialidades
I.gif   P.gif         DL.gif   Ep.gif   MF.gif   MI.gif   N.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
M Metra
Institución: University of Brescia,
Brescia Italia

El Pronóstico de los Pacientes Hospitalizados con Enfermedad por Coronavirus 2019 y Enfermedad Cardíaca Concomitante
Los pacientes hospitalizados con enfermedad cardíaca concomitante y enfermedad por coronavirus 2019 tendrían un pronóstico extremadamente malo en comparación con los sujetos sin antecedentes de enfermedad cardíaca.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163931


Comentario
Autor del comentario
Daniel Víctor Ortigoza 
Hospital Sirio Libanés, Jefe de Guardia Mèdica, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


A fines de 2019 se describe una nueva infección viral producida por un coronavirus en el sudeste asiático, capaz de trasmitirse de persona a persona por su principal vía, la aérea, como gotitas de flugge. Esta enfermedad conocida como Coronavirus 2019 (COVID-19) se extendió rápidamente a nivel global por lo cual la Organización Mundial de la Salud (OMS), en marzo del 2020, la declara como pandemia.
En la región de Lombardía, norte de Italia, se situó uno de los epicentros impactantes en términos de mortalidad provocadas por esta enfermedad. En el Hospital Civil de la ciudad de Brescia se registraron consecutivamente 99 pacientes con COVID-19 y neumonía, que fueron hospitalizados luego de ser diagnosticados por hisopado nasofaríngeo con pruebas positivas de PCR (reacción en
cadena de la polimerasa), radiografía de tórax y tomografía axial computada de tórax. Estos pacientes fueron seguidos en 2 ramas de estudio, sólo si completaban 14 días de internación.
En este estudio observacional demográfico de 2 grupos comparativos: uno con antecedentes de enfermedad cardiológica (n = 53), y el otro sin enfermedad cardiológica (n = 46); con una edad promedio de 67 años, en su gran mayoría fueron varones (81%), los mismos fueron de características homogéneas. Con excepción en el grupo de enfermedades cardíacas, quienes tenían una edad promedio mayor, determinaciones de laboratorios con niveles más elevado de creatinina sérica, péptido natriurético cerebral (NT-pro-BNP) y troponina t de alta sensibilidad (TnT).
El período de seguimiento fue de 3 semanas durante el mes de marzo del 2020. Con respecto a los decesos, la mortalidad fue significativamente mayor en el grupo de enfermos cardiológicos vs. no cardiológicos (35,8% vs. 15,2%, p = 0.019) y más de la mitad de los pacientes cardiópatas tuvieron graves complicaciones como el síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA), shock séptico y eventos tromboembólicos (ETE). Además, casi una quinta parte de los pacientes requirieron ventilación no invasiva y a los pacientes que necesitaron intubación y ventilación mecánica se los excluyeron del estudio. La media de óbito fue de 8 días para el primer grupo y 10 días para el segundo grupo.
Los enfermos con neumonía por COVID-19 y enfermedad cardiológica vs. los no cardiológicos tuvieron mayores eventos tromboembólicos (26% vs 6%, p = 0.1) y shock séptico (11% vs. 0%, p = 0.02) En el brazo de estudio asignado para pacientes con enfermedades cardíacas que tuvieron peores resultados evolutivos, se destacan preexistencias al momento de la admisión hospitalaria como ser dislipemias, fibrilación auricular, estenosis aórtica grave, insuficiencia cardíaca, injuria miocárdica, enfermedad renal crónica y anomalías de laboratorio tales como linfopenia, niveles elevado de productos de degradación del fibrinógeno como el dímero-D, también se mostró elevada la TnT y NT-proBNP, y la procalcitonina, como precursor de la calcitonina e indicador de infección.
Con respecto a los eventos tromboembólicos de los pacientes internados con neumonía por COVID-19, 15 en su totalidad, fueron tratados con heparina de bajo peso molecular (HBPM) sobre todo en quienes además del ETE, se le agregaba un dosaje elevado del dímero-D. Su uso fue aceptado incluso en quienes padecían coagulopatía por consumo de factores de la coagulación provocada por la sepsis.
Cuando se compara sobrevivientes y no sobrevivientes, y se analiza el nivel de biomarcadores como TnT y NT-pro-BNP al momento de la admisión hospitalaria, al elevarse los mismos nos muestran que son indicadores útiles en cuanto a una peor evolución clínica, sobre todo si el primer marcador (TnT) forma una curva de valores descendentes. Dicha caída de determinaciones, nos muestra un parámetro que acompaña a las externaciones nosocomiales tempranas, y con respecto al segundo, el TN-pro-BNP, alcanzó significancia estadística p = 0.05 al demostrar que es un predictor de mortalidad.
Los pacientes que usaron como tratamiento ACE/ARB/ARNI (inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina/bloqueador de los receptores de angiotensina/inhibidor de los receptores de neprilysin y angiotensina), no tuvieron diferencia estadística al ser comparados en el uso de dichos fármacos entre sobrevivientes y no sobrevivientes (p = 0.24), aunque hubo una alta suspensión de estos tratamientos debido a hipotensión arterial grave.
La crítica al estudio es por la modalidad de selección de los pacientes incluidos y el pequeño tamaño del muestreo de los participantes del trabajo. Por lo tanto, los datos hallados pudieron haber influido en los resultados, pero sin lugar a dudas, al ser comparado con otros estudios relacionados en pacientes COVID-19, los datos obtenidos demuestran que las comorbilidades cardiológicas aportan un factor agravante.
Para concluir, este estudio nos deja como enseñanza que los pacientes enfermos de COVID-19 con neumonía, que además padecen enfermedades cardiológicas que tienen una mayor tasa de eventos tromboembólicos, shock séptico y alta mortalidad durante el período de hospitalización, que el grupo que no presenta dicha patología coadyuvante.
Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
COVID-19, enfermedad cardiovascular, neumonía, mortalidad, pacientes hospitalizados
Especialidades
C.gif   I.gif         CI.gif   E.gif   Ep.gif   Ge.gif   MI.gif   N.gif   SP.gif   
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